tag:blogger.com,1999:blog-51749015833573653552024-02-07T18:45:53.758-08:00La Tostadora de PanReality-Blog que sigue las desventuras de un escritor en proceso.Max Blumehttp://www.blogger.com/profile/15695636338745714020noreply@blogger.comBlogger81125tag:blogger.com,1999:blog-5174901583357365355.post-34514395420596873232019-12-22T11:20:00.001-08:002019-12-22T11:20:11.271-08:00El Guardián en el Centeno<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgk97XUxumtmT8eJvkhv6xAKzv-ENKm1MZ2e_6PMT7bLxRivNgaQL8000Tc0Je6QpvTZgxuwCj-G1c-uUMiWuoFaMkBXSaSelD5l__hHjkKQ7KBqWKezQWjC3LzJ30OJntt6fJoMdMGzB8_/s1600/broken-red-christamas-ornament.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="667" data-original-width="1000" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgk97XUxumtmT8eJvkhv6xAKzv-ENKm1MZ2e_6PMT7bLxRivNgaQL8000Tc0Je6QpvTZgxuwCj-G1c-uUMiWuoFaMkBXSaSelD5l__hHjkKQ7KBqWKezQWjC3LzJ30OJntt6fJoMdMGzB8_/s320/broken-red-christamas-ornament.jpg" width="320" /></a><span style="font-size: large;">Hoy algo de ti murió con algo de mí. Maldita tristeza. Así es como poco a poco comenzarás a convertirte en nosotros.</span>Max Blumehttp://www.blogger.com/profile/15695636338745714020noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5174901583357365355.post-32220127664912451922017-12-20T22:14:00.001-08:002017-12-20T22:14:16.418-08:00Navidad en Tacubaya<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8uip__jDLCm29asOBTSwu1S7Bso3gpY3WJuXCF8P552wuYhHnUFJtStcNe-kz7uVr7FQrOhdh3ZNxRoSKsKsq1w4SdFmAu4VwKGQR1PVO_RtSm-wmytgmY2WhVOymeVeQdXzBwSiLPK8M/s1600/mqdefault.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="180" data-original-width="320" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8uip__jDLCm29asOBTSwu1S7Bso3gpY3WJuXCF8P552wuYhHnUFJtStcNe-kz7uVr7FQrOhdh3ZNxRoSKsKsq1w4SdFmAu4VwKGQR1PVO_RtSm-wmytgmY2WhVOymeVeQdXzBwSiLPK8M/s320/mqdefault.jpg" width="320" /></a></div>
<h3 class="post-title entry-title" itemprop="name" style="background-color: white; color: #006699; font-family: Georgia, Times, serif; font-weight: normal; line-height: 1.4em; margin: 0.25em 0px 0px; padding: 0px 0px 4px;">
<span style="font-size: small;">Cuando los primeros rayos del amanecer golpearon el asfalto, él ya bailaba. En una danza sagrada preparada siglos atrás para agradar a los dioses, el conchero dejaba su alma y su cansancio. Y su obligación ya no era en los atrios de los templos donde las conchas de armadillo y los estandartes representaban la grandeza de nuestros ancestros, sino en las calles, en las explanadas paganas por las que decenas de miles de infieles pasaban todos los días. Ahora era por dinero. Nadie le prestaba atención. Ninguno de los automovilistas atestiguaba el ritual en el que al sonido de cascabeles y percusiones el conchero construía un puente para unir el vientre de la Coatlicue con el quemante beso de Tonatiuh. Bajo el semáforo de la intersección, el sol que avanzaba sobre nubes de platino ayudaba a resaltar los colores diluidos de su vestuario con tiras de lentejuela y tapa rabo de piel. Coronando su cabeza, el maxtle dorado sujetaba un ikuazéhatl adornado con plumas de faisán y pavo real, que le investía una elegancia otrora destinada a la realeza, y hoy despoblada de majestuosidad y relegada a los sucios rincones de mercados y barrios olvidados de la Ciudad.</span></h3>
<div class="post-body entry-content" id="post-body-1485120898134408579" itemprop="description articleBody" style="background-color: white; color: #666666; font-family: Georgia, Times, serif; line-height: 1.6em; margin: 0px 0px 0.75em;">
<br />En la madrugada, antes de comenzar, pidió permiso a los cuatro rumbos del Universo y a Téotl para sonar las ayacaxtli y la tlapitzalli, que con su ventoso sonido característico resonaba con más rudeza que la tibia flauta de los extraños europeos. Danzaba con furia, perdido en éxtasis, ignorado por transeúntes que atravesaban la calle con prisa, pensando en nieve, trineos y noches de paz, pero que, a diferencia de él, ignoraban la grandeza de su procedencia. Nadie lo veía. Nadie regalaba monedas. Nadie le ofrecía ni a él ni a su familia una mirada condescendiente.<br /><br />A media tarde, cansado de dar vueltas y sonar cascabeles, el danzante tomó un descanso en el camellón. Su esposa lo miró con una tristeza que le agrietaba los ojos por tantos años de siempre lo mismo. En su reboso, un recién nacido dormía, respirando en espasmos, soltando a segundos burbujitas de baba que de inmediato se secaban por el calor de invernadero.<br />“Sigue enfermo,” exclamó ella en un idioma milenario desprovisto de emoción. “Respira como si ya no hubiera aire.”<br />Entonces el conchero se puso de pie, y sintiendo su corazón punzándole las piernas y la cadera y en las costras de sus pies, arremetió contra su suerte maldiciéndola con brincos y vueltas que no provocaron la compasión de los dioses ni de nadie. Gemía con la tlapitzalli, y más fuerte aún cuando los automovilistas acallaban su reclamo con un vulgar concierto de claxons y gritos y peticiones humillantes para que se hiciera a un lado. Hombres como él ensucian la ciudad. Una patrulla se acercó y le pidió su cuota. El poco dinero se le fue en el alquiler de diez metros de concreto.<br /><br />Entrada la noche, volvió al camellón. Se asomó al interior del reboso y vio que su hijo no se movía.<br />“Murió en la tarde,” exclamó ella.<br />El conchero musitó algo en una lengua que sólo comprenden quienes se sienten impotentes para proteger a los suyos y, poniéndose nuevamente de pie, tomó a su hijo recién nacido y atravesó la calle seguido de su esposa.<br /><br />Entraron a una iglesia. Sintiéndose indignos de acercarse al altar, permanecieron en silencio en la parte posterior. Él abrazaba a su hijo contra su pecho semidesnudo. Las personas, ataviadas con abrigos negros que llegaban hasta las rodillas, escuchaban a un sacerdote hablar de un niño que, hacía dos mil años, había nacido en el más humilde de los lugares, olvidado del mundo, acompañado únicamente de sus padres y de animales de establo. Ese niño moriría después preguntando por qué Dios lo había abandonado. Pero llegaría un día en el que el mundo entero se hincaría delante de él y lo llamaría Rey.<br />Volviéndose hacia su mujer, el conchero exclamó: “Mira, está hablando de nuestro hijo.”<br /><br />Ella asintió.<br /><br />Los tres salieron a la calle, de regreso a una ciudad que, sin importar fecha ni horario, jamás tendría tiempo para mirar al interior de su propio corazón.<br /><br /><br /><span style="font-size: 11.05px;"><em>Prometí no olvidar</em></span></div>
Max Blumehttp://www.blogger.com/profile/15695636338745714020noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5174901583357365355.post-6478382303796211092016-08-22T04:00:00.004-07:002016-08-22T04:00:54.023-07:00Tic Tac Tic Tac<div align="right" class="MsoNormal" style="background: white; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right;">
<i><span lang="ES">Este cuento está dedicado con
gratitud <o:p></o:p></span></i></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="background: white; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right;">
<i><span lang="ES">a Andrea Marcor, Daniela
Romano, <o:p></o:p></span></i></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="background: white; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right;">
<i><span lang="ES">Diana Romero y Tania Zaga: <o:p></o:p></span></i></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="background: white; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right;">
<i><span lang="ES">ellas me hicieron imaginar</span><span lang="ES" style="font-size: 10.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 15.6pt; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-size: 12pt;"> </span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">El reloj colgado en la pared del quirófano marcaba las
9:14 pero nadie había para atestiguarlo. Casi siempre, la sala ovalada de
mosaicos azules se hallaba rebosante de actividad, alguna operación de
emergencia, una cesárea o un trasplante. A veces, los enfermeros se reunían
clandestinamente para fumar o jugar a los naipes. Sin embargo, a esa hora de la
noche el lugar se encontraba estático y en un silencio casi absoluto. Lo único
que se movía eran las tres agujas del reloj de carátula redonda que colgaba en
la pared, y si no fuera por el sonido característico que producía el
instrumento ni siquiera el Tiempo sería consciente de su propio tránsito.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"> Para el minutero, la labor que desempeñaban él y las
otras dos manecillas era la más importante de todas. Si le preguntaran, sin
falso orgullo explicaría que la rotación del mundo – y del universo mismo –
dependía del elegante y continuo fluir de su camino, el cual quedaba de
manifiesto con los dos breves pero precisos chasquidos, a los que la humanidad
se había ya acostumbrado. Tic, tac. Siempre iguales, siempre puntuales, siempre
eternos. ¡Cuán conocidos eran esos sonidos, cuán relativos! Pero el minutero no
se engañaba, estaba al tanto de la negligencia con la que se les trataba. Para
los hombres ellos eran sólo un mecanismo funcionando. ¡Ay de ellos, que
desconocían lo que perdían en cada chasquido! <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"> El minutero no reparaba en estas pequeñeces. Su existencia
estaba ligada a su trabajo y a todo lo que de su exacta ejecución dependía. La
construcción de ciudades, el erguimiento de estatuas, el transcurso de las
palabras; una guillotina cayendo, las agujetas de un zapato desanudándose, el
sudor que se convierte en gotas en una ventana, los eclipses y los menguantes,
las yemas de los dedos recuperando su rosado original; la ansiedad, el dolor,
la espera, una vena hinchándose; la electricidad que permanece en los labios,
una pestaña meciéndose, las ondas en una taza de café, el olor a mariposas
negras dentro de una morgue; un gato rasguñando el poliéster, una pupila que se
dilata, un juez casando a unos novios, un viejo que dice no te perdono, la
velocidad del sonido, Dios ordenando hágase la luz, la artesana que tiñe de
rojo su telar, un hombre llorando en la sala vacía de un cine, el desafío a la
gravedad. Todo se supeditaba a ellos; sin ellos tres la vida no existiría. A
pesar de la testarudez del hombre en dar por sentado el paso del tiempo, las
manecillas cumplían estoicamente su misión, y de no haber sido por un incidente
que pasó desapercibido para todos – y que puso en riesgo la continuidad del cosmos
– podría decirse que ellas jamás dudaron de su vocación.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"> Se trató de un error, una eventualidad fuera de la ley,
un cansancio del destino que pudo haber acarreado consecuencias funestas. Esa
noche, después de que dos mujeres con batas verdes y zapatillas de tela terminaron
de asear y desinfectar la sala, el reloj se quedó solo pronunciando su
imbatible sonido. Tic, tac. Todo aparentaba transcurrir como de costumbre: la
manecilla horaria, lenta y sabia, se arrastraba lánguidamente hacia el
siguiente dígito. Por su parte, el minutero, atento y precavido, se
enorgullecía de sus saltos, mientras que la aguja de los segundos, cándida y
joven, corría alegremente en pos del futuro. Entonces ocurrió el milagro. Sin
darse exacta cuenta de cómo ni por qué, el minutero sintió el roce de la
manecilla de los segundos cuando ésta realizaba su afanosa carrera por alcanzar
el siguiente minuto. Nadie lo notó, fue un desvío imperceptible. La fricción
fue tan mínima que el mundo siguió su cauce sin parpadear. El segundero se
alejó cantando, pero él, metafísicamente trastornado, quedó marcado para
siempre. Si para la vida no hay explicación, tampoco para la ardiente emoción
que lo conmovió a partir de ese momento. Antes, jamás había reparado en ella.
Ahora eso había cambiado. Por primera vez apreció que la piel de la manecilla tenía
el color de la nuez y que su cabello, ondulado y rebelde, muchas veces llegaba
a la cita antes que ella. O se atrasaba según su capricho. En sus ojos, el
guardián de los minutos descubrió una felinidad cautivadora que lo electrizaba
casi paralizándolo, y, al seguirla con la mirada, descubrió que no corría de un
segundo al otro como él lo había inferido, sino que en realidad daba brincos
como si sus pies fueran de una goma volátil e insubstancial. Con todo, lo que
más lo perturbó fue el aroma que ella dejaba en cada vuelta y que se desvanecía
casi tan pronto como lo aspiraba. Era dulce como la madera que no envejece.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"> Desde aquel brevísimo contacto, él no dejó de pensar en
ella, y como ocurre siempre en estos casos, con el primer suspiro apareció la
ansiedad. Impacientemente, el minutero comenzó a asomarse detrás de los números
aguardando el retorno de la aguja. Los 61 segundos que a ella le tomaba
completar el ciclo se volvieron eternos. Tic, y ella no aparecía; tac, y no
llegaba. Cuando finalmente se acercaba, el encuentro fugaz sólo acrecentaba en
él la intranquilidad propia del enamoramiento. Luego ella volvía a marcharse
sin mirar atrás, a dar una vuelta más al reloj. Conforme él se iba percatando de
que su amor jamás sería correspondido, cada chasquido se convertía en una
espina que le daba en el alma. Contrario a lo que uno podría suponer, el
minutero aprendió a maldecir el Tiempo. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"> El sudor en sus manos y la enfermiza palidez de su rostro
no pasaron desapercibidos para la aguja de las horas, que, aprovechando un
momento de cercanía, le aconsejó que se olvidara de todo ese asunto. <i>No hay nada que hacer</i>, dijo la manecilla
sabia. <i>Tiene razón</i>, supuso el
minutero. ¿Cuándo se había sabido de semejante atrocidad? Sólo un loco podía
pensar que un encuentro amoroso de tal índole sería posible. El minutero
prometió olvidarla y la aguja de las horas no encontró motivos para dudar de su
promesa. Por todos era sabido que lo único que tenía palabra era el Tiempo.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"> Pero, a pesar de sus esfuerzos, el minutero no dejó de
pensar en ella ni de entristecerse cada vez que la veía partir. Entonces
decidió hacer algo al respecto. Una mañana en la que todo parecía regirse bajo
la normalidad, repasó por última vez las palabras que le diría a la
desprevenida manecilla cuando ella volviera a pasar encima de él. Sus manos
sudaban con un nerviosismo atolondrado y su garganta se había transformado en
un enjambre de sufridas confesiones. Así, cuando por el horizonte curvilíneo la
vio aparecer, supo que la hora había llegado. Pero nada es como uno lo planea. Justo en el momento en que se disponía a
detenerla por el hombro, las puertas del quirófano se abrieron violentamente y
dos enfermeros entraron cargando a una mujer que gemía de dolor. Detrás de
ellos, un doctor gritaba instrucciones al tiempo que les pedía a los enfermeros
que sujetaran fuertemente a la mujer y la mantuvieran con las piernas abiertas.
La mujer no dejaba de golpear la mesa de operaciones y de vez en cuando se
llevaba las manos al vientre, en el que crecía una enorme y puntiaguda
protuberancia. “<i>¡Sálvelo, Doctor!,” </i>suplicaba
lastimosamente. “<i>¡Salve a mi hijo!” </i>El
médico desgarró su ropa interior y asistido por una enfermera introdujo sus
manos enguantadas en el cuerpo de la mujer embarazada. Su expresión denotó que
algo no estaba bien. Sobre sus cabezas, intentando ignorar la súbita
distracción, el minutero esperó a que la manecilla de los segundos pasara y se
detuviera sobre él. Aunque la aguja de las horas lo reprendió exigiéndole que
cumpliera su promesa, no hubo nada que hacer. Aquel estaba resuelto a
explicarle a la joven lo que había sentido desde la noche en la que lo rozó
distraídamente y que lo había estado atormentando. El amor, cuando no se
confiesa, es hielo, y él ya no podría soportar más aquella ausencia de calor. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"> Abajo, maniobrando torpemente, el doctor gritaba: <i>“¡El cordón lo está asfixiando y no logro
alcanzarlo!”</i> Cediendo ante el dolor, la parturienta perdió el conocimiento
y quedó inerte sobre la mesa de operaciones. Lo último que pasó por su mente
fue el terror de saber que su hijo nacería muerto. Angustiado, el doctor supo que
al niño le quedaban pocos segundos. Si no conseguía desanudarlo, el cordón
umbilical lo estrangularía hasta matarlo. Tic, tac… tic, tac. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Tic, <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">tac…<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"> Entonces, en el instante preciso en el que la manecilla
se posó sobre él, el minutero extendió sus brazos y la sujetó como si de ello
dependiera la cordura del universo. Lo que ocurrió a continuación sólo ha sido
supuesto en teorías sin fundamento que la ciencia ha descartado por absurdas,
pero que la Filosofía no ha renunciado en ponderar. Cuando los brazos del
minutero la rodearon por el cuello, ella detuvo su marcha y el Tiempo en su
totalidad se detuvo. Las partículas de polvo que flotaban en el aire
permanecieron estáticas, el viento dejó de correr y el escorpión no pudo
inyectar su ponzoña en el escarabajo. Ningún insulto fue pronunciado, la ropa
dejó de lavarse, la Tierra dejó de circundar al sol. Nadie se besó y nadie
murió. Los edictos se quedaron en las bocas de los monarcas y ni una sola ola
alcanzó la playa. En fin, la Creación permaneció quieta, la vida pausada sin
reproche y sin alivio. En este punto el minutero habló. Le dijo a la manecilla
del amor que sentía por ella, de cómo antes del incidente su vida había tenido
propósito, pero que ahora una duda existencial se había apoderado de él. ¿Qué
caso tenía avanzar si no era hacia ella? ¿Para qué medir el paso de las horas y
los días si jamás la tendría junto a él? ¿De qué servía admirarla si no la
podía tocar? Mirándola directamente a los ojos, él dijo: “Sin ti, cada
fragmento del tiempo que medimos… duele.”<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"> Desde el Big Bang, Tiempo y Distancia no habían vuelto a
estar tan unidos como en el momento en el que ella se dejó besar por él. Lo que
sintieron es especulativo, y si ese beso realmente se dio, no existiría palabra
que lo pudiera definir. El minutero sonrió como nunca antes lo había hecho, y
aunque el mundo no volviera a girar, aunque el Destino se hubiera descompuesto,
aquello se sentía bien. El minutero no la dejaría ir. Sin embargo, cuando le
explicó a ella su decisión, una rasgadura improbable rompió su concentración.
Por imposible que pareciera, una gota salada recorría la mejilla de la madre
produciendo el único sonido del planeta, parecido al de un arado en tierra
seca. Al voltear hacia abajo, las tres agujas descubrieron que la lágrima que
brotaba de sus ojos desgarraba su piel en su camino hacia su vientre. Aquello
no tenía sentido. Sin Tiempo el Movimiento era imposible. Pero las lágrimas poco
saben de física. Más allá, se percataron de algo que los hizo sobresaltarse. Dentro
de su barriga, el niño se retorcía penosamente, peleando por mantenerse con
vida. Al no haber nacido, continuaría asfixiándose sin pausa a menos que el
tiempo volviera a correr. <i>“¡No!,”</i>
exclamó el minutero sujetando con más fuerza a la manecilla en sus brazos. Él
la miró con ojos suplicantes, temiendo lo que el resto de la eternidad
significaría para él si de pronto se atreviera a soltarla. Ella, en cambio,
apartando momentáneamente la mirada del bebé, miró con resignación al minutero
y sin palabras todo quedó dicho. <i>“¡No!,”</i>
volvió a decir él, esta vez sin la fuerza de antes. Amorosa, ella lo acarició. <i>“En otro tiempo, tal vez…”</i> Dejando
escapar un grito de frustración, el minutero abrió los brazos como queriendo
rodear con ellos al reloj entero. Entonces ella se fue. Entonces él la vio
partir. Entonces todo fue luz y ruido y colores y movimiento y palabras y el
llanto de un bebé.<o:p></o:p></span></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="background: white; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"> Cuando se llevaron al recién nacido al cunero y los
enfermeros acompañaron a la madre a la sala de recuperación, la tranquilidad
regresó al quirófano. Por la noche, los enfermeros entraron a jugar a los naipes
y dos de ellos hicieron el dramático recuento de cómo esa mañana un bebé casi
moría asfixiado. Desdoblaban despreocupadamente sobre la mesa ases, reyes y
reinas de espadas, cuando de pronto un gemido los hizo respingar del susto. Era
un quejido indescifrable, agudo y triste, que sobrevolaba el lugar. Nunca supieron
de dónde venía. Lo que sí pudieron contar, sin embargo, es que el llanto se
producía puntualmente, sin demora, cada 61 segundos.</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
Max Blumehttp://www.blogger.com/profile/15695636338745714020noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5174901583357365355.post-47806048898011353362016-04-25T04:16:00.002-07:002016-08-07T20:04:18.929-07:00Ya meroDiana, Tania, Andrea y Daniela... ya mero está su cuento... gracias por esperar...Max Blumehttp://www.blogger.com/profile/15695636338745714020noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-5174901583357365355.post-2869339945270292962015-09-28T15:54:00.002-07:002015-09-28T15:54:30.891-07:00Un Hombre<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj0a_On41wdeMKSl8NxU2HSEginfvaAtXRv8YrbS2N6G5g9nP_SBlfoZe8MFi7UsbrkmHdEaaVW3KoOPet2hFg-lMK8KBK3DQF4Xf88ig8s1AXxdZyJ1I1zbl8Z0W5wn86slRz1cqSyvDvL/s1600/bimbus.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj0a_On41wdeMKSl8NxU2HSEginfvaAtXRv8YrbS2N6G5g9nP_SBlfoZe8MFi7UsbrkmHdEaaVW3KoOPet2hFg-lMK8KBK3DQF4Xf88ig8s1AXxdZyJ1I1zbl8Z0W5wn86slRz1cqSyvDvL/s400/bimbus.jpg" width="300" /></a></div>
<span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; line-height: 18px;">Hoy tuviste juego. Cada vez que terminas una jugada me buscas en las gradas y te preguntas por qué, en vez de gritarte y echarte porras, te miro con los ojos húmedos. Al finalizar el partido corres hacia mí y me dices “<i>¿Viste esa tacleada? ¡Lo detuve con el casco! Se escuchó puuum.</i>” Te abrazo y me preguntas “<i>¿Ya soy un hombre?</i>” Te respondo “<i>No lo sé,</i>” y mi respuesta no te satisface.</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; line-height: 18px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; line-height: 18px;">Pa</span><span class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; line-height: 18px;">san los días y me dices “<i>sé que te duele no estar conmigo siempre, no verme entrenar todos los días, ni poder hacer conmigo la tarea de la escuela. Si estoy consciente de tus sentimientos y de los sentimientos de los demás, ¿ya soy un hombre?</i>” Y te digo “<i>no lo sé</i>.” Mi respuesta no te frustra, pues intuyes que con el tiempo la definición de ‘Hombre’ te será más clara y la incertidumbre desaparecerá.<br />Pasan los años y entras a la secundaria. Un día tres muchachos te golpean porque defendiste a un compañero más débil que tú. Llegas a la casa adolorido y me preguntas “<i>¿ya soy un hombre?</i>” Te lavo las heridas, y te menciono una frase que en ese momento carece de sentido. Me das la espalda y te vas a dormir.<br />En la universidad, parte de tu tiempo lo destinas a visitar enfermos y a calmar la tristeza de otros que no tuvieron tus mismas circunstancias. No lo comprendes aún, pero estás haciendo del mundo un lugar mejor. Por las noches me preguntas, “<i>papá, ¿ya soy un hombre?</i>” Te beso la frente y te digo, “<i>quién lo sabrá</i>.”<br />Al graduarte, encuentras un trabajo que te apasiona y una mujer que te ayuda a encontrar una definición más grande de lealtad. Eres feliz. Formas una familia, y al nacer tu primer hijo me preguntas “<i>¿ya soy un hombre?</i>” Yo cargo a mi nieto y te respondo “<i>es una gran interrogante</i>.”<br />Tiempo después las cosas no van bien para ti. Descubres una cara del mundo que te duele y algunas personas que amas te han decepcionado. Me llevas a un lugar apartado y negando con la cabeza me dices “<i>aunque a veces me cuesta trabajo verlo, la vida es lo más hermoso que me ha ocurrido. Si no me he dejado vencer por las adversidades, ¿ya soy un hombre?</i>” Encojo los hombros y murmuro esa frase que de tanto repetirla ha perdido su valor para ti. Mi aparente insensibilidad finalmente te frustra más que cualquier otra cosa. Desilusionado, ya no eres capaz de verme a los ojos. Quizá ha sido un error haberle preguntado a tu viejo todos estos años si ya eras un hombre.<br />Días después, pasas por mí y me llevas al campo de futbol americano donde juega tu hijo de 9 años. Es su primer scrimmage. Nos sentamos en las mismas gradas en las que yo me sentaba a verte jugar. En cierto momento del partido, él taclea a un ofensivo y evita la anotación. Los tambores suenan, el público lo ovaciona, pero tú no puedes gritar. Los ojos se te humedecen y la garganta se te cierra con un nudo de orgullo indescriptible que apenas te deja respirar. Terminando el juego, corre hacia ti y te abraza exclamando “<i>¿Viste, papá? ¡Lo detuve con el casco! Ya soy como tú. Soy todo un hombre.</i>” Mirándolo a la cara, le dices “<i>todavía no sé si eres un hombre, pero para mí eres más que eso.</i>” Entonces, con ojos esperanzados te pregunta “<i>¿Qué soy?</i>”<br />Tardas en responder. Miras sonriendo hacia donde me encuentro, porque la respuesta qué él busca es la misma que has buscado todos estos años. Con ternura le mencionas una frase que cancela toda incertidumbre, y que es la misma frase que te he repetido desde el primer día que te cargué en mis brazos.<br />“<i>Tú eres mi hijo</i>.”<br /><br /><i style="font-size: 13px;">Al portentoso Bimbus</i></span>Max Blumehttp://www.blogger.com/profile/15695636338745714020noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5174901583357365355.post-80705617448739864202015-05-22T12:22:00.003-07:002015-10-01T14:05:53.255-07:00Labios de Evangelina<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTPMvHAZJrL5PlBO68GciFLJ89ONkAJWkM4UQB3y3KacLn5fG824be3LsO-FnXS59YybiTsbGotEXMXsm3Gv-TEPd-3TEoEjeEYSyNG9NPdVGsZwraMeiO0qWJmz8FVvVWfsKEtIkUcqVs/s1600/_273419850_Metro+Last+Light+%2527Genesis%2527+video+teases+a+bleak+post-apocalyptic+future.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTPMvHAZJrL5PlBO68GciFLJ89ONkAJWkM4UQB3y3KacLn5fG824be3LsO-FnXS59YybiTsbGotEXMXsm3Gv-TEPd-3TEoEjeEYSyNG9NPdVGsZwraMeiO0qWJmz8FVvVWfsKEtIkUcqVs/s320/_273419850_Metro+Last+Light+%2527Genesis%2527+video+teases+a+bleak+post-apocalyptic+future.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Indagar en las causas que originaron
la destrucción carece de sentido. Sería como descubrir un cuerpo carcomido por
el cáncer e intentar dictaminar la fecha exacta del primer brote. El cielo se
ha empantanado con una lumbre verde y mohosa, el viento cala los ojos; es
difícil respirar. Cada paso que damos nos devuelve al principio, a los ríos abundantes
de tierra, a los valles despellejados de gente, a los secos pozos, a las
iglesias profanadas con ofensas caligrafiadas angustiosamente, y que serán la
única herencia literaria para quienes pasen por ahí. Nada puede hacerse ya: el
mundo está muerto.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"> Los
horizontes adornados con hongos radioactivos confunden cualquier brújula, por
eso es que andamos en círculos. Mi compañero, el que ha estado siguiéndome desde
la primera explosión, habla con veneno; la meta de sus palabras es invalidar mi
ánimo, corromperlo hasta extinguirlo; verme caer le haría tanto bien. Pero yo
sigo con paso firme hacia adelante, allá donde mi instinto me señala que la
pudrición pierde su potestad, pasando la ciudad en ruinas. Camino y camino, y
cuando el cansancio me exige un alto camino mucho más. Atravieso por lugares
que no vale la pena nombrar, pues su memoria se ha convertido en arena, y sobre
sus dunas brillan carbones encendidos, como si todos los relojes del mundo
hubieran dejado salir el tiempo, porque los hombres
debemos prescindir de él. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"> Mi
compañero me flagela con insultos, grande e incansable es su intención de
paralizarme. Me dice estás solo, me dice más allá de esa montaña de tierra hay
más montañas, y detrás de ellas la primera montaña, de la que nunca debiste
salir, en la que debiste haber muerto. Yo camino. Cuesta admitirlo, pero mi
cerebro tiene hambre. A veces me detengo, pero solo para escribir en el lodo. Con
el índice escribo frases que serán rasgadas por los colmillos del viento; si no
son frases entonces escribo un nombre. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"> Estúpido
ingenuo, le escucho decir. Mezclas las palabras como alquimista ciego. Pronto
morirás. Descubro bajo una roca una cucaracha y la devoro. Tengo miedo. Quizá lo mejor sea permanecer sentado y dejar que el polvo de lumbre me calcine. Eso, me dice.
Finalmente la sensatez. Entonces me pongo nuevamente de pie y camino con rumbo
al lugar cuyo nombre es antónimo de oscuridad.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"> Estúpido,
vuelve a decirme. Todavía piensas que un bautismo puede limpiarte, que existe
un paraje que fue perdonado de la destrucción, que en un bosque alimentado por
ríos cristalinos yace una urna con tu nombre y que a su lado podrás mencionar
la palabra saciedad. Sólo te lastimas dirigiéndote hacia allá. De aquí en
adelante lo único que encontrarás serán raíces secas y columnas vencidas. Primero sentirás la sed
en tus pies y luego en el alma; el regocijo se reservó para los muertos, pero
tú decidiste seguir. Para ti ya no hay lugar. Mejor siéntate aquí, déjame verte
desaparecer.</span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"> Yo
continúo mi camino. Para ti ya no hay lugar, insiste detrás de mí. Prefiero
dejar de escucharlo. Sobre todo cuando en mis huesos intuyo lo contrario.</span></div>
Max Blumehttp://www.blogger.com/profile/15695636338745714020noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5174901583357365355.post-34438449637570940732015-01-28T09:10:00.000-08:002015-01-28T09:14:55.108-08:00La Dama y el Ladrillo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYwZ1FTFZ0wybkI0DLosmKhz6VBn9lTyBZQUmFedYyLGCcnIUZiRs7HbUC32mt-ZGModwgNVgVIBfDGRsr3FSdcz9nFvGKrEZSxwrdHaA3Ta4ERx32K_ROWU5SDyy_Jpte0WbhNzyyJ2CT/s1600/hqdefault.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYwZ1FTFZ0wybkI0DLosmKhz6VBn9lTyBZQUmFedYyLGCcnIUZiRs7HbUC32mt-ZGModwgNVgVIBfDGRsr3FSdcz9nFvGKrEZSxwrdHaA3Ta4ERx32K_ROWU5SDyy_Jpte0WbhNzyyJ2CT/s1600/hqdefault.jpg" height="261" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: right;">
<i>Para @ivanecia y @scientek , </i></div>
<div style="text-align: right;">
<i>con cariño.</i></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<span style="font-size: large;">Sé lo que están pensando. Son tan transparentes que sus
gestos delatan sus juicios sobre mí. Pero es tan fácil tildarme de loco,
especialmente para quienes no conocen la historia, o más bien, el funesto hecho
que la desató y que es lo que me tiene pendiente de las paredes de este hospital.
Si prestaran atención, en lugar de ver a un desquiciado apreciarían al alma
atormentada, al hombre deshecho. No estoy loco. Y estoy dispuesto a apostar las
pocas posesiones que me quedan a que ustedes, de haber presenciado lo que yo,
actuarían de la misma manera. ¿Acaso no es ya una leyenda de horror en el
pueblo? ¿No han parodiado hasta el absurdo lo que aconteció en la casa del
viejo, el penoso dilema de la dama, el infierno que debió vivir y que la
mantiene en el delirio? Si en las siguientes líneas intento explicar el terror
sobrenatural que experimenté, el crimen que debía ser esclarecido, es en parte
para granjearme un poco de su compasión; pero sobretodo, para convencerme a mí
mismo. Sí, ojalá.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"> Aquel
domingo una lluvia helada golpeaba con toda su fuerza las ventanas de la
comisaría. Sólo el sargento y yo ocupábamos el primer piso del edificio. Debo
mencionar que, sin importar la hora del día, aquel edificio de tres pisos con
sus muebles empolvados, sus rincones húmedos y oscuros, y sus oficinas
fantasmagóricas inundadas de chillidos indeliberados, siempre me ha provocado
escalofríos. Sin duda yo trabajaba en el edificio más espeluznante del pueblo,
que si bien cuenta con la usual casa embrujada y sus inexplicables apariciones
en el cementerio de las afueras, ninguno se compara con la comisaría y su
colección de incómodas vibraciones que, sin importar la hora del día, ponen a
cualquiera en un continuo estado de paroxismo. Baste recordar el curioso caso
de Albert Duncan, el antiguo sargento de McCook. Fue mucho antes de mi tiempo,
pero la historia aún permea en las conversaciones de los sábados en Donna’s,
así como en el patio de la escuela primaria. Duncan era un tipo callado y
sereno que había logrado mantener el orden durante los últimos quince años.
Todos los pleitos se resolvían gracias a él de manera local, sin la necesidad
de recurrir a la alcaldía de Mission. Se dice que en esos quince años nadie
nunca lo vio desenfundar su arma, excepto una vez. Fue un domingo como éste,
misma lluvia, misma soledad. Después de asistir a misa en Saint Mary, entró a
la comisaría para atender a unos querellantes que no lograban ponerse de
acuerdo sobre un tema por demás irrelevante. Entonces, Duncan sugirió una
pausa. Ofreció café a los implicados, pero al darse cuenta de que no había agua
en el enfriador, rompió a llorar. Quiero decir, el hombre literalmente se
deshizo en llanto, cayendo de cuclillas y escupiendo moco por todas partes.
Asustados ante la terrible escena, nadie acertaba a preguntarle el motivo de su
dolor. De pronto, poniéndose nuevamente de pie, sacó su arma y se disparó en la
cabeza, rociando la pared con sus propios sesos. De esto ya pasó un tiempo; aún
así, la oficina donde Duncan se mató sigue vacía. Incluso, algunos aseguran que
por las noches todavía puede escucharse el eco de la detonación. Por mi parte,
al ser oriundo de McAllen, descartaba esa y otras historias lóbregas
tildándolas de supersticiones provincianas. Después de todo, qué es un pueblo
de 97 habitantes sin un par de leyendas que les den identidad.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"> Tampoco
voy a negar que las veces que me correspondió hacer guardia nocturna, ciertas
visiones me perturbaran, hombres colgados por el cuello o niños sin ojos,
mismas que se esfumaban apenas enfocaba la mirada sobre ellas. ¿Que por qué nunca mencioné nada de esto? ¿Lo habrían hecho
ustedes? ¿Volverían a confiar su tranquilidad a un oficial de la ley que
asegura ser perseguido por alucinaciones? Como ven, locura no es lo que me
afecta, sino un extremo sentido de la prudencia.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"> De
cualquier manera, aquel domingo todo parecía indicar que el día se iría quieto,
hasta que la puerta se abrió con un estruendo.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"> El
primero en reaccionar fue el sargento, quien de un respingo se puso de pie
tirando por el suelo su café tibio. Al ver al anciano, pálido como la cal, con
la piel transparente y la mirada confinada por el terror, gritando por ayuda al
interior de las oficinas vacías, permaneció de pie, en silencio, intentando
decidir si el hombre se hallaba en auténtico peligro o si se trataba de un extraño
caso de rabiosa locura. Yo me mantuve en calma, aunque debo de confesar que
llevé mi mano a la chistera cuando vi al viejo correr hacia mi escritorio.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">- ¡Está demoliendo mi casa! – gritaba el viejo Flagg,
aturdido.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">- ¿Quién? – pregunté. En el cuello de la camisa
noté manchas de sangre frescas.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">- ¡La señora! ¡Está loca! ¡Tienen que ayudarme!</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"> Sin
levantarme de mi asiento, le pedí al viejo que se tranquilizara y me explicara
racionalmente los hechos a los que se refería con tanto ímpetu. Su piel
albanene me recordaba el capullo putrefacto de una oruga y no pude evitar
sentir un espasmo de asco. Sus dientes amarillentos, las desagradables cuencas
alrededor de los pómulos protuberantes, la escasa cabellera ceniza que brotaba
del cráneo: aquel hombre encarnaba al heraldo de las pesadillas. Deseé que se
marchara. En vez de eso, con terrible precisión narró aquello que lo tenía en
estado de perturbación. Sus gesticulaciones y aspavientos comenzaron a
aturdirme. Debió darse cuenta, pues justo a la mitad de su asombrosa narración,
más enfadado que atormentado dijo: - Le exijo que me acompañe. Esa mujer está
destruyendo mi casa.<a href="https://www.blogger.com/null" name="_GoBack"></a></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"> De
reojo vi al sargento asentir; era obvio que no vendría conmigo.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"> La casa
del viejo Flagg estaba hasta el otro lado del pueblo, así que tuve que subir a
mi patrulla y seguirlo. Él manejaba su horrible y destartalada F-150, la cual
era la burla del pueblo. Arriba, en el cielo, las nubes no daban señal de
querer marcharse, lo que explicaba la parcial luminosidad a pesar de ser
mediodía. Hacía varios días que no veía a Flagg. A veces pasaba por Donna´s
para desayunar, o a Ed´s Tool and Supplies
para comprar herramientas de jardinería, pero de eso habían pasado
muchos días. No siempre fue un hombre extraño; lo cierto es que su vida cambió
a partir de la extraña desaparición de su esposa. Cinco años atrás, la Sra.
Flagg se había esfumado de la faz de la Tierra rodeada de circunstancias
misteriosas. Nadie en el pueblo volvió a saber de ella. Por su parte, cuando llegó
la policía, el Sr. Flagg, reveló en pleno ataque de histeria una de las
historias más extrañas. Aparentemente, el señor y la señora Flagg habían reñido
aquella mañana. Harto de amenazas e insultos, él salió de la casa con la
intención de tomar unas cervezas con Big Foot Smith, quien vive en la granja detrás
de la iglesia. Se encontraba a punto de tomar el camino principal cuando
descubrió que había olvidado su billetera. Al regresar a su casa, encontró a su
esposa llorando amargamente en la sala. Ignorándola, entró a su recámara, tomó
su billetera, y tras corroborar que tenía suficiente plata para llevar la
juerga hasta la madrugada regresó a la sala. Para su sorpresa, ella ya no
estaba ahí. La buscó en la cocina, en el baño y en el sótano. Preocupado porque
se hubiera llevado la camioneta, salió apresuradamente de la casa, pero la Ford
seguía estacionada en su lugar. Buscó entonces en los alrededores, sin suerte: la
mujer sencillamente se había volatilizado. Presa del nerviosismo, regresó a su
casa para llamar a la policía. Ahí fue donde la escuchó. Cuando descolgó el
teléfono, en lugar de la línea escuchó una estática robótica e intermitente, un
sonido parecido al que puede escucharse en la BC cuando hay interferencia. El
viejo palideció de horror cuando escuchó debajo de aquel ruido infernal la voz
de su esposa suplicando que la sacara de ahí. El cuerpo jamás fue encontrado y
el caso se archivó como PD (Persona Desaparecida). Aún así, todos en McCook
aseguran que fue el mismo Sr. Flagg quien finalmente la había asesinado. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"> Es un
severo caso de senilidad, me dije mientras doblaba por el camino que subía a su
propiedad. Al llegar, nada parecía estar fuera de lo normal. Fue al acercarme a
la puerta que escuché un martilleo frenético y constante. Con mano temblorosa,
Flagg sacó las llaves y abrió la puerta. La casa, una construcción de un piso
con sótano, estaba hundida en la penumbra. Intentamos el interruptor, pero nada
se encendió. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">- Es la señora – explicó Flagg. – Ya alcanzó la instalación
eléctrica.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"> Los
insoportables martilleos llegaban del sótano, al que se accedía por una puerta
de madera. Una fumarola de polvo blanco y cemento me golpeó la cara apenas la
abrí, y tardé varios minutos en calmar el ataque de tos. No cabía duda de que
alguien estaba muy ocupado demoliendo los cimientos del inmueble.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">- ¿Quién es? – pregunté.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">- Una señora – respondió Flagg – La encontré ayer en la
carretera, dijo que iba de paso. Me pidió refugio para pasar la noche.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">- ¿Cuándo empezó con los martillazos?</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">- Hace dos horas.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"> Cautelosamente
bajé los escalones. Sin embargo, nada me hubiera podido prevenir acerca de la dantesca
escena que me esperaba al llegar al sótano. Una vez que mis ojos se adaptaron a
la oscuridad, vi que el sembradío de siluetas desintegradas eran muebles
puestos de cabeza, arrumbados contra las paredes, víctimas de un huracán
humano. Una de las paredes estaba completamente despedazada, mordida
literalmente, sus restos desperdigados por la pequeña estancia. Por los huecos,
haces de luz se esforzaban por penetrar la densa polvareda, asignándole a cada
objetos un aura tétrica. Al fondo, un televisor hecho añicos yacía al lado de
un minibar. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">- ¡No, no, no! – lloraba el Sr. Flagg ante la destrucción.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"> Los
cansados gemidos que habíamos escuchado cuando llegamos provenían de más allá.
A tientas, me aproximé, tropezando con sillas, mesas y vajilla. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">- ¡Ahí! – señaló el viejo con voz entrecortada.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"> Delante
de mí, una mujer de mediana edad golpeaba la pared que daba al oeste con un poderoso
mazo. Su blusa estaba rota de los puños, y de las yagas de sus dedos escurría
sangre. Obleas toscas colgaban de su cabello, cual si hubiera recibido un baño
de polvo y yeso. Sus movimientos eran salvajes, casi inhumanos. Los chillidos
que salían de su boca semejaban a los que uno imagina cuando lee relatos de
ficción, en los que una bestia diabólica termina encadenada al fondo de un
abismo.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">- ¡Policía! – grité intentando contener un nuevo ataque de
tos - ¡Deténgase!</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"> Si me
escuchó o no poco le importó; la mujer continuó con su frenética actividad como
si de ello dependiera su supervivencia. Acercándome un poco más, la jalé del
hombro para que detuviera la destrucción. Intempestivamente, ella giró la
cabeza de tal forma que pude ver en sus ojos una mirada desubicada, no la de
una mujer iracunda o llena de remordimiento, sino la de una criatura hecha para
un solo propósito. Un escalofrío me recorrió el cuerpo y por un segundo tuve la
certeza de que se echaría sobre mí con el mazo en la mano.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">- Soy policía – repetí sin convicción.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"> Sorpresivamente,
se detuvo en seco levantando en el aire su mano libre, poniendo atención a una
voz que sólo ella podía escuchar. Nosotros nos callamos, intentando escuchar lo
que fuera que la tenía en vilo. Sin embargo, el único sonido era el de la
lluvia que había arreciado en el exterior y el de los relámpagos que caían
haciendo la tierra retumbar. Activada nuevamente por su propósito, la mujer
arremetió contra la pared con frenesí, taladrando agujeros de los que brotaban
arcilla y cemento. Los ladrillos comenzaron a caer como lingotes anaranjados contagiados
por la lepra.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">- No tengas miedo, Celina – decía – Mamá te sacará de ahí.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">- Por última vez, señora. Deténgase o tendré que recurrir a
la fuerza.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">- ¡Ella está ahí! ¡Debo salvarla!</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">- ¿A quién?</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">- Mi hija. La casa se la tragó.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"> De
reojo advertí la expresión del Sr. Flagg que se constreñía presa de un terror
que jamás se había ido.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"> Saqué
entonces las esposas y me lancé hacia la mujer con el fin de someterla, pero
fui recibido por un mazazo que me golpeó directamente en la cabeza,
derribándome. Tardé unos instantes en recuperar el sentido, y cuando finalmente
logré ponerme de pie me encontré frente a una carriola azul con la capucha
desplegada. Una cobija de colores cubría un colchón de plástico. Encima, una
sonaja en forma de avecilla emitía su infantil sonido con cada costra de
argamasa que caía del techo.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">- ¿Por qué no me dijo que había una niña? – pregunté al Sr.
Flagg acusatoriamente, al tiempo que señalaba la carriola - ¿Dónde está la
niña?</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"> Pero él
sólo negaba con la cabeza. La visibilidad en el sótano se había vuelto casi
nula, y las punzadas de dolor en mi quijada iban en aumento. Sabía que pronto
sufriría otro desmayo. Por todo lo demás, el aire se acababa, sofocándonos, así
que pronto moriríamos asfixiados. Perturbado, estaba por lanzarme sobre la
mujer cuando de pronto volvió a detenerse sin motivo aparente. Levantó la mano
solicitando nuevamente nuestro silencio, pero con excepción de los fragmentos
de ladrillo, plafón y tablaroca que caían indiscriminadamente, no se escuchó
nada, ni un chillido, ni un lloriqueo, nada. Pensé en aprovechar su
desconcierto para tumbarla, pero corrió desesperada hacia la pared norte. No
pude evitar sentir lástima al verla pegando la oreja en diferentes alturas de
la pared. Luego, saltó esquivando un librero que había caído y fue a buscar
latidos en el interior de una columna de madera. La tolvanera era insoportable
y calculé que nos quedaban unos segundos para escapar. Desenfundé mi pistola y
apunté hacia ella, quien para entonces sólo repetía <i>Celina, Celina, Celina</i> como una invocación druídica. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">- Esta es su última advertencia – dije sintiendo todavía palpitaciones
de dolor en la cabeza.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">- <i>Celina, Celina, Cel…</i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"> </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"> Entonces
el infierno cayó del cielo. Una de las vigas que sostenía el techo cedió ante
el vapuleo de las paredes bombardeadas cayendo encima de mí y haciéndome soltar
el arma. Acto seguido, una segunda viga cedió también, provocando un diluvio de
alambre, yeso y concreto que nos enterró momentáneamente, al mismo tiempo que
una explosión de polvo nos cegaba por completo. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">- ¡Salga de aquí! – grité al Sr. Flagg.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"> Yo me
abalancé sobre la mujer, arrastrándola hacia las escaleras. Histérica, mordió
mi brazo hasta arrancar un pedazo de carne. No podía dejarla ahí, con la casa
entera cayéndose a pedazos sobre nosotros. Liberando mi brazo, la tomé por las
caderas y la arrastré escaleras arriba, hacia la superficie.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">- ¡Suélteme! ¡Mi hija está allá abajo! ¡Suélteme!</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"> Afuera,
la tormenta había convertido el terreno en un lodazal. A unos metros pude ver
al viejo Flagg hincado, implorando con amargura mientras la casa en la que
había vivido toda su vida se colapsaba. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"> Soltándose
de mi abrazo, la señora regresó gateando a la casa, pero la cantidad de
escombro que se había formado le impidió abrirse paso. Ante nuestros ojos, la
casa fue tragada por la tierra. Mientras viva, jamás olvidaré aquel cuerpo
postrado, como tampoco olvidaré su llanto que aún resuena como arañazos en el
alma.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">- Perdóname Celina… perdóname, mi amor.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"> En la
comisaría, la mujer, cuyo nombre prefiero no revelar, declaró que aquel domingo
en la mañana, habiendo terminado de alimentar a su hija de un año de edad, entró
al baño para lavar el biberón, labor que tomó menos de un minuto. Cuando salió,
la niña había desaparecido de la carriola. Desesperada, comenzó a buscarla por
todas partes; incluso, subió despavorida temiendo que su benefactor hubiera
podido sustraerla con el fin de lastimarla. Pero el viejo dormía, y la puerta
de la casa estaba cerrada por dentro. Así que ni él ni nadie pudieron habérsela
llevado. Estaba por salir a la calle y
pedir ayuda, cuando comenzó a escuchar el llanto de su hija proveniente del
interior de las paredes. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"> Por su
parte, en su testimonio, el Sr. Flagg aseguró que la señora a la que dio asilo por
una noche había llegado sola, sin la bebé que supuestamente fue engullida por
la casa. Lo que llamó la atención fue el hecho de que negara haber visto la
carriola azul que yo le había señalado.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">- Ahí estaba, sargento – dije – Lo juro. El viejo está
mintiendo.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"> Nadie
me creyó. Ni el sargento, ni mis compañeros. Mucho menos las demás personas que
fueron llamadas en calidad de testigos. Para ellos, la mujer estaba en un sitio
más allá de la locura. Y de no haber sido lo que vi más tarde, seguramente yo me
habría convencido de lo mismo. ¡Hay tanto loco deambulando por los caminos! </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"> Las
indagatorias se prolongaron hasta muy tarde. Se decidió entonces que la mujer
permanecería en la celda hasta el día siguiente que sería trasladada al
manicomio de Big Spring.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">- ¿Cómo pudiste permitir que esto ocurriera? – preguntó el
sargento. Yo sabía lo que él y los otros pensaban de mí. Era la desgracia del
pueblo - ¿Dónde está tu arma?</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"> Por la
noche, subí a la patrulla y regresé a casa del Sr. Flagg para recuperar mi
pistola. Sería una labor difícil de realizar, pues se encontraba sepultada bajo
una tonelada de escombro. El terror que había sentido aquella mañana volvió a
apoderarse de mí cuando, al subir por el camino que llevaba a la casa vi la
pequeña carriola azul avanzando hacia mí. No sé explicar si simplemente se
deslizaba o si era empujada por alguna mano invisible: lo que fuera, ahí
estaba, sus llantitas de plástico girando sobre el lodo, dejando huellas que
provenían desde el lugar donde antes hubo una casa.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"> Al
bajar de mi patrulla me abrí paso entre polines despedazados y muros
cercenados. Alambres y clavos rasguñaban mi piel. Encontrar la pistola sería
imposible. En el cielo, un potente relámpago anunció el regreso de la lluvia.
Lo mejor sería esperar a que los bulldozers levantaran el cascajo en la mañana.
Decidí volver al camino y subir la carriola a la cajuela, de esta forma habría
una prueba de la posible existencia de Celina. Entonces la escuché. Primero
como un hilo quejumbroso que fue creciendo hasta convertirse en el maullido de
un gato moribundo. Era el inconfundible gemido de un bebé. Su llanto agudo y
filoso me encrespó los vellos, paralizándome momentáneamente. Con una angustia que
no había sentido jamás comencé a apartar los materiales y el escombro, gritando
su nombre para tranquilizarla. Pero a medida que arrojaba un tubo o la puerta
de un closet, el llanto acrecentaba en ritmo y volumen hasta ser insufrible.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">- ¡Celina! ¡Celina!</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"> Removí
lo más que me permitieron mis propias fuerzas. Tendría que pedir ayuda. Así me
dispuse a hacerlo hasta que descubrí que el llanto no venía ya de la casa, sino
cerca de mi auto. Busqué afanosamente por todas partes, pero no hallé rastro
alguno de Celina. Agachándome por última vez, divisé parte del escombro que
había arrojado anteriormente. Casi a punto de perder la cordura, tomé los
materiales y regresé a la comisaría. Durante el trayecto, los estridente
aullidos de la niña me desquiciaban al tal grado que quise estrellar la
patrulla en la casa abandonada que está en la intersección. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">- ¡Déjame pasar! – dije al joven policía encargado de la
guardia nocturna, quien se extrañó al verme llegar con una bolsa llena de
papeles, ladrillos, tubos y varilla.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">- El sargento ordenó que nadie entrara en la celda.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">- ¡Apártate!</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"> La
exasperación que para entonces controlaba mis reacciones y movimientos me hizo
temer que sería capaz de matarlo si no se hacía a un lado. El muchacho debió
adivinar mis pensamientos, pues sin dudarlo desenfundó su arma apuntándola
hacia mí.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">- ¡Imbécil! – grité.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"> Salí a
la calle y rodeé el edificio hasta llegar a la ventana enrejada donde se
encontraba apresada la señora.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">- ¡Haz que se calle! – supliqué soltando la bolsa sobre el
suelo. La ventana se alzaba a unos dos metros, por lo que me era imposible
verla. Pero sabía que podía escucharme. Los gritos de Celina ya estaban en mi
cabeza, obligándome a tomar una de las varillas para clavarla en mis muñecas. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">- ¡Por favor! ¡No puedo más!</span></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"> Debajo
de mis propios alaridos, un canto maternal se inició en la noche; una voz
melodiosa y tierna que venía de la celda y que poco a poco apaciguó a la niña
atrapada en la bolsa. Rompí a llorar, mis nervios deshechos por la larga
jornada. Lloré sin parar bajo la lluvia eterna, así como lloré
irremediablemente a la salida del sol. Así me encontraron los hombres de la
ambulancia, acurrucado como un feto, estrujando contra mi pecho la bolsa en la
que Celina dormía apaciblemente. No tuve fuerzas para impedir que la arrancaran
de mí, ni para preguntar quién cuidaría de ella. Sólo espero que en donde esté
pueda escuchar el dulce canto de su madre. Yo lo escucho todos los días.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
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Max Blumehttp://www.blogger.com/profile/15695636338745714020noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5174901583357365355.post-54578591974452196772014-12-17T07:46:00.003-08:002014-12-17T07:46:44.488-08:00Date a Girl who Reads<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiumsX8Jb4iqTT2K4iIcW8JKR0Lc79WMiRKsfceLRomQp5SIMp6A-zxx3g9CumHT6G-buUqd9uSsUsS8mbQw5SfWMCDnaeEyDn4h1XQyqon9huwXXxzAB2_MCUR7ORNTkxkiOnvU9iOzMhP/s1600/images8QBJ05TE.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiumsX8Jb4iqTT2K4iIcW8JKR0Lc79WMiRKsfceLRomQp5SIMp6A-zxx3g9CumHT6G-buUqd9uSsUsS8mbQw5SfWMCDnaeEyDn4h1XQyqon9huwXXxzAB2_MCUR7ORNTkxkiOnvU9iOzMhP/s1600/images8QBJ05TE.jpg" height="320" width="251" /></a></div>
<span style="font-size: large;">"You should date a girl who reads. Date a girl who reads. Date a girl who spends her money on books instead of clothes, who has problems with closet space because she has too many books. Date a girl who has a list of books she wants to read, who has had a library card since she was twelve.<br /><br />Find a girl who reads. You’ll know that she does because she will always have an unread book in her bag. She’s the one lovingly looking over the shelves in the bookstore, the one who quietly cries out when she has found the book she wants. You see that weird chick sniffing the pages of an old book in a secondhand book shop? That’s the reader. They can never resist smelling the pages, especially when they are yellow and worn.<br /><br />She’s the girl reading while waiting in that coffee shop down the street. If you take a peek at her mug, the non-dairy creamer is floating on top because she’s kind of engrossed already. Lost in a world of the author’s making. Sit down. She might give you a glare, as most girls who read do not like to be interrupted. Ask her if she likes the book.<br /><br />Buy her another cup of coffee.<br /><br />Let her know what you really think of Murakami. See if she got through the first chapter of Fellowship. Understand that if she says she understood James Joyce’s Ulysses she’s just saying that to sound intelligent. Ask her if she loves Alice or she would like to be Alice.<br /><br />It’s easy to date a girl who reads. Give her books for her birthday, for Christmas, for anniversaries. Give her the gift of words, in poetry and in song. Give her Neruda, Pound, Sexton, Cummings. Let her know that you understand that words are love. Understand that she knows the difference between books and reality but by god, she’s going to try to make her life a little like her favorite book. It will never be your fault if she does.<br /><br />She has to give it a shot somehow.<br /><br />Lie to her. If she understands syntax, she will understand your need to lie. Behind words are other things: motivation, value, nuance, dialogue. It will not be the end of the world.<br /><br />Fail her. Because a girl who reads knows that failure always leads up to the climax. Because girls who read understand that all things must come to end, but that you can always write a sequel. That you can begin again and again and still be the hero. That life is meant to have a villain or two.<br /><br />Why be frightened of everything that you are not? Girls who read understand that people, like characters, develop. Except in the Twilight series.<br /><br />If you find a girl who reads, keep her close. When you find her up at 2 AM clutching a book to her chest and weeping, make her a cup of tea and hold her. You may lose her for a couple of hours but she will always come back to you. She’ll talk as if the characters in the book are real, because for a while, they always are.<br /><br />You will propose on a hot air balloon. Or during a rock concert. Or very casually next time she’s sick. Over Skype.<br /><br />You will smile so hard you will wonder why your heart hasn’t burst and bled out all over your chest yet. You will write the story of your lives, have kids with strange names and even stranger tastes. She will introduce your children to the Cat in the Hat and Aslan, maybe in the same day. You will walk the winters of your old age together and she will recite Keats under her breath while you shake the snow off your boots.<br /><br />Date a girl who reads because you deserve it. You deserve a girl who can give you the most colorful life imaginable. If you can only give her monotony, and stale hours and half-baked proposals, then you’re better off alone. If you want the world and the worlds beyond it, date a girl who reads.<br /><br />Or better yet, date a girl who writes."</span> <br />
<br />— <a href="http://www.goodreads.com/author/quotes/6979280.Rosemarie_Urquico" title="Rosemarie Urquico quotes">Rosemarie Urquico</a>Max Blumehttp://www.blogger.com/profile/15695636338745714020noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5174901583357365355.post-27321427291400985462014-10-05T07:16:00.001-07:002014-10-05T07:16:10.113-07:00Demasiado íntimo<span style="font-family: Calibri;"><em>Para Juan Carlos Montiel, </em></span><br />
<span style="font-family: Calibri;"><em>en recuerdo de las sesiones en la Torre Stark.</em></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;"></span> </div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Su antipatía hacia el cuento había durado varias horas y no
parecía desvanecerse con el paso del reloj. La trama aún daba vueltas en su
cabeza y no se decidía a dar una opinión. Una voz en el traspatio de su mente
le decía que el verdadero significado se hallaba oculto en medio de las
palabras, un mensaje que aguardaba ser interpretado por un alma sensible. Pero
Javier era un hombre práctico. A sus treinta y seis años, catorce de ellos dedicados
a cuidar la contabilidad de una empresa minera, la conclusión que apaciguaba su
mente era que si dos más dos no sumaban cuatro el proceso debía repetirse. Una
columna para las sumas, otra para las restas. Dos más dos construían puentes,
dos más dos sostenían edificios, dos más dos colocaron a un hombre en la luna.
El mundo podría girar feliz sin el arte, sin las sensiblerías ociosas de
pintores y poetas, y por supuesto, sin la aburrida e intrascendente danza
contemporánea. Pero sin ingenieros, arquitectos o matemáticos, la humanidad
viviría en la oscuridad, cincelando su evolución en las guanosas paredes de una
cueva. Esta discusión generaba siempre controversia con Ana, distanciándolos al
extremo de la ridiculez. Ahora, sin embargo, un saber esotérico e inaccesible
se escondía del otro lado de las matemáticas. ¿Cuál era la trama del cuento? Javier
removió los binóculos de sus ojos cansados, y levantándose de su escritorio
contempló en silencio las gotas de agua sucia que caían por las tuberías del techo.
Su lugar de trabajo era un umbrío cuchitril ubicado en el rincón más olvidado
de las catacumbas. Así le llamaban quienes trabajaban en la superficie, en los
pisos superiores del edificio inteligente, los ejecutivos de trajes impecables que
ocupaban oficinas con vista a los jardines. Javier prefería trabajar en el
sótano, donde sus defectos quedaran lejos de los juicios de la gente perfecta. Miró
unos instantes las aspas del ventilador, intranquilo. Por absurdo que pareciera
se sintió observado. Pero en las catacumbas no había un alma, tan solo la
cucaracha de costumbre y el moribundo bonzai. Las letras que acababa de leer lo
habían dejado inquieto. Maldito cuento, maldita Ana. La noche en que la conoció
había estado intentando desprenderse del caos cotidiano, observando la belleza
matemática de la Torre Godard. Resultaba pasmosa la sencillez con la que ½ ∫<sup>H</sup><sub>x</sub>
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">ƒ</i><sup>2</sup>(x)dx – cte.(H – x) = ∫<sup>H</sup><sub>x</sub>
xw(x)<i style="mso-bidi-font-style: normal;">ƒ</i>(x)dx sostenía el armazón contra
la presión del viento. Había salido temprano de su oficina y recorrió la
arbolada avenida que subía el monte. No había nubes ni luna y el clima era
templado. Al llegar a la cima, la vio. La Torre brillaba como una aguja
templaria hermosa e impoluta que rasguñaba el cielo invernal. Ensamblada con
milimétrica precisión, era un monumento al ingenio humano, y al mirarla con
detenimiento Javier rescataba la esperanza de que en medio de la entropía
existiera un orden: su alma resentida se reconciliaba con el universo. Permanecería
toda la noche delante de ella, suspirando. Desgraciadamente, su plan se vino abajo
cuando una mujer rubia y menuda apareció sentada en su banca predilecta. Con
penosa amabilidad, él le pidió que se moviera, más abajo había otras bancas
desocupadas; por toda respuesta, ella abrió su termo y le ofreció té de anís.
Su nombre era Ana y estudiaba semiótica. Y no, no encontraba como él placer en
las barras de hierro unidas con tornillos de cobre, sino en imaginar las vidas
de los hombres que la construyeron. Ella creía en mito y magia, en las invisibles
respiraciones del arcano, en que el universo languidecía en incomprensibles planos
superpuestos que sólo el Gran Arquitecto podía discernir. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Necesito sentarme en esa banca</i>. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">No
te la cederé, pero si quieres podemos compartir el césped.</i> De eso habían
transcurrido ya cinco meses. Fue ella quien lo incitó a leer el cuento. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Si estás preparado para cambiar tu
concepción de cuanto te rodea,</i> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">justo
cuando termines de leerlo repite tres veces la pregunta que más inquieta a tu
alma</i>. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Te dirá lo que debes saber.</i>
Ahora Javier miraba el ventilador. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Alguien
me está observando</i>, murmuró registrando una grieta en el techo. ¿Y si ella
tenía razón en asegurar que dos más dos no siempre producían un cuatro? <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿Habrá algo más de lo que hay?</i> Regresó a
su escritorio. Miró las páginas escritas con tinta negra y, más por morbosa
curiosidad que por otra cosa, negando con la cabeza hizo la pregunta una vez, y
luego dos, y finalmente tres. Cuando Javier se percató de lo que estaba
sucediendo ya era demasiado tarde. </span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Primero
fueron las plumas, las bisagras y todos los objetos de metal; después fueron
las teclas de su computadora que, separándose del tablero, volaron como
proyectiles disparados hacia la puerta. Les siguieron los objetos de cristal:
ceniceros, placas y el bulbo de la lámpara, todos temblando por un intenso
movimiento telúrico que ocurría sólo en el sótano. Apenas pudo Javier esquivar
la balacera de objetos, pues él mismo fue víctima de una atracción que ignoraba
las imperantes reglas de la gravedad. Se sujetó cuanto pudo de la perilla de la
puerta; sin embargo, la poderosa fuerza invisible lo levantó del suelo
arrastrándolo hacia la superficie por los filosos escalones de concreto.
Atravesando sin control el lobby del moderno edificio, Javier fue succionado
hacia el vacío de la noche. Presa de una angustia indescriptible, voló contra
su voluntad sobre casas, automóviles, parques y la torre metálica que tanto
amaba. Finalmente se detuvo en la zona vieja de la ciudad, sobre una bellísima explanada
pavimentada con piedras grises de río. Ante el asombro de transeúntes y
automovilistas que se detenían a preguntarle qué hacía allá arriba, Javier
flotaba. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">No es normal</i>, argumentó una
pareja de ancianos, quienes temieron que pudiera tratarse del inicio de una
nueva epidemia. Bajo un farol, un perro ladró. Javier decidió concentrarse en
encontrar una explicación lógica al problema que le aquejaba. Estuvo a punto de
darse por vencido, cuando observó un cuerpo volando rápidamente hacia él. Era
Ana. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Terminé el cuento</i>, confesó
Javier sintiéndose obvio. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">No entendí
algunas partes</i>. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Entendiste lo
suficiente</i>, dijo ella sonrojándose mientras se mecía junto a él encima de
cientos de cabezas incrédulas. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿Ahora qué
sigue? No lo sé</i>. Un oficial de policía les ordenó bajar, pues estaban
conmocionando el tráfico. Pero ni Ana ni Javier supieron cómo. Así que flotaron
y flotaron durante horas, las piernas de ambos pataleando por miedo a caer si
no lo hacían. Los ancianos preguntaron cómo se habían metido en ese lío, y
Javier contó a partir del momento en el que abrió el cuaderno y había comenzado
a leer, lo estúpido que se había sentido al formular la pregunta, y el penoso
instante en que ahora se encontraban, sin encontrar la causa para aquella singular
levitación. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿Ya intentaste besarla?</i>,
preguntó un taxista a todas luces molesto por el tráfico. De su chamarra de
pana, el hombre sacó una cajetilla de cigarros y encendió uno. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¡Bésala!</i>, gritaron varios. A Javier de
los nervios se le erizó el corazón. Sintió la mirada tierna de Ana
acariciándole los labios, de los que tímidamente manaron las palabras <i style="mso-bidi-font-style: normal;">dos más dos</i>. Aceptando lo que pudiera
ocurrir, la besó. O se besaron, da igual. Lo que Javier sintió fue lo opuesto a
lo que hubiera podido esperar: una pesadez en los muslos y en los huesos, como
si de sus tobillos colgara un yunque infame que lo jalara hacia abajo. Hombre y
mujer se desplomaron hacia el suelo, estrellándose contra el pavimento. En un
segundo, las nubes perdieron su aureola de fuego y la vida recuperó su curso
ordinario. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿Qué pasó?</i> Todavía adolorido
por el golpe, Javier ayudó a Ana a levantarse. Ella se sacudió el polvo de la
ropa, remarcó el contorno de sus labios con labial rojo, y exclamó <i style="mso-bidi-font-style: normal;">pensé que tú serías el indicado</i>. Sin
darle a Javier tiempo para razonar, dio la media vuelta y se marchó perdiéndose
en el tráfico. Aturdido y estupefacto, Javier no alcanzaba a darle a las
variables de la ecuación los valores correctos para obtener el resultado justo.
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Esto es absurdo</i>, se repetía una y
otra vez. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">No tiene sentido</i>. Levantó
los ojos y se encontró con la fachada de un restaurante que a esas horas de la
mañana abría sus puertas. En el letrero, la figura de un pez. Javier entró y
pidió un café. Permaneció sentado en la barra con la mirada anclada a una
mancha líquida de color extraño. El ambiente presagiaba un funeral celta, el
fin de todas las primaveras. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Tú eres el
de las noticias</i>, dijo la mesera colocando la taza frente a él. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿Qué se siente volar por amor?</i> Era una
criatura castaña, de profundos ojos marrones y nariz regular. Javier dio un
sorbo y reclamó este café está frío. Fue como si ella anticipara aquella
reacción, pues mecánicamente lo tomó de la mano, y mirándolo con ojos de
bienvenida le sonrió. Inesperadamente, introdujo el dedo en la bebida, y Javier
observó un efluvio transparente que ascendía hacia la lámpara, seguido inmediatamente
por decenas de burbujas que explotaban en la superficie del café. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Oye</i>, dijo ella acercándose a su oído, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">no tiene que ser exacto para que sea
perfecto</i>. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿Por qué?,</i> preguntó él.
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿Todo esto, qué significa?</i> Ella retiró
el dedo hirviente de la taza y acarició su mejilla con él. La excitación que
había sentido mientras volaba en el aire de nuevo estaba ahí, y por primera vez
en su vida Javier tuvo la certeza de estar en el lugar correcto. Dejó que la
inercia del momento disipara sus dudas y, decidido a sujetarse del momento como
haría un náufrago, inclinó su rostro hacia adelante. Sin embargo, cuando estuvo
a punto de besarla, la mesera colocó una mano entre ambos. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿Qué suce…? ¡Shhh!</i> Un silencio ominoso contaminó el lugar. Permanecieron
inmóviles por muchos segundos, mirando alrededor repetidas veces. La castaña
cabellera de la mesera se meneaba al tiempo que su cabeza se movía
frenéticamente, buscando, y en su paranoia Javier notó un miedo que no debía
estar ahí. Ella miró debajo de las mesas, en el techo, en el espejo. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">No puedo continuar</i>, murmuró entonces,
alarmada. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Es peligroso</i>. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¡Pero necesito saber!</i>, suplicó Javier. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">No, no hasta que dejen de observarnos</i>.
Debe de tratarse de un error, pensó Ibrahim deslizando obsesivamente su dedo
sobre la pantalla de la tablet. Los renglones subían y bajaban, pero no había
nada que hacer. El cuento terminaba así, abruptamente, sin ofrecer mayor
evidencia acerca de lo que había importunado a los dos amantes. Era cierto que
la ficción no le atraía (personalmente ni siquiera le gustaba leer), pero esa
historia se había ido introduciendo en su mente de una manera oscura y
perversa, como si las palabras fueran exclusivamente para él y nadie más. A
medida que avanzaba en su lectura, las frases habían ido anidándose en ese
hueco que desde hacía años había hecho de su corazón un hogar. Desde abajo
llegaban las risas infantiles de la fiesta, pero decidiendo ignorarlas, Ibrahim
dio vueltas por su recámara intentando dar con la explicación al cómo era
posible que un simple cuento inconcluso pudiera tan exitosamente poner en
relieve aquella terrible soledad. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Sácame
de aquí</i>, dijo a la misma de siempre, a nadie. ¿Cómo sigues con tu vida
cuando la vida ya no quiere seguir contigo? Alguien llamó a la puerta. Eréndira
le dijo que el mago había llegado y que a Jorgito le encantaría que estuviera
con él. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Voy</i>, dijo Ibrahim. Salió de
la recámara y bajó las escaleras hacia el monótono mundo de costumbre.</span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>En el
patio, Jorgito, su sobrino, lo abrazó. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Gracias,
tío Ibra, es la mejor fiesta del mundo</i>. Aunque no aprobaba su modo de
ganarse la vida, Eréndira se mostraba bastante indulgente al momento de pedirle
dinero, especialmente cuando se trataba de su hijo. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Va a ser el cumpleaños de Jorgito, y pues ya sabes cuánto te quiere tu
sobrino</i>. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Haz la fiesta en mi casa, yo
me encargo de todo</i>. El dinero que recibía Ibrahim por las entregas que
realizaba cada mes era suficiente para mantener su caro nivel de vida, y el de
su hermana. Justo aquella noche debía realizar una más. Era un asunto
peligroso, pero vivir en la clandestinidad era para él una violenta adicción. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Un día de estos te van a matar</i>, le dijo
Eréndira alguna vez, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">o peor aún, vas a
vivir más que nosotros, pero solo</i>. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">No
mientras tenga dinero</i>, pensó Ibrahim viendo a los papás de los niños
disfrutar de la comida y del alcohol que tan generosamente había dispuesto para
la fiesta. En el centro de un semicírculo formado por niños gritones, el mago y
su asistente armaron su equipo de trabajo. Un atril, una caja de madera pintada
de negro con estrellas fosforescentes, un aro. Los trucos de previstos. Figuras
con globos, la paloma en el sombrero, exclamaciones de asombro, dulces. A
Ibrahim de pronto se le ocurrió la loca idea de que el responsable de que los
amantes del cuento no hubieran podido besarse había sido él y que, al apagar la
tablet, finalmente habían encontrado la manera de concluir el beso. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Estúpido</i>, pensó. Aplausos de los niños
cuando el mago adivinó que la carta en la mente de Jorgito era el as de
espadas.</span></span><a href="https://www.blogger.com/null" name="_GoBack"></a><span style="font-family: Calibri; font-size: large;"> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los personajes
ficticios no continúan con sus vidas una vez que se cierra el libro</i>. Estuvo
a punto de regresar a su recámara cuando atisbó, recargada en la puerta de la cocina,
a una mujer pelirroja de ojos verdes. Era hermosa. Entonces se reclinó contra
la pared y contempló su inusual belleza por largos minutos. El espectáculo
proseguía con aburrida linealidad, hasta que el mago pidió a su divina asistente
que entrara dentro de la caja de madera. Por supuesto, la escuálida mujer
desaparecería y aparecería ante el encanto de los molestos infantes. Mientras
tanto, la pelirroja sorbía de un vaso de plástico transparente mientras
observaba, divertida, al mago cretino cerrando la puerta de la caja. El hombre
pidió silencio, luego, tras recitar unas curiosas palabras mágicas, instruyó a
los niños en el arte de reproducir con la boca un redoble de tambores. El mago abrió
la caja, y ante el asombro de los presentes, la asistente no únicamente había
desaparecido, sino que había sido sustituida por un desconocido. Debió de
tratarse de un error monumental, pues al mago del susto se le cayó la quijada.
Era un niño pequeño, de aproximadamente seis años de edad, con la mirada más
tierna y desamparada que Ibrahim había visto. Por unos segundos se vio perdido.
De pronto, al reconocer a una mujer entre la concurrencia, la esperanza iluminó
su pequeño rostro. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿Quién eres?</i>, demandó
el mago perdiendo de pronto su acento macedónico. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿Quién osa burlarse de Manua El Grande?</i> Sin atender al reclamo, el
niño se aventuró entre las sillas ocupadas por mirones hasta llegar al rincón
que ocupaba la mujer de pelo rojo. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">No lo
hagas</i>, dijo con su voz infantil. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">No
te vayas a casar.</i> Nerviosa, la mujer lo miró. El resto comenzó a reír. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Qué mala broma</i>, respondió ella
recriminándole al mago la mala pasada. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">No,
escucha, no te cases. Te lo suplico</i>. Para Ibrahim, sin embargo, aquello
tenía un dejo de macabra familiaridad. El niño manoteaba incesantemente, con
miedo. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Yo te conozco</i>. La silbatina
del público no se hizo esperar; abucheaban a Manua El Grande
responsabilizándolo del pesado y aburrido truco. Los niños se pararon y
comenzaron a perseguirse entre ellos, unos preguntando a qué hora partirían la
piñata. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Me contaste que aquí lo
conociste, en la fiesta de Jorgito, mi primo. Dijiste que te invitó a salir y
que seis meses después te casaste con él. Niño, basta. ¡Escucha! Tu nombre es
Renata, tienes veintidós años y tienes un lunar en forma de media luna en la
espalda. Tú eres mi mamá. Dijiste que te sentías sola y que él te conquistó. Te
llevaba serenatas y regalos carísimos. Alquiló un yate y te propuso matrimonio
en mar abierto. Me dijiste que esa fue la última vez que lloraste de felicidad.
Nada de eso ha pasado, me confundes. Va a pasar. Por unos cortos meses serás
feliz. Pero la policía no va a detener los golpes porque la policía trabaja
para él. Y tú no vas a saber cómo protegerme.</i> Sus ojos se humedecieron, y
ella, Renata, tuvo miedo. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿A quién te
dije que conocí en esta fiesta?</i> Temblando de pánico, el niño señaló a
Ibrahim. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Por favor, ya no dejes que se me
acerque</i>. Instintivamente, Renata lo abrazó contra su pecho. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Te juro por mi vida que nadie volverá a
lastimarte</i>. Desprendiéndose, el niño regresó lentamente hacia la caja de
madera. Cuando la asistente de Manua reapareció, el niño se había desvanecido.
Sin decir absolutamente nada, Renata tomó su bolso y salió de la casa de
Ibrahim.</span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>La
fiesta terminó antes de lo previsto dejando en los invitados un agrio sabor en
la boca. Las familias fueron despidiéndose de Eréndira, que avergonzada
repartía bolsas de dulces a los niños que se iban. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿Quién invitó a ese niño?</i> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">No
lo sé, Jorgito</i>. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¡Fue la peor fiesta
de todas!</i> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿Por qué se fue Renata?</i>
Ibrahim miraba el patio vaciarse desde la ventana de su estudio. Como ungüento
podrido, una ansiedad particular le recorría el cuerpo, la sentencia de que su
vida no tendría un mejor porvenir. El recuerdo del niño aquel, el que lo había
señalado delante de todos, le mordía las partes sensibles del cuerpo; Ibrahim
se sintió acosado y estúpido a la vez: era cierto que nadie escapaba de las
acusaciones de su propia conciencia, pero ¿debería dejarse atormentar por
acciones que no había cometido? El mensaje en su celular le indicó que era hora
de entregar la mercancía. Se puso el saco, revisó que su arma estuviera
cargada. Metió la maleta de cuero en la cajuela y arrancó. La operación era
simple. Llevar el paquete al puente del Distrito C19, entregarlo personalmente
a Hunz Nuye, el mafioso del corazón oxidado, recibir los dos contenedores de plástico
anticorrosivo y guardarlos en su casa hasta escuchar nuevas instrucciones. Si
algo salía mal, Ibrahim contaba con su habilidad para salir de problemas a
punta de balazos. Subió a su auto y arrancó. Atravesó la Ciudad Vieja
acompañado de las brumosas farolas que custodiaban la noche. Encendió la radio,
pero en vez de tranquilizarse una rabia inexplicable comenzó a hervirle en la
sangre. La cara del niño, arrogantemente familiar, era un puñetazo en la frente.
Lo había expuesto delante de sus invitados, y peor que eso, lo había hecho
sentir vulnerable. En el primer semáforo la furia era ya incontenible. Deseó
averiguar su paradero y sacarle a golpes la verdad, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿quién eres?</i> Pero sobretodo, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿cómo
te atreves?</i> ¡Y la reacción de la mujer! ¿Quién se creía para desairarlo en
su propia…? Inesperadamente, algo en su interior se sintió pavorosamente incorrecto;
un deja vú demente y profético que anunciaba una vertiginosa caída hacia su
perdición. Intentando ignorar la advertencia, Ibrahim aceleró hasta el fondo
sin darse cuenta de que llevaba varios minutos murmurando <i style="mso-bidi-font-style: normal;">vivirás más que nosotros, pero solo</i>. Al llegar al punto de
encuentro, se estacionó a unos cuantos metros de los tres vehículos que ya lo
esperaban. Rodeado de hombres con ametralladoras, Hunz Nuye fumaba
impacientemente, la luciérnaga en sus labios iluminando la terrible cicatriz
que le partía el rostro a la mitad. Conteniendo el nerviosismo, Ibrahim tomó el
paquete. Estaba a punto de abrir la puerta cuando una fuerza cósmica lo hizo
cambiar de opinión. Ante las miradas atónitas de Nuye y sus hombres, Ibrahim
encendió de nuevo el auto y arrancó. Los rechinidos de las llantas no se
hicieron esperar; por el retrovisor, Ibra vio los tres autos persiguiéndolo.
Aceleró y en la esquina de una escuela casi pierde el control de su vehículo.
Tomó su teléfono y marcó el número de su hermana. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Soy yo, necesito el teléfono de Renata. ¡No me importan los demás
invitados! ¡Pásame su número ahora! ¡Carajo!</i> Colgó furiosamente sin
despegar la vista de la calle. Detrás, Hunz Nuye se aproximaba velozmente. Por
la ventana, uno de sus hombres abrió fuego. El medallón trasero explotó con el
impacto de las balas, las cuales rozaron su cabeza más de una vez. Ibrahim
dobló a la izquierda y se arriesgó dentro del Túnel 22ª. Ahí continuó
esquivando faros de automóviles y balas. La pantalla de su celular se iluminó
con un mensaje de su hermana: 97 22 2358 55. Como si aquellos diez dígitos
fueran el oxígeno que necesitaba, Ibrahim dirigió deliberadamente el volante
hacia la baranda del túnel. Al chocar contra el riel de acero, su auto dio
varias volteretas en el aire hasta caer violentamente en el río. Nuye y sus
hombres dispararon hacia el agua, pero la única respuesta que obtuvieron fue el
eructo del río mientras se tragaba el coche de Ibrahim.</span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Con las
ropas empapadas, Ibra deambuló por las calles oscuras hasta estar seguro de que
nadie lo seguía. Del otro lado de la acera, encontró un pequeño local con la
figura de un pez en el toldo. Le llamó la atención que en el interior no
hubiera nadie. Las mesas estaban sucias: platos con restos de comida, cigarros
humeantes en los ceniceros, música lounge en los altavoces. Al fondo, cerca de
los baños, encontró un teléfono de monedas. Con inusitado nerviosismo marcó el
número que había logrado memorizar y aguardó. Debido a las caóticas
circunstancias no había tenido tiempo de pensar exactamente lo que diría cuando
le contestaran. Beep. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ese niño</i>. Beep.
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Tan devastado, tan familiar</i>. Beep. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿Bueno? ¿Renata? Soy Ibrahim</i>. Silencio. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿Quién te dio mi número? No tengo mucho
tiempo. Hay algo que debo decirte. Ibrahim, no creo que sea conveniente. No,
escucha, sé que piensas que ya sabes todo de mí, pero no es así. Hoy ocurrió
algo, ese niño. ¿Qué hay con él? Te juro por mi vida que</i>… Ibrahim se
detuvo. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿Bueno?</i> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Espera</i>. Volteando hacia todas direcciones, Ibrahim guardó silencio
por unos segundos. Dejando el auricular columpiándose, desenfundó su arma. Lo
único que podía escucharse en el local, además de la onírica música de fondo,
eran las gotas de una lluvia insana que había comenzado a caer momentos antes.
Por todo, el lugar permanecía desierto. Ibrahim dio unos pasos hacia la barra,
luego, hacia la zona de no fumadores, con la pistola siempre apuntando hacia adelante.
Volteó hacia la derecha, hacia la izquierda, y finalmente hacia arriba, momento
en el que estuve seguro de que había notado la presencia omnisciente y
perversa. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Por favor</i>, dijo sin bajar
el arma, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">déjame quedarme con ella. Puedo
cambiar.</i> Mientras hablaba a la oscuridad, siempre cuidándose las espaldas,
regresó cautelosamente al teléfono. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Puedo
quererla, y a él también</i>. Ibrahim levantó el auricular, y cerrando los ojos
como si fueran puños, exclamó: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿Renata?</i>
Y del otro lado: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">sigo aquí</i>. Y no dijo
más. Permaneció atrapado en un silencio expectante, como si aquello demasiado
íntimo que deseaba revelar no pudiera ser escuchado por nadie más que por ella;
por nadie, mucho menos por mí. Por mi parte, con apesadumbrado respeto
permanecí con la mirada concentrada en la pantalla de mi laptop, en el cursor que
contrariado parpadeaba justo a un lado de la última palabra que acababa de
escribir. No tecleé más, sólo podía pensar en el futuro de Ibrahim, en las
palabras que debía de usar para convencer a Renata de que aún los hombres con
violentos pasados podían escoger un camino diferente, y que los escritores
podemos dotar a nuestros personajes de un albedrío que jamás conoceremos.
Determinado a no saber más, apagué la máquina sellando así su inconcluso
destino. </span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>El
ruido de hombres borrachos y música estridente proveniente de la parte baja del
local rompieron mi concentración. Pero eso ya lo sabes. También sabes que
Gerardo está llamando a mi puerta y con voz temerosa dice <i style="mso-bidi-font-style: normal;">están todos aquí, ya es hora</i>. Echo un último vistazo a la
habitación donde me encuentro, a las fotos de tiempos antiguos, la foto en la
que aparezco sosteniendo a un niño de dos años. Me pongo de pie y bajo por las
escaleras. Mis amigos me reciben con risas y aplausos. Hay otros hombres que no
conozco. Las mesas han sido apartadas y únicamente permanece una, con cuatro
sillas alrededor. En la barra se encuentra Mercedes sirviendo tragos y
recibiendo apuestas. Hoy no me siento con suerte. Estoy seguro de que hoy,
antes de que termines de leer esta parte de la historia, estaré muerto. Después
de unos minutos de plática superflua, tomamos nuestros lugares. Rodrigo, el contador
al que en Junio pasado detectaron cáncer en el páncreas: si sobrevive a esta
noche, sus ganancias serán para garantizar la educación de su hijo. Rosa, la
joven drogadicta capaz de morir literalmente por formar un grupo de rock, y un
viejo sacerdote jesuita de nombre Samuel. Rodeándonos veo a una treintena de
personas, algunos conocidos, todos aves de rapiña. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿Terminaste de escribir tu cuento?,</i> pregunta Rosa mientras nos
sentamos. Su rostro palidece aún más bajo la mórbida luz amarillenta de las
lámparas. Sus uñas mordisqueadas trazan nerviosamente el logotipo del local, un
pez azul laqueado en el centro de la mesa. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Sí</i>,
respondo indiferente. Cada jueves es lo mismo. Los gritos son estridentes,
molestos. Finalmente, con una diligencia adquirida por meses de práctica,
Gerardo se aproxima con una caja de madera. Cae el silencio. Tras abrirla, coloca
el arma sobre la mesa. El primero en sudar es el jesuita. Desde el fondo llega
mi nombre coreado por voces ebrias. Mis manos transpiran, mi corazón es un
motor. Cuando veo a Rodrigo ya está temblando con un terror indecible que se
apodera de su cuerpo. Es jueves en la noche, alguien va a morir. En el sorteo
es precisamente Rodrigo quien debe comenzar. Inadvertidamente, Rosa llora, pero
la pena por retirarse de la mesa es severa, así que permanece sentada mirándome
con ojos suplicantes. Yo me mantengo ajeno al éxtasis y al miedo; esta dolorosa
melancolía me aísla, me devora, consumiéndome como una bala que se toma su
tiempo para pulverizar órganos y tejidos. Rodrigo levanta la pistola y la
sujeta contra la sien. Su pecho se agita en espasmos, dedo en el gatillo, su
mano tiembla: grita mientras cierra los ojos. Y dispara. La detonación genera
más conmoción. Una lámpara en el techo explota por el impacto de la bala. La
gente abuchea. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">No puedo hacerlo</i>, gime
Rodrigo. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Por favor, quiero irme a casa.</i>
Pienso en Ibrahim, me pregunto si habrá logrado explicarle a Renata que los
hombres podemos cambiar... La cobardía de Rodrigo hace enfurecer a la
audiencia. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¡Nadie puede romper el pacto!</i>,
grita Samuel encarándolo. Si acaso Renata entenderá… Samuel noquea a Rodrigo,
la pistola cae de su mano, y al tocar el suelo se dispara otra vez. El local
queda en silencio. Una segunda bala. Estoy acabado. Al principio todas las
miradas caen sobre Gerardo, pero saben que él no actuaría sin mi consentimiento.
Lentamente, Rodrigo se levanta. Abre la recámara y encuentra una tercera. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Hijo de puta</i>, dice sabiendo que alteré
las probabilidades. Un miembro del público saca una navaja y con saña desmedida
la clava varias veces en el costado derecho de Gerardo, quien cae sobre el
suelo rodeado de su propia sangre. Se saben estafados. Samuel le arrebata la
pistola a Rodrigo y me apunta, y tú que me lees te haces preguntas, quieres
saber. Quiero contarte, existe un secreto, una respuesta. Pero necesito que te
acerques con sumo cuidado; acércate a las palabras que estás leyendo. Hazlo,
pero antes, shhhh, mira a tu alrededor, a todas partes, hacia arriba. Cuida que
nadie te esté observando: esto que te digo es sideral, la consciencia misma del
cuento. Aunque quisieras negarlo, sabes que perteneces en él.</span></span></div>
Max Blumehttp://www.blogger.com/profile/15695636338745714020noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5174901583357365355.post-13706974322330483842014-09-11T20:56:00.000-07:002014-09-14T13:47:30.520-07:00I can tell you about tonight<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">I’ve got a pad and a pen</span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">and a silence unbroken</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">there’s a tamed hero</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">this side of the mirror</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">and I’ve always known</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">there’d be nights like this</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">I’ve got my Tolstoi near the ironboard</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">and a humming sound from under the fridge</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">There´s plenty of ghosts roaming the kitchen</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">a childhood memory drowned</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">Kerouac’s calling</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">Fitzgerald pushing</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">A mortal game</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">The ghost of my father</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">What of me he’d make?</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">It hurts, truly</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">I can’t lie anymore</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">I stare down the window</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">The hustlers down on Hope Street</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">The junkies and illiterate</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">The drivers and the sinners</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">That woman walking her dog</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">The world is spinning</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">for them even</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">It hurts, truly</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">The silence, the void</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">My own voice betrays me</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">when it bounces back, unfiltered</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">The bookshelves and the table and the bed</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">My own furniture giving advice</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">Live or leave</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">but I don’t know how to</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">And the breathing of the walls</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">The longing, the painful longing</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">for something taken from me</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">There´s a plan for every creature</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">except for me</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">I’m broken, unfairly forgotten</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">I stopped being sad</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">but I cry at fierce intervals</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">like death upon a graveyard</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">Let me tell you about tonight</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">the meaning of tonight</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">I know about the blackness</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">surrounding the stars</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">My soul is empty</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">my heart is dry</span></span><br />
<span style="font-size: large;">
<span style="font-family: Calibri;">my name is Alone.</span></span>Max Blumehttp://www.blogger.com/profile/15695636338745714020noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5174901583357365355.post-52909167529081329392014-09-08T08:07:00.001-07:002014-10-12T09:27:11.691-07:00Deader than dead<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Night and you’re not here</span><br />
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">In the window a tender kiss of dew</span><br />
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">A pagan tear swirling around</span><br />
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">A cry of thunder</span><br />
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">I’m going under –</span><br />
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">you</span><br />
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Tracing curls of smoke</span></div>
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">of a dying cigarrette</span><br />
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Raising half-drunk glasses</span><br />
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">to the day we met</span><br />
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">You’re not here</span></div>
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">a shot in the back</span><br />
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">I chase you through dumb blank pages</span><br />
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">imagining and erasing you</span><br />
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">a somberer shade of black</span><br />
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">I can only kiss you</span></div>
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">in my wet dream of wine</span><br />
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">At this hour I find the courage</span><br />
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">in the dark you’re always mine</span><br />
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">And the bells for you they toll</span></div>
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">fourty-four, all in all</span><br />
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">With their echo my heart stretches its vein</span><br />
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">as the night and I grow old --</span><br />
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">in pain</span><br />
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">You are here disguised in air</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">I try to reach you but you’re not there</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Summoning the night, afraid of the day</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">None other but the cold white smoke </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">To answer the prayer</span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">“Damned if you love
her,</span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">damned if you don’t”</span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">A fool to dream of you</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">scared to wake up</span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">This yearning devotion</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">will stay mute and unsaid</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">‘cause I know in the morning</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">I’ll be deader than dead</span></div>
Max Blumehttp://www.blogger.com/profile/15695636338745714020noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5174901583357365355.post-9326020010813308922014-09-02T22:09:00.000-07:002014-09-02T22:09:09.922-07:00Katia es un país
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiHN6qPKkig46mlFcoNr1jydHQbiykRGAiV1ZTf-mJ7oU60KICxN-ZwXdK9q0XZI1_9Vz-1yRZPV1Vja73rRdWnOg3yQmVxRbcLuPiWI3FiL_vlrB0HekgXns_S_G2uVl3WdWWiMOdIrZhL/s1600/keys.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiHN6qPKkig46mlFcoNr1jydHQbiykRGAiV1ZTf-mJ7oU60KICxN-ZwXdK9q0XZI1_9Vz-1yRZPV1Vja73rRdWnOg3yQmVxRbcLuPiWI3FiL_vlrB0HekgXns_S_G2uVl3WdWWiMOdIrZhL/s1600/keys.jpg" height="320" width="216" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">La pregunta que se formulaba en su mente mientras escuchaba
a su blind-date fanfarronear sobre viajes absurdos y conquistas ridículas era
¿por qué no puedo encontrar lo que estoy buscando? El sol del sábado se
antojaba para una larga caminata en la plaza, y eso era precisamente lo que
Katia estaría haciendo de no haber aceptado la invitación de aquel hombre insubstancial
y acartonado. Bastante entrado en años, su mirada le recordaba a uno de esos
templates genéricos de power point. Pero Katia ya no podía darse el lujo de
esperar. ¿No era esa la razón por la que había entrado a ese lugar de citas por
internet? Años atrás hubiera jurado, por desesperada que estuviera, jamás
buscar el amor en un medio rebosante de personas desesperadas. Sin embargo, la
vida siempre le había regalado envolturas vacías. Detrás de cada anhelo
sobrevenía una decepción, cada parcela de tierra terminaba infestada por la
plaga. Y la plaga hace lo que sabe hacer mejor: minimizar. Katia lo había
aprendido a punta de muertes, abandonos y traiciones, cada una un disparo a la
bandera que nunca se atrevió a izar. Era una mujer hermosa, pero lo había
olvidado. Más de una vez, la certeza de que si tenía poco se debía a que no
merecía más se había vuelto el eslogan de su existencia. Se quería a sí misma,
pero ya no sabía cómo demostrárselo. Para su cita con Míster Tecontéquetambiénsécocinar
no se tomó la molestia de maquillarse. El cabello lo llevaba anudado en una apresurada
cola de caballo muy casual. Un poco de rubor en las mejillas. El decoro le
prohibió salir a la calle en pants y a punto estuvo de cancelar cuando su
instinto beligerante le preguntó <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿estás
muerta? ¿No? ¿Entonces?</i> Ahora no sabía cómo ingeniárselas para abandonar la
mesa del restaurante. El hombre hablaba pero sus intentos por ser elocuente no
causaban el más mínimo impacto. Katia sintió pena por él. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">De alguna forma</i>, pensó, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">todos
hacemos lo posible por sobrevivir</i>. Y es que permanecer en el planeta cuesta
tanto, a veces. El precio que se paga por el derecho de piso merma, siempre. Tantas
noches solitarias, tantas cenas para microondas, tantas fotos en facebook,
donde la felicidad de sus amigas resultaba asfixiante. La herramienta de aquel
hombre para sobrevivir era escribir cuentos, mismos que enviaba a Katia por
correo. Así se conocieron. La amistad fue estrechándose hasta que ella accedió
a salir a comer. A Katia le gustaban sus cuentos, en especial los que no tenían
un final feliz. Curiosamente, al principio no le resultó tan desagradable la
charla: el hombre había llegado puntual, su arreglo denotaba esmero, y la
loción le pareció agradable. Fue cuando su inseguridad comenzó a volverse
evidente que ella perdió el interés. Llegó el postre. Katia apenas había
probado bocado, así que la idea del flan le pareció repulsiva. En ese momento
ocurrió lo peor. Sin previo aviso, él sacó de su saco un estuche negro. Ante
los ojos aterrorizados de ella, lo abrió despacio. Un instrumento de metal
bañado en oro brilló.</span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Toma – dijo él con timidez.</span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- ¿Qué es? – preguntó Katia tartamudeando.</span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- La llave de mi corazón.</span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¡No por favoooor!</i>
– quiso gritar Katia. ¿Podía el hombre ser más ridículo?</span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Gra… cias – dijo finalmente.</span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>La
llave se sentía ligera y sólida.</span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Cuesta mucho – dijo él - ¿Sabes? Cuesta mucho decidirse
dársela a alguien. </span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- ¿No estaría increíble? – preguntó ella absorta en los
reflejos dorados de la llave – Que en realidad uno pudiera tener la llave del
corazón de las personas.</span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Él
permaneció callado. Katia se había acostumbrado tanto a su voz monótona que
ahora que guardaba silencio su mente regresó de donde quiera que hubiera ido.
La mirada del hombre le pareció insultada, y ella no supo si pedir perdón por
lo que acababa de decir. </span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- No sé<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>por qué lo
dices.</span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Esta llave sólo es un símbolo – explicó ella con tono
molesto – Me refiero a que estaría incre…</span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Katia
se detuvo. Reclinándose hacia atrás, el hombre había abierto los botones de su
camisa y ella veía ahora una cerradura de bronce atornillada en su pecho. Katia
dudó. Aquella era la broma más perversa que le habían jugado. Dejando la llave
sobre la mesa, se puso de pie con la intención de marcharse. De pronto, una
extraña idea la obligó a detenerse. Tomando la llave nuevamente, la insertó en
la ranura de metal. Girándola hacia la derecha escuchó un click… y el pecho del
hombre se abrió. </span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Lo que
Katia encontró en la pequeña bóveda fue una madeja de objetos imprecisos. Al
jalar el primero, descubrió que se trataba de un recetario para una blind-date
exitosa: arréglate, compra una corbata nueva, perfúmate, trata de impresionarla
aunque sea con exageraciones, ella lo vale; el siguiente objeto era un
recordatorio cosido con hilo azul sobre una tela amarilla: no dejes de llamarle
al viejo. Luego fotos de bicicletas, una carta de recomendación, una grabación
en la que un jefe cruel le reclamaba por no haber entregado a tiempo cierto
reporte; voces burlonas que le recordaban su timidez, una carta de amor a su
maestra del sexto grado, una foto en la que un niño sonreía sobre los hombros
de un hombre fornido, un funeral; el cheque de una revista por la compra de un
cuento, otro cuento, luego cientos; la nota de un súper por una cena para
microondas. La madeja iba deshaciéndose conforme Katia sustraía los objetos.
Una chamarra de cuero con parches de equipos de futbol, un Ford Modelo T en
miniatura, varios dibujos obscenos. Frases garabateadas con carbón, el espejo
miente, karma y destino, acción y consecuencia, el perdón es a ti mismo. Y al
final, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Katia es un país</i>. Presa de la
curiosidad, Katia jaló un poco más. El carrete de objetos no cedía, como si de
pronto no hubiera más. Pero ella necesitaba saber el significado de aquella
frase. Se sintió engañada; de nuevo una envoltura vacía. Katia jaló con todas
sus fuerzas, hasta que la retahíla volvió a brotar. El último de los objetos
debió de estar conectado con los órganos, pues detrás de las frases comenzaron
a salir las venas, el hígado, los ojos, el fémur, la tibia, los pulmones, en
fin, todo lo que conformaba aquel ser humano. Cuando llegó al final de la
cadena, tenía en sus manos una maraña indescifrable de todo lo que había
constituido la vida del aburrido escritor de cuentos. El hombre había
desaparecido. Las campanas de la iglesia repicaron y un perro ladró
intolerante. Segundos después, el mesero se aproximó con la cuenta.</span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- ¿Qué sigue? – preguntó Katia con urgencia en la mirada.</span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Me parece que debes buscarle a eso una envoltura –
respondió el mesero.</span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Acto
seguido, limpió la mesa de platos, vasos y mantel. Pero se aseguró de no
llevarse una diminuta llave de metal. A esa hora de la tarde brillaba como si
estuviera hecha de oro.</span></span></div>
Max Blumehttp://www.blogger.com/profile/15695636338745714020noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5174901583357365355.post-775356421413933302014-08-25T21:29:00.000-07:002014-08-25T21:29:11.433-07:00A una mujer
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">Entras y parece que no estás. Nadie nota tu presencia en
este lugar de caos de mesas y sillas, de <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>impersonales meseros que vienen y van, de
mujeres arregladas para ser inolvidables aun a las nueve de la mañana; no se
detienen la camaradería ni el cuchicheo, el sonido de tacones sobre el mosaico,
ni los alimentos masticados con celeridad. No los culpo. De no ser por el
silbido de luz que me hizo parpadear continuaría sumergido en mi día
monocromático, en mis letras de siempre. Accidentalmente te vi entrar. Te seguí
con la mirada hasta la barra. Te inclinaste hacia adelante ordenando cualquier
cosa, tu voz perdiéndose anónima en el murmullo de la loza, en el canto chillón
de las bisagras, en el siseo melancólico de mis páginas sombrías. La falda
plisada te llegaba hasta el tobillo y lo que portabas no podría llamarse
escote. La palidez de tu piel podría haberse difuminado en la espuma de la
leche y tu cabello color tabaco no habría sido más que una adición a la
sencilla arquitectura del ambiente, de no haber sido porque te noté. Existen
mujeres cuya hermosura detiene el tráfico, que con un aleteo de pestañas ocasionan
huracanes. Hay ojos, amiga, que provocan infartos. He sabido de hombres que
mueren de desolación al quedar incinerados por atractivos incontenibles y
lapidarios. Pero tu caso es distinto. Tú vienes del fondo de la Tierra, te
forjaste a base de la sed del mundo, heredera de la belleza que se labra sólo
con paciencia y que no sabe de extinción. No eres estruendo, sino racimo; no
eres llamarada, sino luz. Eres, mujer, un rumor inquebrantable. Mirándote por
un cortísimo instante logro descifrar la fórmula con la que fuiste diseñada. Lo
tuyo proviene de una timidez genética que no tiene prisa, que no tiene meta.
Es. Tú significas y tu significado es primordial. Alrededor de ti todo se
apellida vulgar. Ahí tienes la razón por la cual nadie gira a mirarte: eres
invisible para el ojo acostumbrado a lo banal. Por ti nadie cantará borracho,
nadie intentará impresionarte gastando grandes sumas ni presumiendo carísimos
estilos. Quien te descubra, sin embargo, jamás te dejará partir, pues para él
la tuya será la belleza con la que el tiempo calibrará toda belleza. Para él
reservas un jardín con idílicos volcanes, un oasis coronado con vapor,
imperecederos surcos de agua. Te sientas en un rincón y me sonríes. Me
paralizo. Pretendo ver más allá de ti, un punto en el espacio. Me abochorna que
hayas atrapado mi mirada viajera; me aterra que al sentirte descubierta dejes
de estar, abandonándome en este mundo de soledad y escalofrío. Pero no te vas.
Aunque te delate sabes que nadie me creerá que existes. Estás a salvo a pesar
de mis ímpetus por gritar <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Eureka</i>.
Regreso a mi libro cuando de pronto atisbo tu silueta poniéndose de pie y
marchándose. Miedo. ¿Será que aun sabiendo de mi anhelo decides dejarme vacío?
Las páginas tosen mientras cierro el libro. Golpeo la mesa al ponerme impulsivamente
de pie. Salgo tras de ti. La calle me atolondra, me intimida, te pierdo en el
gentío. Las manos me sudan, los pies me gritan <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¡Pronto! ¡Más aprisa!</i> En la esquina ya no estás y postrado muero de
angustia. Si te imaginé puedo imaginarte de nuevo. Entonces, tu mano en mi
hombro, un galopar del corazón. Giro y te tengo frente a mí. Tu voz es el
murmullo que escuché en tu boca cerrada. Ven, quiero que conozcas mi jardín.</span> </span></div>
Max Blumehttp://www.blogger.com/profile/15695636338745714020noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5174901583357365355.post-76261500966446294652014-08-24T00:10:00.002-07:002014-08-24T21:34:46.711-07:00El Plan Es Verte Desnuda<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">El plan es verte desnuda.</span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Eso de ir al cine y luego una cena, </span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">la verdad es que es opcional.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Lo tengo como plan B,</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">por si no quieres que te vea como te imagino</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">esas veces que no estás conmigo.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Por si se rompe la tubería del baño</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">o hay una fuga de gas.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Entonces sí nos vamos al teatro</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">o a visitar a tus papás.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Pero el plan siempre es verte desnuda,</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">sin morbo.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Quitarte la ropa, despacio.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Esparcirla sobre la sala, los zapatos primero;</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">luego la falda, la blusa.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Sentir la tela rozándote los hombros y los muslos.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Finalmente la ropa interior.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Hacerte creer que te creeré cuando me digas </span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">que nunca esperaste que pasara,</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">que jamás imaginaste que pasaría</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">cuando lo único que he querido</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">es siempre verte desnuda.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Verte caminar, adueñándote del espacio.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Tus piernas rubias, tu cabello hasta la espalda,</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">tu cabello del color de la madera y del maple.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Tu cintura. Los huesos de tu pelvis. Tu ombligo.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Esos ojos color limón que se intimidan </span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">cuando presienten cuál es el plan.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Mirar tus senos</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">enrojeciéndose en mis manos y en mi boca.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Y ahora sí,</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">con una explosión perversa,</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">besarte el cuello, y el cuello, y otra vez el cuello,</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">el que escondes cuando te sueltas el cabello.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Inundarme de tus olores secretos</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Asfixiarme en ellos</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">como si fuera la única salida</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Besarte como si en ello se me fuera la vida</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Arrinconarte, atraparte,</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">provocarte el sudor.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Arrojarte sobre la duela,</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">escucharte asentir gimiendo no.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">El plan incluye elevar tus piernas,</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">coser mis labios a tu piel,</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">sentir los surcos sangrando en mi espalda</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">cuando tus uñas la desgarren.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Ser un péndulo encima de ti,</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">ser un intruso dentro de ti,</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">que tú seas Troya y yo Babel.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Los truenos serán los del mundo</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">cayéndose a pedazos</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">mientras tú y yo caemos rendidos</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">y agotados.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Que la culpa nos encuentre tendidos,</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">y la vida, sublimados.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Ver cómo te levantas, y te vistes</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">mientras consultas el reloj.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Preguntarás en qué estoy pensando.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Yo encogeré los hombros</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">pues no sabré cómo explicarte</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">que desde que llegaste</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">todos mis pensamientos</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">giran en torno a ti.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Terminar de ver cómo te vistes,</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">cómo te anudas el cabello,</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">cómo te calzas los zapatos,</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">cómo revisas en el espejo que tu cara no delate</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">la evidente ausencia de inocencia.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Ver cómo te detienes en la puerta, dudando.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Tu sonrisa endemoniada</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">enmarcando lo que</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">tus labios preguntarán.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Abrirás la puerta y de pronto</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><span style="font-family: Calibri; font-size: large;">las palabras juguetonas:</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">Amor mío, ¿cuál es el
plan?<o:p></o:p></span></span></i>Max Blumehttp://www.blogger.com/profile/15695636338745714020noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5174901583357365355.post-75304346921381009552014-07-23T16:16:00.001-07:002014-07-23T16:34:37.218-07:00DM<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">Esta es una historia verídica que habla de tres manecillas que
vivían dentro de un reloj colgado en un quirófano<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">Jajajajaja okey<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">Por qué por dm?<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">Durante mucho tiempo las manecillas cumplían con su labor de contar el
tiempo. Lo hacían felizmente mientras en el quirófano los doctores...<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">… salvaban las vidas de los pacientes. Todo se complicó una mañana cuando
el minutero descubrió algo que lo dejó petrificado.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">Se había enamorado de la manecilla que contaba los segundos.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">Durante muchos días que fueron semanas que fueron meses que fueron años el
minutero escondió sus sentimientos, pues tenía miedo de que…<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">… ella pudiera rechazarlo. No había mucho que hacer. Ella vivía para su
simple labor y jamás se fijaría en él.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">Y qué pasó?<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">Cada nanosegundo de su existencia, el minutero observaba a la delgada manecilla
de los segundos. Era hermosa.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">Y su forma de correr hacia el futuro lo hacía suspirar cada vez más. Un
día, sintió que si no le hablaba a la manecilla de lo mucho que lo perturbaba…<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">… su corazón iba a explotar. Así que ideó un gran plan. El plan le pareció
genial, pero para estar seguro decidió contárselo…<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">… a la manecilla de las horas. Ésta, al escucharlo, lo reprendió: “¿tienes
idea de lo que pasaría si llevas a cabo tu estúpida maquinación?”<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">Oh, my!<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">“El Tiempo entero desaparecería y las repercusiones serían demasiado
serias.” El minutero se sintió más triste que nunca.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">A pesar de sus esfuerzos por olvidarla, el amor que sentía se agigantaba con
los minutos. “No puedo soportarlo más,” gritó. Entonces, el minutero decidió…<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">… arriesgarse y seguir con su plan. La siguiente vez que la manecilla de
los segundos pasara encima de él, se abrazaría de ella y confesaría…<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">… aquello que llevaba guardando una eternidad.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">Y luego!!!<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">En ese momento, la puerta del quirófano se abrió: los doctores llevaban a
un anciano en una camilla. El viejo se veía fatal.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">Los doctores gritaban exigiendo medicamentos, antibióticos, equipo… el
viejo estaba muriendo. Por la puerta entró también, llorando, una…<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">… mujer joven. Al verla, el viejo extendió una dolorosa mano. “Por favor,
señorita,” dijeron los doctores. “Ud. no puede estar aquí.”<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">“¡Papá!,” gritó la joven mientras era arrastrada hacia afuera. “Por favor
perdóname. Debí de haber sido más…”<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">Y luego!!!<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">Arriba, la manecilla de los segundos corría como de costumbre, un tic y un
tac a la vez…<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">Más qué!!!<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">Tic tac tic tac tic tac tic tac tic tac tic tac tic tac tic tac tic tac tic
tac tic tac tic tac tic tac…<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">… hasta que finalmente pasó justo encima del minutero. Al ver sus
intenciones, la manecilla de las horas quiso detenerlo, pero no lo logró.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">El minutero extendió los brazos y sujetó a la manecilla de los segundos con
todas sus fuerzas. “Te amo,” exclamó. En ese momento, Nash…<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">… el tiempo en el universo se detuvo.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">Whattt!!! Qué
pasó!!!<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">Pero era sólo un
quirófano!!!<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">Y qué pasó con el
viejito!!!<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">No se movió ni un ave, ni una hoja, no respiró ningún humano.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">Se pasmó todo!!!<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">La Tierra dejó de girar…<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">Y luego!!!<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">La manecilla de los segundos miró directamente a los ojos del minutero. “Siempre
he sabido de tus sentimientos,” le dijo.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">“Y quiero que sepas que desde siempre he sentido lo mismo por ti.”<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">“No importa que el mundo no vuelva a girar,” continuó ella. “Lo único que
quiero es estar contigo.”<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">Y por un instante, el amor vivió para siempre.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">Sin embargo, algo no estaba bien. Abajo, ambas manecillas descubrieron algo
insólito.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">Awwww qué
bonito!!!<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">De los ojos de la joven, una lágrima rodó hasta caer al suelo. Aquello era
imposible. Fue con profunda tristeza que el minutero comprendió lo que ocurría.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">Habían detenido el tiempo justo en el momento más doloroso para la hija del
viejo. Y si no encontraban la solución, su dolor se perpetuaría.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">Así que ambas manecillas se miraron por última vez, esperando que ese amor
los aguardara para un mejor momento. El minutero abrió entonces los brazos…<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">… y la manecilla de los segundos volvió a correr tic tac tic tac tic tac
tic tac tic tac…<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">La Tierra giró de nuevo.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">Justo antes de que la mujer joven fuera expulsada del quirófano, escuchó a
su padre decir “te amo… y te perdono.”<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">Nadie sabe si el viejo vivió o murió.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">Lo que sí aseguran algunos médicos es que a partir de ese día…<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">Nooooo<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">… en ese quirófano…<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">… el tiempo no sabe ni se escucha igual.</span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;"></span> </div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 4cm; text-align: right;">
Pensé por primera vez en esta historia en un estacionamiento de Santa Fe, una noche en la que me despedía de la Dra. Murow. Después de tres pésimas versiones, comprendí que el cuento encontraría la forma de contarse solo. No volví a acordarme de él hasta ayer en la noche cuando mi querida amiga Natalia Alonso (Nash) me comentó que estaba atravesando un momento amargo. "Cuéntame algo bonito," me pidió. Lo que acaban ustedes de leer es la transcripción del cuento como se lo conté vía twitter, con todo y los comentarios de Nash.</div>
Max Blumehttp://www.blogger.com/profile/15695636338745714020noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5174901583357365355.post-56673296054622673072014-04-29T19:58:00.001-07:002014-04-29T21:41:06.648-07:00Decidí ser frágil<span style="font-family: "Helvetica Neue", Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Decidí ser frágil</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Helvetica Neue", Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">decidí ser incluso</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Helvetica Neue", Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">lo que las flores llaman débil</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Helvetica Neue", Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">el triángulo azul</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Helvetica Neue", Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">en el cenit de una llama menguante</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Helvetica Neue", Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">el vapor del vapor</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Helvetica Neue", Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">la pestaña recordada por nadie</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Helvetica Neue", Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">el que anhela </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Helvetica Neue", Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">sobre los hombros de la Bestia</span></div>
<span style="font-family: "Helvetica Neue", Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Helvetica Neue", Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Decidí partir</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Helvetica Neue", Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">para yo mismo olvidarme</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Helvetica Neue", Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">la canción de protesta</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Helvetica Neue", Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">el luto en el espejo</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Helvetica Neue", Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">el adiós en la estación vacía</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Helvetica Neue", Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">un algodón en la cuna</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Helvetica Neue", Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">la promesa que me hiciste</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Helvetica Neue", Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">el dolor acostumbrado</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Arial; font-size: large;">la respiración que se posa</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Arial; font-size: large;">en el salón muerto</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Arial; font-size: large;">acuarela en la lluvia</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Arial; font-size: large;">cementerio</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Arial; font-size: large;">de fosas vacías</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Arial; font-size: large;"></span> </div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Arial; font-size: large;">Decidí volver</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Arial; font-size: large;">para no ser bienvenido</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Arial; font-size: large;">llorar por nada</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Arial; font-size: large;">reír por nada</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Arial; font-size: large;">sacar de la tierra</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Arial; font-size: large;">su última saliva</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Arial; font-size: large;">Y de espaldas al cielo</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Arial; font-size: large;">no gemir siquiera</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Arial; font-size: large;">ser frágil</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Helvetica Neue", Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">la memoria del vaho</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Helvetica Neue", Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">el vapor del vapor</span></div>
Max Blumehttp://www.blogger.com/profile/15695636338745714020noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5174901583357365355.post-51825144487694964352014-04-28T19:00:00.001-07:002014-04-28T19:00:13.532-07:00Cada vez<span style="font-size: large;">Cada vez que quiebra una librería un niño se pierde. </span><br />
<span style="font-size: large;">Todo el tiempo el niño es el mismo. </span><br />
<span style="font-size: large;">Siempre soy yo.</span>Max Blumehttp://www.blogger.com/profile/15695636338745714020noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5174901583357365355.post-33024156710173799232014-04-19T10:42:00.001-07:002014-04-19T10:42:31.689-07:00Estoy Pensando en Ti
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">Estoy pensando en ti,</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">nada complicado, nada que no puedas saber</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">No hay suma, ni resta,</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">ni teorema universal</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">Me desperté y lo hice,</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">me preparé el café y lo hice</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">crucé la calle y pensé en ti</span></div>
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">Nada masivo, ni voluptuoso</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">Nada que requiera de un acto circense</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">para que lo comprendas,</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">nada que deba escribirse con letras púrpuras</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">en la pared de tu casa</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">o en un cordillera nevada.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">Así que no te abochornes,</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">ni te escurras de mí</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">Pero el perro de la esquina lo sabe,</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">el sermón de mañana hablará de eso.</span></div>
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">Estoy pensando en ti.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">Nada sentimental, mucho menos romántico</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">Sé bien de tus huidas</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">cuando te confrontas con la emoción.</span></div>
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">Así que por favor no te preocupes</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">Aquí para ti nunca habrá flores</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">ni miradas arrebatadas</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">ni suspiros, ni reclamos</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">Aunque aquel ángel guardián</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">mantenga abierta la apuesta</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">sobre lo que ocurriría si alguna vez</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">se tocaran nuestras manos.</span></div>
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">Estoy pensando en ti,</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">nada que exija correspondencia</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">o respuesta,</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">o el temperamento de tus cejas.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">Simplemente pasó</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">Rocié agua y pasó,</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">abrí una puerta y pasó.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">Ocurrió cuando pisaba el pasto,</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">mientras tostaba el pan</span></div>
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">No puede evitarse.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">Sé que no te sorprende,</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">con esto sueñan los tontos,</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">con esto especulan los sabios</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">con las especies que se crearían</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">si alguno de estos días</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<em><span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">accidentalmente</span></em></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">se acercaran nuestros labios</span></div>
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">Yo,</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">yo jamás pienso en eso,</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">como tampoco pienso</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">en lo que haría</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">si aparecieras en mi puerta</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">y me dijeras</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">pasaba por aquí</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">y vine</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">Vine sencillamente</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: large;">porque estaba pensando en ti.</span></div>
Max Blumehttp://www.blogger.com/profile/15695636338745714020noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5174901583357365355.post-45297878794846044852014-03-20T16:01:00.000-07:002014-03-20T20:13:54.129-07:00Ojalá fueras mía<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Floto en desánimo<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Soy el que no está,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">el que ha partido<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">antes de llegar<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Invisibles gemidos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">En un mudo andar<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Soy una isla desierta<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Te abracé<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Quise abrazarte de nuevo<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Construir un monumento al tiempo<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Echarte una loza para que no te vayas<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Jamás<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Ojalá te besara<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">no por curiosidad<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">de eso no vivo<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">sino de la redención<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">que guardas para mí.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Ya no quiero ser palabra,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">sino</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">la mano que te alcanza,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">el aura que te roza<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">el aire que te viaja<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">la mirada que te acosa<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">el celoso que te guarda<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Pero no soy<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">He partido antes de llegar<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Crees que estoy bien,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">pero sin ti es imposible.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Ojalá te besara<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">ojalá tus labios, tu cuello<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">ojalá tu pecho<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">tus labios otra vez.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Tus piernas en mi boca<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">tu cintura en mis manos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">mis manos en tu espalda<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Y tus labios.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Rescátame.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Hazme estar cuando llego.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Ayúdame a decir soy<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">por ti soy<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">contigo soy.</span><br />
<span style="font-size: large;"></span><br />
<span style="font-size: large;">iertaunaisladesiertaunaisladesiertaunaislade</span><br />
<span style="font-size: large;">siertaunaisladesiertaunaisladesiert</span><br />
<span style="font-size: large;">aunaisladesiertaunsoledadaisladesiertaunaisladesiert</span><br />
<span style="font-size: large;">aunaisladesiertasoledadunaisladesiertaunaisladesierta</span><br />
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<span style="font-size: large;">Sé que puedo existir<o:p></o:p></span></div>
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<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-MX">A Nayibe Nicoli,<o:p></o:p></span></i></div>
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<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-MX">por su matrimonio.<span style="font-size: xx-small;"><o:p></o:p></span></span></i></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 8pt;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX"><span style="font-size: large;">Una tarde cualquiera, el sonido del
teléfono, tu voz entusiasmada. Una noticia llena de triunfo, tu rostro radiante
en mi mente, el recuerdo de la mañana en que te conocí. Te casas. Vestido
blanco, preparativos, nupcias. Cuando me llamaste para darme la noticia, una
pequeña alegría detuvo el reloj de mi cuarto, la alegría que se relaciona con
el hecho de que un momento único y feliz está por marcar la vida de alguien que
he estimado y querido durante varios años. Al colgar, de inmediato pensé en lo
afortunado que soy, no sólo por ser invitado a tu boda, sino por lo raro que
resulta en estos días atestiguar que una pareja se case por las razones
correctas. Ahora, lo común es ver a las novias rodeadas por la consabida
cohorte de madre, tías, amigas y primas metiches, preocupadas más por el día de
la boda que por los veinte mil días siguientes. Todas ellas intoxicadas por el
infantil nerviosismo sobre si se ha escogido el centro de mesa adecuado, el
color pertinente de los vestidos de las damas, o si el alcohol será suficiente
para mantener contentos a los invitados (nunca lo es). Muchas veces tú y yo nos
sentamos en unos parasoles que ya no existen a platicar acerca de temas
profundos, como las expectativas que teníamos en ese momento, nuestras visiones
sobre las relaciones afectivas, los errores que ambos habíamos cometido, etc.
Siempre me llevé de esas pláticas lecciones que no te agradecí. Jamás me
dejaste ir sin una carcajada, así que la ganancia fue doble. Ahora que tengo en
mis manos la elegante invitación a tu boda, siento que podría regresarte el
favor, si me lo permites, hablándote un poco acerca de lo que he aprendido
acerca del amor y del matrimonio.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Lo
primero que me viene a la mente es la palabra voluntad. Comparto la idea de que
muchas veces uno no puede prever ni detener el enamoramiento, así como tampoco
el amor. En nuestras vidas han habido ocasiones en las que pareciera que mente
y corazón nunca tuvieron la oportunidad para ponerse de acuerdo acerca de lo
prudente que sería dejarse arrastrar por la emoción. Pero en lo que respecta al
matrimonio, algo completamente diferente opera. Al altar no se llega por
accidente, tampoco por azar. Casualidad y causalidad no pueden ser elementos
determinantes en una decisión que se toma para el resto de la vida. Ambas
partes deben presentarse libremente, concientes de que la persona que tienen
enfrente es con quien desean compartir un camino que sólo puede ser transitado
con el otro. Así, hombre y mujer se encuentran por su propia voluntad, uno
frente al otro, para expresarse el mutuo deseo de emprender el viaje juntos.
Esa voluntad no puede ser dicatada por convencionalismos, el tiempo o el temor
a la soledad. Aquí no aplican relojes biológicos, edades o crecimiento laboral.
La pareja no es un satisfactor social ni natural: la pareja es el espejo donde
aprecio la mejor versión de mi persona. Y esa imagen sólo aparece ante los ojos
de quien la mira.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Eso
explica por qué elegimos a una persona y no a otra. Ella me hace sentir amor,
al tiempo que se presenta como la mejor opción sobre las demás. Cuando uno mira
al ser amado, es imposible no experimentar gratitud, no sólo por el
enamoramiento que despertó en nosotros, sino por la inteligencia con la que lo
escogimos sobre otras opciones. Esto siempre me lo dejaste saber cada vez que
te preguntaba por tu relación. Una espontánea sonrisa te delataba, pero
inmediatamente después era la razón en tus palabras la que confirmaba lo
sensato del sentimiento.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Por
otra parte, si bien es cierto que el amor no puede detenerse, también es cierto
que sí puede escogerse la manera en que podemos amar. Uno escucha muchas
teorías acerca del amor; parece que la ciencia, la religión, la psicología y
los astros se encuentran en una carrera frenética por ver quién es el primero en
entregarnos la definición fundamental y definitiva de un sentimiento que por lo
menos para mí carece de lógica o coherencia. Muchos opinan que el amor y el
enamoramiento se encuentran en determinadas zonas del cerebro; otros, que por
el simple hecho de aparecerse frente a un altar obtendrán poderes que los
volverán invencibles contra las afrentas del tiempo. Por último, encuentro a
los ridículos que aseguran que todo está escrito en el cielo, decidido de
antemano por un destino cósmico, una sincronía universal. El amor que te está
llevando a este día se encuentra lejos de cualquier libro, estudio o carta
astral, pero sobretodo, lejos de cualquier decisión que no haya sido tuya. Por
eso es hermoso escuchar a los novios decirse: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“yo te elijo”.</i> El amor no es la boda, como tampoco es la luna de
miel. Son los días que siguen al frenesí, y es eso lo que apenas podemos desear
para dos personas que se aman como ustedes dos. De esta forma, tenemos a una
pareja que se ha aceptado y elegido sobre todos los demás. Atestiguar eso,
Nayi, es un privilegio. Verás, el común denominador en las bodas es escuchar al
novio y a la novia decirse <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“yo te acepto
en la salud y en la enfermedad, en la pobreza y en la riqueza, en esto y
aquello (ad nauseam)”,</i> cuando lo que en realidad están diciendo es <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“te acepto mientras no falles, mientras
estés ahí siempre para mí, mientras me hagas feliz.”</i> Podrás imaginar entonces
la enorme decepción que infectará a cualquiera de los dos cuando descubra que
el otro no está haciendo todo por cumplir con sus expectativas. Esta receta para la desilusión se patenta debido básicamente a una verdad ineludible: eventualmente, todos
fallamos. En las relaciones sentimentales, la frustración es el monstruo en el
clóset. Sin embargo, si regresamos al hecho de que tú lo eligiste a él (y
viceversa), podemos encontrar una manera distinta de ver las cosas. Nos
encontramos ante la posibilidad de entender que el amor entonces no es
responsabilidad más que de la persona de quien emana. Amar incondicionalmente
significa no esperar nada a cambio, ni siquiera amor. Haciendo a un lado las
motivaciones egoístas, pueden de esta manera los novios decirse “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">te elijo <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">aunque</b> falles, <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">a pesar de
que</b> no estés ahí cuando yo lo necesite, te amo <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">aunque</b> tú dejes de hacerlo</i>.” Cuando se da libre de egoísmos, el amor compendia al mundo. Esta visión del amor exonera al
otro de la pesada loza de tener constantemente que hacer todo lo posible por
hacernos y mantenernos felices. Se termina así la satisfacción de caprichos por
obligación, por costumbre, por ser lo socialmente correcto. Al mismo tiempo,
recuperan los cónyuges su derecho a caer, a fallar, a dudar sin miedo a ser
juzgados, reprochados o castigados por su propia pareja. Esta manifestación
de apoyo incondicional ayuda a constituir al matrimonio como uno de los pocos
refugios a los que la pareja puede acudir de manera habitual. Allá afuera,
Nayi, hay demasiada competencia, rencor, miedo e incertidumbre. Pareciera que jefes,
compañeros de trabajo, vecinos, mercadólogos, bancos, hipotecas y pseudoamigos,
entre otros, tuvieran la encomienda de inyectar una presión excesiva en cuanto
a lo que los demás esperan (y exigen) de nosotros. El hogar que están a punto
de formar debe de ser ese rincón de respiro en donde literalmente puedan
reafirmar seguridades, compromisos y valores, manteniendo a raya todo aquello
que ponga en riesgo, tanto su tranquilidad interna, como la ecuanimidad
emocional de la familia en general. Por meloso que se escuche, no existe nada
más reafirmante que un compañero que, a pesar de las presiones del exterior, te
recibe en tu casa con la frase <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“siempre,
siempre, siempre contarás conmigo.”</i><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Ya entrados en gastos, me atrevería también a
recomendar (sobre todo a ustedes, que recibieron una estupenda educación en la
mejor universidad del sur de la Ciudad de México) que encuentren constantemente
vías de comuncación. Soy testigo de que los ruidos en la comunicación pueden
desbaratar un imperio. El ideal es que su matrimonio no sea más comentado
afuera que adentro, que los silencios no se prolonguen por semanas y que las
pláticas jamás se vuelvan demasiado rutinarias ni superficiales. La
comunicación es un arte basado en el detalle, en donde todo merece comentarse y
nada debe darse por entendido. Si aman, díganselo; si dudan, también. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Si
encuentran la manera de amarse incondicionalmente, verás que aparecerá como
invaluable efecto secundario (y cuando más lo necesiten) el perdón. El perdón
es el más menospreciado de los valores familiares. Por razones que desconozco,
resulta más sencillo y apremiante saciar el hambre del orgullo, del egoísmo y del
rencor, que del perdón.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Pero cuando los
miembros de una familia concuerdan en que cada acción que se realiza se deriva
del amor, cuando se dan permiso de fallar, y cuando buscan libremente hacer
sentir bien al otro, es más fácil agradecer, comprender y perdonar. De igual
manera, al saber que uno está siempre en la disposición de colocarse en el
lugar del otro, resulta menos difícil despojarse del orgullo y pedir perdón. El perdón,
cuando es legítimo, libera. No hay amor sin perdón, y el perdón no existe sin
el amor. Como diría Descartes si escribiera para La Tostadora de Pan, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“amo, luego perdono.”</i><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Por
último, un pequeño detalle que tiene que ver con la Fe. Dios es únicamente un
elemento inventado para satisfacer necesidades sociales. Inclinar la cabeza
ante un altar, presentarse de blanco y pedir la bendición bajo un crucifijo
siempre nos hace salir bien en las fotos. Es importante cubrir ese requisito
que nos marca la sociedad para continuar con nuestras vidas aceptablemente. Dios es un
souvenir, ¿cierto? <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX"><span style="font-size: large;">Falso.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Dios
existe. Dios es una persona. Dios se alegra cuando un hombre y una mujer se
presentan frente a Él libremente y le expresan su voluntad por entrar al
matrimonio con su bendición. Esta es la parte que los jóvenes rechazan por considerarla
acaramelada e ingenua y que los viejos recitan sin razonamiento. Lo cierto es
que para tu boda, Nayi, así como para los veinte mil días que seguirán,
solamente se necesita la presencia y el consentimiento de tres personas. Los
demás salimos de sobra. Se necesita del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“sí”</i>
de los tres para que la perfección a la que están llamados permanezca y venza.
Y Él es necesario, básicamente porque la fuerza, el amor y la voluntad de la
pareja son insuficientes ante los embates y las pruebas del tiempo. El
enamoramiento puede diluirse; el amor cambia de piel. Pero Dios es eterno. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Ya
te quité mucho tiempo. No me queda más que agradecerte tu paciencia para estas
palabras que no tienen otro objetivo que comentarte lo que de este tema he
aprendido después de aciertos y errores. El sagrado mecanismo del amor requiere
voluntad. Cuando una pareja es capaz de expresarlo, todo lo que hagan se vuelve
ejemplar.<o:p></o:p></span></span></div>
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<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Sí,
ya sé lo que estás pensando. Tanta elocuencia te ha hecho reflexionar y ahora te quieres casar conmigo. Lo lamento. Por el momento mi
lealtad es hacia La Tostadora de Pan. Pero no dudo que en unos años, mientras
el mundo sigue siendo consumido por la gangrena de la superficialidad y el
egoísmo, los que continuemos en la búsqueda de esa perfección miraremos hacia
tu hogar y diremos <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“yo quiero un
matrimonio como el que siguen construyendo Nayibe y Francisco y Dios.”</i></span><o:p></o:p></span></div>
Max Blumehttp://www.blogger.com/profile/15695636338745714020noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-5174901583357365355.post-44848835719156025302013-12-24T13:27:00.002-08:002013-12-24T13:27:19.001-08:007<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;">
<span style="mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><em><span style="font-size: small;">A Dios</span></em></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;">
<span style="mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><em><span style="font-size: small;">en su
cumpleaños;</span></em></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;">
<span style="mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><em><span style="font-size: small;">y a Tiki,</span></em></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;">
<span style="font-size: 10pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><em><span style="font-size: small;">por la lección
de vida.<o:p></o:p></span></em></span></div>
</span><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
</div>
</span><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Times New Roman; font-size: small;">
</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Es en la quietud de la noche cuando los
anhelos más profundos se asoman</i>, reflexionó Claudia.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>‘Las Cuatro Estaciones’ sonaban en las
bocinas de su ipod, inundando el ambiente con el perfume de mil cuerdas. Desde
la ventana de su departamento en el séptimo piso de aquel edificio art decó,
las calles de la ciudad parecían ríos de carbón ardiendo. Tenía arraigado el
hábito de dejar sonar a Vivaldi cada noche cuando regresaba del hospital. Los
violines calmaban su espíritu, ayudándole momentáneamente a separarse de las terribles
experiencias invasivas del día. Generalmente ella era ‘Invierno’, aunque a raíz
de su encuentro de aquella mañana, ‘Primavera’ definía mejor su estado de
ánimo. Cada día, mientras el sol recorría el cielo de Este a Oeste, Claudia se
zambullía en decenas de actividades que la mantenían ocupada, actividades que
la gran mayoría de seres humanos prefería evitar; era cuando la luna reinaba en
el cielo púrpura que Claudia regresaba exhausta a su departamento, encendía el
modesto equipo de sonido y dejaba a sus poros exhalar las mil y una emociones
que hervían en su sangre, necesaria catarsis para que los aullidos de la noche
no terminaran por desgarrarle el alma. Ahora, mientras fumaba un cigarro
recargada en el quicio de la ventana, daba gracias de que el tiempo estuviera
cada vez más cerca. No habría trampas del corazón, ni culpas gratuitas echadas
a cuestas, tampoco chantajes. Siempre había existido un pretexto para quedarse,
alguien que la necesitaba desesperadamente, una nueva misión que cumplir, ojos
suplicantes que la miraban aún de noche. Esta vez era diferente. Aquella
mañana, al salir del subterráneo, divisó una figura oscura y encorvada que la
seguía a lo lejos y que desaparecía al momento en que ella volteaba para
señalarlo. Dos calles abajo, se topó con él. Su larga cabellera oscura caía en
lianas hasta los hombros, enmarcando unos chispeantes ojos negros que
reflejaban la tristeza la Creación. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Egnion</i>
significaba ‘portador de lágrimas’, y Claudia no podía evitar sentir un vacío
en el estómago cada vez que lo veía. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- ¿Cómo puedes
hacerlo? – Preguntó ella a manera de saludo - ¿Cómo lo soportas?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Estaba a
punto de preguntarte lo mismo – dijo él tratando de emular una sonrisa que a
Claudia le pareció macabra – La resiliencia nace con el propósito.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Pero…
soportar la eternidad portando malas noticias, no sé si yo podría hacerlo,
Egnion.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Ignoro qué
será peor, ser el heraldo o el custodio. </span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>A Claudia se le hizo
exageradamente difícil respirar. Ver al ángel haciéndose pasar por humano, tratando
mediocremente de disimular sus abultadas alas debajo de ese sucio gabán, era
sinónimo de un prolongado pesar, la continuación del exilio.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- ¿Qué desea
Padre de mí? – preguntó ella. Su voz salía de su garganta impregnada de miedo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Que vuelvas
a casa.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Por un segundo el tiempo se
detuvo. Claudia clavó la mirada en los oscuros ojos de Egnion y supo que había
escuchado bien. Desde los años de la peste, Claudia había anhelado escuchar
esas palabras. Más de una vez la certeza de que Padre se había olvidado de ella
le había carcomido la razón y la esperanza. Ahora, su corazón se inflamaba con
la noticia. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">No se olvidó de mí, me quiere
de vuelta.</i></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Al parecer
los propósitos cambian – dijo Egnion irguiéndose - Sonreír te sienta bien.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- A ti no –
dijo ella. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Egnion soltó una tétrica carcajada que rompió los cristales de ventanas
aledañas y asustó a una parvada de incautas palomas. Entonces, de su gabán
sustrajo una figura tallada en madera y se la entregó.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">– En una
semana te reunirás con Él.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>En un parpadeo, Egnion
desapareció. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Amén</i>, murmuró Claudia
perdiéndose en los perfectos reflejos geométricos de la luz sobre los vidrios
rotos. </span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">El resto del día adquirió un sabor a fruta fresca. Al regresar a su
departamento, fue ‘Primavera’ su elección. En la quietud de aquella noche
calurosa su anhelo más profundo rabiaba felizmente en su garganta, en las yemas
de sus dedos, en las puntas de sus cabellos.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Igma neu aur”</i>, dijo Claudia
en voz alta, el humo del cigarro formando remolinos en el aire silencioso. Un
canto misterioso y bello se formó en sus labios. Cual mantra revitalizador,
repitió: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Igma neu aur… igma neu aur...”</i>
Sintiendo una risa abierta y franca estallándole en los pulmones, apagó el
cigarro observando las últimas cenizas volar sobre la calle. Acarició el talismán
que Egnion le dio y repitió la misma frase mil veces. Tomó entonces una brocha
de gruesas cerdas de polipropileno y con pintura vinílica dibujó sobre la pared
un dígito gigantesco. Permaneció entonces largos minutos contemplando el 7
negro que ahora dominaba la estancia, y dejándose caer sobre el suelo,
abrazando sus rodillas rompió a llorar de felicidad. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Igma neu aur… voy a casa.”</i></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>El siguiente día consistió en la
representación de la rutina. Papeleo en la oficina, envío de emails que
alimentaban a la bestia burocrática, cigarros obsesivos a media mañana. En una
ciudad que se conmueve más rápido por un perro atropellado que por un niño
desaparecido, es necesario aferrarse a cierta clase de vicios. Por la tarde
llegó al hospital. Claudia recorrió diligentemente los doce pabellones infantiles
de oncología. Se detuvo en varias camas realizando manualidades que calmaban la
tristeza y la desesperación de los pacientes de seis, siete, ocho y hasta doce
años. A pesar del cubrebocas, las enfermeras, familiares, enfermos y
voluntarios podían advertir su sonrisa. Cuando se ama con las venas, el rostro
brilla como mil rubíes en una noche arábiga. Claudia amaba a cada uno de los
niños que ocupaban el doceavo piso del hospital. Leones de goma y puerquitos de
unicel terminaban en las almohadas de los pacientes. Algunas veces los niños
agradecían con una sonrisa dolorosa en sus labios resecos. Otras, el mismo dolor
se los impedía. En este lugar no caben las metáforas; aquí el cuerpo se come al
cuerpo. Niños sin cabello, con ojos ausentes, como cursores parpadeando
eternamente sobre una pantalla blanca y sin esperanza. Puños malignos
brotándoles en la garganta, en el vientre; uñas invisibles rasguñándoles la
cabeza por dentro. El truco para amarlos era desprenderse de ellos tan pronto
como cambiaba de cama. Esta habilidad la había aprendido 456 años atrás, en los
años de la peste. ¿Cuántos días eran 456 años?</span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>La noche llegó y el último
pabellón se barnizó de luz artificial. Murmullos en los pasillos. Llanto de
bebés. Médicos haciendo ronda. Soledad.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Señora,
¿sabe si su hijo tiene un sueño?—preguntó Claudia a la mamá de Francisco. La
señora, una mujer que aparentaba más edad de la que en verdad tenía, había
pasado el día entero sujetando su mano - ¿Sabe si quiere una laptop, o conocer
a algún futbolista?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">La mujer se sintió atrapada. Había pasado las últimas diez horas
aplicando compresas sobre la herida supurante de su hijo de once años,
bajándole la fiebre, animándolo a comer. Pero ahí estaba aquella muchacha
haciéndole la única pregunta para la que no estaba preparada.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Si quiere
piénselo y mañana me dice - dijo Claudia tranquilizándola. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Aliviada, la
mujer asintió. </span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">Claudia se dirigió al lavamanos para enjuagarse de los dedos los restos
de Resistol, cuando escuchó una puntiaguda voz diminuta.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- ¿Por qué a
mí no me has preguntado si tengo un sueño?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- ¿Cómo te
llamas? – Al voltear, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Claudia se
encontró con un bulto pequeño. Dos ojos traviesos y avispados sin rastro de la
enfermedad. Si no fuera por los cardenales púrpuras en el cuello y en los
delgados brazos lo hubiera tomado por un niño sano.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- David.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- ¿Dónde está
tu mamá?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Ana se tuvo
que ir de regreso a la Casa. ¿Puedo contarte mi sueño?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Claudia sabía que aquello
implicaría romper un protocolo. El propósito de preguntarle a un niño cuál era
su sueño, era justamente para intentar cumplirlo. Esa era la misión de la
Institución para la que Claudia trabajaba. Una pelota, una laptop, un
videojuego. Claudia llamaría a empresas y organizaciones que desearan cooperar.
La pregunta, sin embargo, debía formularse con sumo cuidado, de lo contrario la
respuesta podría ser “sanar,” o simplemente “no estar aquí.”</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- ¿Tienes
hermanitos, David?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>David asintió alegremente.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- ¿Cuántos?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>David se encogió de hombros.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- ¡Cómo es que
no sabes cuántos hermanos tienes! – exclamó Claudia juguetonamente. En este
momento se dio cuenta de que inconscientemente había colocado su mano sobre la
pierna de David. Retirándola, preguntó: - ¿Son más de dos? ¡No! ¿Más de cuatro?
¿Seis? ¡No puede ser! ¿Diez?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>David soltó una carcajada que
mereció reproches por parte de algunos papás que trataban de dormitar sobre el
suelo. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- ¿En verdad
tienes más de diez hermanos? – dijo Claudia bajando la voz. – Bueno, ¿te parece
si mañana me dices los nombres de cada uno de ellos?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Más de
veinte. De algunos no me sé sus nombres porque se los llevan antes de que los
pueda conocer.</span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>En la calle, el viento en su
cara le arrancó los últimos olores a medicamento. En el cuello seguía el
cubrebocas. Se detuvo en las escalinatas del hospital a fumar. A lo lejos
escuchó a una mujer que gritaba “¡Atrápenlo! ¡Ladrón!”</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Maldita ciudad</i>, pensó Claudia. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Maldita.</i></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>En su departamento, Vivaldi
hacía lo propio mientras Claudia pintaba un 6 negro en la pared. Abrió otra
cajetilla, la ansiedad le devoraba los pulmones y no sabía por qué. Tantos
siglos aguardando aquella resolución, y ahora que finalmente se presentaba su
mano no dejaba de temblar. Nunca supo el motivo del cruel castigo; de lo que sí
podía hablar era de la inconmensurable soledad que había enmohecido sus huesos,
las nubes de tiempo que silenciosamente se habían llevado a las pocas personas
que había amado, el desprecio sucio y lodoso que calentaba sus vísceras al
despertar y verse nuevamente en esa ciudad infernal. Nada de lo que hacía tenía
importancia, nadie miraba de cerca, nadie agradecía. Tres días más pasaron y
mientras un gigantesco 3 se adueñaba de la estancia su nerviosismo no dejaba de
estimular sus fantasías. ¿Cómo sería regresar? ¿Cuál sería el semblante de
Padre al verla? Pero sobretodo, Claudia se preguntaba si finalmente dejaría de
sentir ese acre vacío, si podría abandonar esa sensación de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">terrenalidad</i>. Prometió calmarse. Pronto
terminaría su Getsemaní, pronto se sentaría a la diestra, pronto…</span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Has estado
muy pensativa – la delgada voz del pequeño David la sacó de sus cavilaciones.
La nublada mañana apagaba los ánimos de todos en el pabellón.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- ¡David! No
te había visto, ¿dónde estabas?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Ana no puede
quedarse todo el tiempo conmigo. Me llevó de regreso a Santa María, pero me
puse mal otra vez. ¿Sabes dónde está Federico?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Se puso
mejor y lo mandaron a su casa – mintió Claudia.</span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>David miró tristemente hacia la
ventana. La mentira no funcionó. En su brazo derecho Claudia advirtió moretones
del tamaño de monedas.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- ¿Quién te
hizo eso?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Los otros
niños. Están enojados porque Ana no tiene tiempo para prepararles de comer.
Dicen que es mi culpa. Otros me pegan porque no los dejo dormir. El único que
me trata bien es el niño que duerme conmigo. Aunque casi nunca lo dejo dormir.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- ¿Dónde está
Ana?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Hablando con
el doctor.</span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Los aparatos conectados al
cuerpo del pequeño, el sonido de las gotas de suero cayendo dentro del catéter,
el mecanismo de la injusticia. Uno de los enfermeros cambió de canal y en la
televisión aparecía el resumen de la corrida de la semana: un hombre vestido en
un esplendoroso traje de luces clavaba señorialmente espadas a un toro mientras
la gente aplaudía.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- David, nada
de esto es tu culpa.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Yo sé. Es lo
que me dice Ana.</span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>En los ojos de David, Claudia
encontró una veta marrón que la perturbó. La resignación con la que el niño
hablaba le hizo sentir una culpa siniestra contra la que luchó. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Hiciste lo que te correspondía</i>, se dijo.
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">No te involucres. Igma neu aur. </i>Un
enfermero con bata azul entró para llevárselo. Las quimios no estaban
funcionando. Se requerían más análisis.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- ¿Vas a estar
aquí cuando regrese? – preguntó David sin quejarse del dolor.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Tengo más
niños que visitar – respondió Claudia a manera de disculpa.</span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Por la tarde, Claudia se había
olvidado de David. Probablemente lo habrían dado de alta para el fin de semana
y la mujer encargada de cuidarlo se lo habría llevado al orfanato. Claudia
terminó sus rondas en los otros pabellones. A cada niño le dio un abrazo,
despidiéndose mudamente, liberándose de una responsabilidad que nunca le
perteneció. El nerviosismo que antes la embargara fue sustituido por una
excitación trepidante, la emoción del criminal que recibe el perdón y puede
regresar a la vida que creía perdida para siempre. Claudia se veía a sí misma
como un cristal limpio, puro, absuelto. Al final de la jornada, agradecida por
no tener que pisar ese hospital jamás, entró al baño. Ahí encontró a una mujer
al borde del llanto.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- ¿Qué tan
enfermo está su hijo? – la voz de Claudia se escuchó serena.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Mucho –
respondió la mujer de pelo cenizo – No es mi hijo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- A veces las
cosas se ven peor de lo que en realidad son.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Si no estoy
aquí cuando el niño salga de sus análisis me quitan la licencia de la casa
hogar. Pero si no llego a la casa hogar en una hora también me la quitan. Tengo
veinticinco huérfanos que cuidar, y todos vamos a acabar en la calle por culpa
de un niño enfermo. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- ¿No hay
nadie que pueda cubrirla allá?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- No, señorita
– espetó la mujer evidentemente frustrada – Es obvio que estoy sola.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Claudia abrió la llave del
lavabo y frotó sus manos con jabón. Después de secárselas, dijo: </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Espero que
su problema se solucione.</span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>En el pasillo, aguardó
pacientemente los dos minutos que tardó el elevador en llegar. Se abrieron las
puertas, pero Claudia no entró. Regresó corriendo al baño. La mujer ceniza continuaba
frente al espejo.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- ¿Cómo se
llama la casa hogar donde trabaja?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Santa María.
¿Por qué?</span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Entrada la noche, dos enfermeros
regresaron a David al pabellón. Su rostro demacrado describía más bien al
sobreviviente de una paliza de tres días. Estaba en los huesos, los labios
consumidos. Un hilo de saliva pendía de su boca. Su mirada seguía impactada,
vacante. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- ¿Ana? –
preguntó en la oscuridad buscando alivio en un rostro familiar.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Ana no está.
Tuvo que regresar a Santa María. Pero aquí estoy yo, David.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- ¿Quién eres?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Claudia.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Y su sonrisa la mató. Claudia
tomó su delicada mano y no la soltó hasta que se quedó profundamente dormido.
Luego, dibujó en el aire un 2 que sólo ella pudo ver.</span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Subir las escaleras hasta su
departamento fue más pesado que de costumbre. La mañana clareaba y el rugido
impasible de la ciudad cimbraba las paredes del edificio. Se dejó caer sobre el
sillón y no despertó hasta que una voz la despegó de sus sueños violentos. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- ¿Sabes quién
vive aquí? – preguntó Egnion mirando el desorden a su alrededor – Alguien que
no ama su vida.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Esto no es
vida. Por favor no sonrías.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Egnion esculcó en su bolsillo y
sustrajo un frasco con un líquido opaco.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Te envidio.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- No lo hagas.
Es pecado.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Recuerda: un
solo trago en el momento justo – dijo Egnion dejando el frasco en la mesa –
Bienvenida a casa.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>El ángel caminó hacia el balcón.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Salúdame a
Padre.</span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Claudia consultó su reloj.
Faltaban exactamente tres horas para tomar el talismán y… Palideció. El
talismán. La noche anterior lo colocó debajo de la almohada de David para que
el niño pudiera dormir apaciblemente, sin dolor. Tomó el frasco y salió
corriendo esperando que la ciudad fuera benévola.</span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Cuando llegó al hospital
encontró a David dormido. Ana, su cuidadora, hablaba con uno de los doctores. A
un lado de la cama, en la mesa donde un ejército de medicamentos aguardaba su
turno, Claudia encontró lo que buscaba. Con un suspiro de alivio, guardó el
talismán en su bolsa y salió del pabellón.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- ¿Ya
entregaron los resultados de David? – preguntó.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- El cáncer se
esparció por todas partes – dijo Ana - Tienen que operarlo de urgencia.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- ¿Y qué
probabilidades hay de…</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- El doctor no
me quiso decir. Van a abrirle la cabeza. Hay riesgos. Pero si se salva… No sé.
Sus cuidados son muy caros y yo no tengo los recursos. ¿Cómo puedo hacerme
cargo yo sola de él? Nadie adopta a niños así de enfermos. Y los otros niños,
usted no sabe cómo son. ¿Cómo puede Dios ser tan cruel?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- ¿Puedo
quedarme un rato con él?</span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>No hubo estrellas aquella noche.
David abrió los ojos y la saludó levantando las cejas.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- ¿Cómo te
sientes? – preguntó Claudia con una sonrisa honesta.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Bien –
musitó David – Mi cabeza me duele.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Oye, nunca
me dijiste cuál era tu sueño.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Ya se me
olvidó.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Trata de
recordar.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Una cama –
aseguró David después de reflexionar unos segundos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- ¿Para ti?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- No. Para el
niño que duerme conmigo. Así no se va a despertar cuando Ana me ponga mis
curaciones en las noches. ¿Puedes hacerlo?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Sí. Te lo
prometo. Toma esto.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- ¿Qué es?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Te caerá
bien. Debes tomártelo de un solo trago. Bien, ahora aprieta esto con fuerza.
Repite después de mí. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- ¿Es un
juego?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">- Sí, es un
juego. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Gerenium…</i></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">- <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ge… gerenium…</i></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">- <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Simeakh…</i></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Para cuando terminaron, dos
enfermeros aparecieron con una camilla seguidos por Ana. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- ¿Estás
listo, campeón?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>David asintió con miedo en los
ojos.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Lo siento,
no puedes llevar ningún juguete.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Claudia le retiró el talismán.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Tengo miedo –
confesó David rompiendo a llorar.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Claudia lo besó en la frente.
Aproximándose a su oído, murmuró:</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Antes de que
llegues al elevador el miedo habrá desaparecido.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- ¿Cómo sabes?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- Confía en
mí.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Los enfermeros empujaron la
camilla por el pasillo y doblaron a la derecha hasta perderse de vista. Fue
entonces que se desató el caos. Primero fueron los gritos de Ana preguntando
qué ocurría. Un humo espeso con olor a vinagre se esparció por el piso en
marejadas provocando un severo ataque de tos a niños y adultos por igual. Inmediatamente
después, uno de los enfermeros comenzó a pedir ayuda. Tres doctores se
apresuraron a asistirlos. Luego el staff de enfermeras.</span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: large;">- ¿Dónde está?
– gritaba Ana en pleno delirio - ¿Dónde está David?</span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Falló la energía eléctrica y
todo en el doceavo piso fue oscuridad, con excepción de una pequeña luz que
flotó momentáneamente sobre cabezas incrédulas que la vieron atravesar la
ventana y desaparecer en el cielo negro de la ciudad.</span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>‘Invierno’ fue la opción lógica.
Sin conseguir estar quieta, Claudia ingería vasos y vasos de cualquier cosa,
cambiando del frenesí a la tristeza en cuestión de segundos. De pronto,
permaneció estática frente a la pared de la estancia. Sin más, comenzó a
golpearla a puño cerrado con una rabia guardada durante más tiempo del que le
gustaría contar. Mojando una brocha en pintura blanca, tapizó la pared hasta
que de los viejos números no quedó nada. Entonces, esta vez con pintura negra,
escribió de piso a techo 166, 440. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Tomó su abrigo y bajó a la
calle. Quiso comprar una cajetilla de cigarros.</span></span></div>
Max Blumehttp://www.blogger.com/profile/15695636338745714020noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5174901583357365355.post-79395565290264833532013-11-28T13:28:00.003-08:002013-11-28T13:28:27.082-08:00Doppelgänger<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: Arial;"><i>Para Sarahí, que me obligó a escribirlo</i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">Daniel camina y se siente observado. Mira hacia atrás, pero la calle, salvo
por las decenas de cucarachas y cantos huecos del bar, está vacía. Reconoce el
olor a orines, a carne rancia, a caucho quemado, olores que lo saludan y lo
despiden y lo acompañan. La nube negra, eterna, absurda. La mohosa pared a su
izquierda graffiteada con el nombre del Liverpool y una obscenidad.
Afortunadamente para él la noche está en calma, tibia, no como en invierno, en
que sus ropas andrajosas dejan pasar el hielo por las costuras rotas. El
callejón está oscuro, las sombras produciendo sombras. No son pasos lo que
escucha y lo que lo hace voltear, son murmullos de una decena de párpados,
aleteos de mosca en su cuello, en su espalda, ronchas en esa parte de su cuerpo
que no logra alcanzar. Lleva cuatro días sin bañarse, pero no es la primera
vez; se ha acostumbrado al olor de su sudor seco, al lodo bajo las uñas, al
cartón en el escaso cabello. En la mano sujeta un cartón de leche que es para
lo que le alcanzó. Camina aprisa. Lo conocen en ese bajo barrio londinense
desde hace ya muchos años, aun así nadie es de fiar. Sus amigos lo matarían por
un galón de leche en el acto, carajo, lo matarían por un cigarro. Se detiene en
la esquina, mira sobre su hombro. Carajo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">En la casa de huéspedes, para variar, hay pelea de putas y negros.
Amenazas, navajas, una pistola, odio. Evade la trifulca y sube los escalones de
a dos protegiendo el cartón contra la mirada hambrienta de los junkies. En el
pasillo no se ve nada, se escucha magnificado el zumbido de un insecto. Entra
al reducto que lleva rentando por más de seis meses. Los gritos no se quedan
detrás de la puerta aunque la cierre con candado. Daniel se sienta en la silla
plegadiza y ve lo que ha escrito en el cuaderno triste. Nerviosamente se pone
de pie y se asoma por la ventana: los mismos haciendo lo mismo, cada noche una
trágica réplica de la anterior, una morbosa maqueta de la siguiente. Pero nadie
hay diferente, nadie lo observa. Se sienta nuevamente y revisa sus propias
palabras. Algo no está bien, el orden, el significado, chingada madre. Estira
la pierna y choca con la pata de la cama sucia y sin hacer.
Platos desechables en el suelo, papeles arrugados, residuos de todo.
Hace mucho dejó de amar. Decidió consagrarse a su trabajo, a sus letras, ya
verán, pronto sabrán de mí. Traza una línea sobre la palabra que minutos atrás
encerraba el significado del mundo. Abre el cartón, bebe su única cena, luego
lo esconde rápidamente bajo la cama al escuchar que llaman a la puerta. Hola,
Mary. ¿Qué escondes? Nada, estoy escribiendo. ¿Tienes cerveza? No. Vamos,
déjame pasar. Por fin me llegó la inspiración. Mary mastica chicle. ¿Seguro no
quieres coger? La mira de abajo a arriba, las piernas flacas y torcidas, la
minifalda roja, el abrigo robado. Daniel se hace a un lado pero no puede dejar
de mirar a la mosca en el foco azul.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">¿Has hablado con tus hijos? El humo del cigarro sube al techo y baja
estúpidamente. No quiero hablar de eso. Deberías llamarlos, igual y le sacas
una lana a la perra esa. La que vino a buscarte ayer fue Jackie. Carajo. Carajo
dos veces, quiere la pensión del Billy. Dice que a la próxima trae a la
policía. Daniel mira por la ventana. ¿Seguro no tienes una cerveza? No, lo del
desempleo lo cobro mañana, mañana compro cervezas. ¿Qué es esto? ¡Deja! Mary
lee despacio del cuaderno. Esto está muy bien. No sé qué esperas para
publicarlo, ¿por qué me miras así? Te gusta porque hay palabras que no
comprendes, es todo. ¿Quieres leer algo fascinante? Lee el puto diccionario.
Siempre estás enojado… ¿qué tanto miras por la ventana? Pero Daniel está lejos,
preguntándose si tan sólo, carajo, puta madre. ¿Seguro no tienes cerveza?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">La mañana no se llevó la comezón ni la paranoia. Escribe febrilmente acerca
de un noviazgo náufrago. El calor no pudrió el resto de la leche. Desayuna.
Sale al pasillo. Entra al baño comunitario pero no sale agua de la regadera.
Cinco días. En la calle ya lo aguarda el tráfico de hotdogs, mercaderes de
fruta y éxtasis. Toma el bus hacia Hyde Park. El aire refulge a lo que debió
sucederle. Camina media hora hasta la reja azul de una escuela. Ve al más
grande, al que se parece a él, echándose por la resbaladilla. El gracioso y
tierno uniforme. También a él lo dejó colgado con el te juro que vendré por
ustedes e iremos al cine, deja que venda el cuento que estoy escribiendo, la
verdad es que están mejor sin mí. ¿En qué momento ser víctima se volvió
redituable? Siente la roña pero no puede rascarse. Mira hacia arriba pero nadie
lo observa. Ni Dios. Escupe al suelo. Escucha la voz del doctor, Danny esto no
pinta bien. ¿Tienes alguien a quien puedas llamar? No es que no quiera
avisarte, es que lo jodí todo, es que la ruina fue más tentadora que el
esfuerzo, es que al final lo único que habló por ti fue la puerta
cerrándose. <o:p></o:p></span></div>
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<!--EndFragment--><br />
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">Regresa a su madriguera en la Casa de Huéspedes. Da vueltas injustas de un lado a otro, sabe que lo observo. Tose. Tacha en su cuaderno los es ques. Carajo. Daniel escribe perdón.<o:p></o:p></span></div>
Max Blumehttp://www.blogger.com/profile/15695636338745714020noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5174901583357365355.post-5875530060109330242013-10-03T20:15:00.001-07:002018-09-30T06:58:04.916-07:00Signo Vital Cero<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7oGLpMYSdX9jNm6Op6R4Z4UmCps8UJY5cXG6HyM3xjmpCVCwpBZokio1XladXPZEAUw2LXnvkE9V-AV9NFq6i-NFa8ipvNmNqjnL6z24lN7rlRX1xo8WHN1LJub21HYVJbkTHiLISYwMu/s1600/019-man-with-no-heart_resize.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="800" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7oGLpMYSdX9jNm6Op6R4Z4UmCps8UJY5cXG6HyM3xjmpCVCwpBZokio1XladXPZEAUw2LXnvkE9V-AV9NFq6i-NFa8ipvNmNqjnL6z24lN7rlRX1xo8WHN1LJub21HYVJbkTHiLISYwMu/s320/019-man-with-no-heart_resize.jpg" width="213" /></a></div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "calibri";"><br /></span></i></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "calibri";"><br /></span></i></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "calibri";"><br /></span></i></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "calibri";"><br /></span></i></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-family: "times new roman";">
</span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "calibri";">Para Aliza,<o:p></o:p></span></i><br />
<span style="font-family: "times new roman";">
</span><br />
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span dir="RTL" lang="HE" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; mso-ansi-font-style: italic; mso-ascii-font-family: Verdana; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-language: HE; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-hansi-font-family: Verdana; mso-no-proof: yes;">ידידות היא בית נפש יחיד בשני
גופות</span><span dir="RTL" lang="HE" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; mso-ansi-font-style: italic; mso-ascii-font-family: Verdana; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-language: HE; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-hansi-font-family: Verdana;">.</span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><o:p></o:p></i></span></div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">
<span style="font-family: "times new roman";">
</span><br />
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-family: "calibri";">1</span></span></div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>La
sensación de objetos puntiagudos rasgándole la piel fue lo que lo despertó. Al
abrir los ojos contempló con horror una tribu de ratas hambrientas que
recorrían su cuerpo con ánimo salvaje, al tiempo que clavaban sus feroces
colmillos en su carne. Decenas de ratas que mordían sus muslos, antebrazos,
cuello, paseando sus largas colas por el contenedor. Más por reflejo que por el
dolor que debía sentir, Daniel se estremeció violentamente y, sacudiéndoselas,
salió a la noche. Cayó del enorme contendor de basura dolorosamente. Algunos
roedores saltaban sobre él con la intención evidente de no dejar escapar la
cena. Una a una, las tomó del lomo arrojándolas contra la pared de un edificio,
pensando que la tibia sensación de su pelaje le provocaría náusea, pero para su
sorpresa fue como arrancarse un animal disecado e inofensivo. En el cielo, la
luna brillaba como un mesías agonizante y menor: ajena, impersonal y
desentendida, como una amante desdeñada por el cielo protector. Entre calles
húmedas y solitarias, Daniel caminó.</span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Entró
a la sala de urgencias y en el reloj de pared vio que eran las 3:46 AM. Apenas
mostró su rostro tras el cristal de la recepción, la enfermera en turno se puso
de pie de un salto y corrió a buscar al doctor de guardia. Daniel tomó asiento
entre la turba de ancianos, moribundos y achacosos que habitaban la sala de
espera en esa hora donde el mundo se ha vaciado y sólo los desposeídos
permanecen. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Yo no soy ellos</i>, pensaba Daniel,
a quien para entonces le costaba recordar cómo había llegado al interior del
contenedor de basura. Segundos después apareció un hombre de lentes y bata
blanca.</span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "calibri"; font-size: large;">- Venga por favor.</span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Daniel
lo siguió al interior de un consultorio de leprosas paredes y muebles
desvencijados. Una enfermera lo sentó en un banco giratorio, y pidiéndole que
se quitara el gabán destazado, le arremangó la camisa. El asco que le provocaba
su proximidad se evidenció en la mueca torcida que apagó el rostro de la mujer.
Mirándolo de reojo, el doctor metió una hoja blanca en el rodillo de una
máquina de escribir.</span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "calibri"; font-size: large;">- ¿Nombre? – preguntó.</span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Daniel
dictó su nombre completo, dirección, teléfono, antecedentes médicos, alergias,
adicciones. Las palabras salían mecánicamente, sin emoción, la semblanza de
alguien más que por casualidades del destino portaba su mismo nombre y vivía en
la misma casa. Fue entonces que se percató del deplorable estado que
presentaban sus ropas. Los jeans eran girones desiguales de mezclilla rasguñada
por un ejército de colmillos, lo mismo que su camisa, despedazada por el pecho
y la espalda. El gabán presentaba las mismas laceraciones. Los hoyos en las
suelas de sus zapatos de gamuza dejaban ver unos calcetines de color oscuro. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">No recuerdo habérmelos puesto</i>. En la
bolsa del gabán, Daniel encontró su billetera y una corbata azul.</span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "calibri"; font-size: large;">- Muy bien – dijo el doctor - ¿Recuerda usted cómo
llegó aquí?</span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "calibri"; font-size: large;">- Estaba perdido. Vi el hospital y entré.</span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "calibri"; font-size: large;">- ¿Le había ocurrido esto antes?</span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "calibri"; font-size: large;">- No lo recuerdo.</span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Notó
también las heridas en sus brazos, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿no
deberían de estar sangrando?</i></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Haciendo
un pobre esfuerzo por ocultar la repulsión que le provocaba acercársele, la
enfermera colocó el <span style="color: #222222; font-weight: normal;">baumanómetro en su brazo.
Presionó la bombilla y aguardó a que las agujas volvieran despacio al punto de
partida. Para su sorpresa, las agujas cayeron estrepitosamente. Frunciendo el
ceño, la enfermera colocó ahora el estetoscopio en el pecho de Daniel.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; font-weight: normal;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;">- ¿Tiene problemas
con estupefacientes?<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; font-weight: normal;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;">- No.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; font-weight: normal;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;">- ¿Alcohol?<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; font-weight: normal;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Daniel meneó la cabeza.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; font-weight: normal;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;">- A ver – dijo la
enfermera asustada – Tosa.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; font-weight: normal;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Daniel obedeció.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; font-weight: normal;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;">- ¿Estuvo en algún
altercado, alguna pelea en algún bar?<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; font-weight: normal;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;">- No. No lo sé –
rectificó Daniel.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; font-weight: normal;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;">- Doctor, venga a
ver esto.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; font-weight: normal;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>El doctor revisó los latidos de
su corazón. Una mosca revoloteaba alrededor de un foco.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; font-weight: normal;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;">- Esto no está bien
– exclamó el doctor mirando con susto evidente a la enfermera.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; font-weight: normal;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;">- ¿Qué pasa? –
quiso saber Daniel.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; font-weight: normal;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;">- ¿Hay alguien a
quien podamos llamar en caso de emergencia?<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; font-weight: normal;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;">- Sí, mi esposa.
Pero ¿qué pasa? – Daniel se percató entonces que lo que debió escucharse como
una firme exigencia salió de su garganta como una tímida petición.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;">El hombre de
la bata blanca procedió a tomarle nuevamente la presión, al tiempo que
exclamaba <em>¡esto es imposible!</em> y ordenaba a
la enfermera <em>llame al Doctor Álvarez</em>.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; font-weight: normal;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;">- ¡Qué pasa! – gritó
Daniel.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; font-weight: normal;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Mirándolo fijamente a los ojos,
el doctor le respondió:<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; font-weight: normal;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;">- Sus signos
vitales... no existen.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; font-weight: normal;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;">- ¿Qué? ¿Qué
significa eso?<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; font-weight: normal;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;">- Sabes
perfectamente lo que significa – aseveró el doctor regresando a su máquina de
escribir – Quiere decir que estás muerto.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; font-weight: normal;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Daniel hizo un estoico esfuerzo
por asimilar rápidamente la noticia de su nueva condición. Acariciando desentendidamente
la seda de su corbata, murmuró:<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; font-weight: normal;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;">- Clarissa González.
Con certeza la encuentran en casa de su mamá.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; font-weight: normal;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;">2<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>El
consultorio hervía de actividad. Un enjambre de enfermeras entraba y salía
cubriéndose con pañuelos perfumados, llevando aparejos, revisando anotaciones
en blocks y repitiendo en voz alta los mismos datos una y otra vez. Alguien conectó
los nodos de un ECG directamente a su pecho, pero en la pantalla, en lugar de
los brincos y caídas que el punto de luz fluorescente debía pronunciar,
aparecía una perfecta línea recta acompañada de un constante y monótono sonido.
El Doctor Álvarez, Director del hospital, entró una sola vez para corroborar lo
que sus subalternos le habían advertido, y con un simple <i style="mso-bidi-font-style: normal;">hmmmm</i>, echó por tierra la esperanza de Daniel de poder contarse aún
entre los vivos. Lo que necesitaba ahora con urgencia era un rostro familiar,
una mano en su hombro, un abrazo que le asegurara que todo estaría bien. Daniel
deseó estar en casa. Un espasmo de terror se apoderó de él cuando, al buscar en
su memoria su rincón favorito, se dio cuenta de que no podía recordar cómo era
el interior de su recámara, ni su estudio. Cerró los ojos y, como las ondas del
agua en la tina o como las razones de la lejanía, la imagen de la cocina se
alejó hasta desvanecerse. <o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Para
las 5:37 AM la mosca en el foco se había multiplicado por cien, y todas
revoloteaban encima de él, dejando huevecillos en el interior de las heridas,
ahí donde la sangre siempre fue un coágulo inconcluso.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;">- Quiero irme de aquí – exclamó sin emoción. <o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Nadie
respondió. Daniel se puso de pie. Arrancó los nodos de su pecho y caminó hacia
la puerta del consultorio. Con evidente molestia, como si de un ultraje hacia
su dignidad se tratara, una de las mujeres de cofia dijo:<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;">- ¿Adónde cree que va?<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;">- A mi casa – respondió él inocentemente.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Con
un chasquido, la enfermera consiguió que dos hombres corpulentos lo detuvieran,
amarrándolo al banco giratorio. Cuando conectaron de nuevo el ECG, la línea
verde apareció junto con el agudo chillido de la máquina. Justo en ese momento
apareció Clarissa. Su rostro de mármol blanco reflejaba una tristeza
superficial que Daniel no pudo de inmediato descifrar.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;">- Mi amor – exclamó él tratando sonar coherente con
su intolerable situación – Por favor diles que esto es un error, que estoy
vivo. Explícales que tú y yo tenemos una casa, una vida, que esto que me está
pasando es absurdo.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Clarissa
permaneció callada. Durante algunos segundos lo único que hizo fue mirar hacia
el suelo.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;">- Daniel, no tengo nada que reprocharte. Tampoco
estoy diciendo que nada de esto sea tu culpa, pero por algo pasan las cosas.
Tal vez… no sé… tal vez esto sea una oportunidad para que nos replanteemos
nuestra relación, definir qué es lo que queremos el uno del otro.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Las
miradas de los presentes se anclaron sobre un Daniel diminuto.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;">- ¿Nuestra relación? ¡Eres mi esposa!<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;">- ¿Por qué eres tan egoísta? – dijo Clarissa rompiendo
a llorar - ¿Por qué no puedes pensar un segundo en mí? ¡Lo único que quiero es
un matrimonio normal! Pero contigo… mírate. ¡Estás muerto, Daniel! ¿Qué crees
que van a pensar mis amigas cuando se enteren que duermo con…<i>tigo</i>?<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;">- Que soy tu esposo.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;">- Ese es tu problema. La vida no es como tú quieres
verla. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La vida es</i>, y ya. Perdón, no
puedo seguir aquí.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;">- ¡Clar…!<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>A
la mitad del pasillo, con el rostro cubierto de lágrimas y rímel, Clarissa
concluyó:<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;">- Hasta que la muerte nos separe, ¿te acuerdas?<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Clarissa
salió por la puerta hacia la calle. Daniel corrió hacia la ventana arrastrando
tras de sí enfermeros y aparatos. Lo que vio del otro lado del cristal lo detuvo
en seco. En la acera, un hombre joven de ojos claros y barba cerrada abrazaba a
Clarissa, primero amistosamente, pero una vez que la ayudó a subirse a un auto,
la besó en los labios con dolorosa familiaridad. El automóvil arrancó y se
perdió bajo el manto de la madrugada. Petrificado, Daniel preguntó más al aire
que a nadie en particular:<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;">- Dígame, ¿puede un hombre morir más de una vez?<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Por
toda respuesta, el ECG emitió un solitario <i>beep </i>sólo para continuar un
segundo después con el incesante chillido.</span></span></span><br />
</div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;">3<o:p></o:p></span></span></span></div>
<br />
<br />
<span style="color: #222222; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>La
explicación a por qué no le permitían marcharse radicaba en el fenómeno mismo.
El descubrimiento de un muerto viviente siempre daba excusa para una
publicación en el ‘Scientific Journal’ o para ganar el Premio Nacional de
Ciencias. A Daniel le llamaba la atención el hecho de que doctores y enfermeras
por igual hablaran de su condición sin reparar en su presencia. <i>Quizá si lo
bañamos en formol, sugiero cubrirlo con plástico, preservémoslo en la morgue</i>.<o:p></o:p></span></span></span>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Poco
a poco los colores que antes pintaban la realidad fueron amalgamándose en el
espectro de los grises. Sonidos que había podido distinguir perfectamente le
llegaban ahora descompuestos, como si un filtro líquido distorsionara la cresta
de los agudos. La muerte había nublado su percepción sensorial. Pero no solo
eso. Las respuestas que horas antes había sido capaz de ofrecer se quedaban tartamudas
en su lengua. Dejó de recordar quién era, de dónde venía, hacia dónde se
dirigía. <i>Un trasplante</i>, sugirió un hombre que había estado manejando la
teoría de que Daniel volvería a la normalidad si un motor volvía a impulsar la
sangre por su sistema circulatorio. Pero nada se concretaba. Una doctora que no
había visto antes entró al consultorio y repitió por enésima vez la rutina de
las preguntas. No usaba cubre bocas ni el pañuelo perfumado, tampoco esgrimía
aquella mirada de repulsión que endurecía los rostros de quienes lo observaban.
En sus gestos y ademanes, al colocar amistosamente la mano sobre su hombro,
Daniel encontró empatía. Sin embargo, no pudo contestarle nada sobre su vida
anterior; ignoraba si había sido astrofísico o músico de filarmónica, si había
develado el misterio de la genética de las coníferas o si en algún laboratorio
se había ensuciado las manos definiendo π. ¿Jugaba con los números o con las
letras? Tampoco recordaba el nombre de sus padres, si tenía hermanos, o el
nombre de ningún amigo. Todas eran preguntas que debían dolerle, pero ahora
simplemente se sublimaban en una vaporosa melancolía. Cenizas de keroseno, como
si un puñado de fotografías de su futuro se hubieran apagado en su boca. El
espeso enjambre de moscas no dejaba de posarse sobre Daniel y la doctora.
Afuera del consultorio, el escándalo ardía.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;">- ¿Qué sientes? - preguntó ella. <o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;">- Una rencorosa apatía – respondió él tras
meditarlo.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Entonces,
la doctora desanudó sus ataduras. <o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: #222222; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;">- Vete – dijo - Ellos no merecen que tú seas su
respuesta. <o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;"><span style="color: #222222; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-weight: bold;">Sin ser visto, Daniel caminó
hacia la puerta del hospital. </span>Cubriéndose el rostro con el cuello del
abrigo, regresó clandestinamente al mundo, ahí donde el solitario mantiene su
pacto inquebrantable con la madrugada.</span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "calibri"; font-size: large;">4</span></div>
<br />
<br />
<span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Durante
las siguientes horas Daniel caminó por artríticas calles que lo detestaban,
ladrándole. Buscaba en los rostros grises de quienes se topaban con él alguien
que pudiera reconocerlo, sacudirlo, decirle <i>no fue en vano</i>. Su reflejo,
al que tardó algunos minutos en acostumbrarse, lo atrapó devolviéndole una
figura leprosa y vagabunda, un ceño ataviado de desconfianza, diez mil corvas
en la espalda, rulos grasientos en los cabellos; dos cadavéricos pómulos
resaltaban sus oscuros ojos desprovistos de luz.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Lo primero que se pierde al morir es la
semiótica de uno mismo. Luego, la noción del tiempo. <i>Llevo muerto toda mi
vida</i>. Continuó su camino apenas consciente de los perros y las ratas y las
moscas que lo seguían, el Flautista ignorado por una Hamelin indiferente, meretriz
y decadente. </span></span>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "calibri"; font-size: large;">En un callejón sombrío encontró
un niño tiritando de frío. Daniel se quitó el gabán pero, antes de podérselo
entregar, el pequeño se lo arrebató.</span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "calibri"; font-size: large;">-¡Está roto! – reclamó - ¡Y apesta! </span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "calibri"; font-size: large;">Afuera de una iglesia, sobre una
escalinata de ladrillo bañado por un sol de cromo, una novia vestida de blanco
lloraba sosteniendo temblorosamente una carta. En el teléfono, un hombre mayor
juraba a su esposa que iba a cambiar siempre y cuando le diera otra
oportunidad. A Daniel cada uno de ellos se le figuró el producto inconcluso de
una madre anémica y despreciable, criaturas confeccionadas para avergonzar a la
tierra que los parió. Troncos sin raíz, tallos enfermos y desnutridos. Sintiendo
literalmente los huesos de su cuerpo desintegrándose, Daniel buscó refugio en
el interior de un bar. </span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "calibri"; font-size: large;">Adentro, ojos amarillentos
perdidos en botellas ámbar, tubos de acero de los que deformes trapecistas
desnudas giraban y pendían, meseras dejándose inquietar mientras limpiaban
salivaciones deshonrosas, la otra idea del Edén. Dejándose caer sobre una
silla, Daniel esperó lo peor. </span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "calibri"; font-size: large;">- ¿Tiene para pagar? - le preguntó una mujer
escotada. </span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "calibri"; font-size: large;">Daniel se encogió de hombros,
pues la quijada había dejado de responder por él. Acto seguido, un vaso
sudoroso apareció sobre una servilleta. Enfrente, una pareja discutía
acaloradamente; él suplicante, ella… lo de siempre. Por la puerta, la doctora
que le había ayudado a escapar apareció. Miradas lobunas la siguieron hasta la
mesa donde él se encontraba intentando rescatar el sabor de su bebida. </span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "calibri"; font-size: large;">- Ni siquiera el hielo me escuece - dijo.</span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "calibri"; font-size: large;">- Yo sé - respondió ella. </span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "calibri"; font-size: large;">- ¿Cómo me encontraste? </span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "calibri"; font-size: large;">- ¿Estás bromeando? </span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "calibri"; font-size: large;">Por la ventana podían verse las
centenas de animales que habían sido convocados por la tremenda peste.</span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "calibri"; font-size: large;">- Dejaste una gran conmoción en el hospital, se les
escapó su premio Nobel. </span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "calibri"; font-size: large;">Pero él sólo meneaba los hielos.
Ella lo miraba nerviosamente, ahuyentando con sus dedos decrépitos a las moscas
que la habían seguido al interior. Entonces, en medio del funesto estropicio,
acercó resueltamente sus labios e intentó besarlo. Echándose hacia atrás,
Daniel la rechazó tajantemente dejándola con los ojos cerrados y la cabeza
reclinada en el aire. </span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "calibri"; font-size: large;">- Es el truco más vulgar - mencionó con voz neutra
- Pretender que volveré a ser tu maldito experimento solo porque te atreves a
besar a un cadáver. Por ti me llevo la imagen de una humanidad indecente y
pagana.</span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "calibri"; font-size: large;">Daniel intentó ponerse de pie.
Sin embargo, sus atrofiados huesos no pudieron con el peso de su cuerpo
putrefacto. <i>¡Qué grandioso espectáculo debo de ser que no te atreves a
largarte! </i>Entonces, sin dejar de mirarlo, inmersa en toda aquella
vulgaridad, ella desabotonó su blusa y dejó asomar en su pecho un boquete del
tamaño de un puño, justo ahí donde debería encontrarse su corazón. </span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "calibri"; font-size: large;">- Tampoco recuerdo quién soy - exclamó.</span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "calibri"; font-size: large;">A Daniel se le murieron las
palabras. Durante algunos minutos lo único que pudo escucharse en el bar fue el
taladrante zumbido de las moscas. Finalmente, dijo:</span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "calibri"; font-size: large;">- Ojalá tuviera un corazón.</span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "calibri"; font-size: large;">- ¿Y ser como ellos?</span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Él
la vio. Se encontró con un cabello rubio pajizo que se rehusaba a entiesarse,
una tez de casablanca que repelía las sombras y una bella y tenue sonrisa de
paciente aceptación. Los ojos, cada uno un grial verde radiante y rabioso,
transformaban la perspectiva de una muerte horrenda y solitaria en la
posibilidad de un último suspiro digno y tranquilo. Como él, ella estaba muerta,
pero en aquella muerte él encontró significado. Haciendo acopio de las últimas
fuerzas que le quedaban, tomándola de la mano la llevó a la calle, lejos del
bar, lejos de los hombres, afuera de la ciudad. </span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "calibri";"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>En
un baldío se desplomaron. Recargaron sus cuerpos contra el tronco seco de un
árbol. Abrazados, rogaron en silenciosa comunión por el paso de una erosión que
los llevara lejos. Pero seguían ahí. El tránsito del viento delos siguientes
días los empujaba cada vez más el uno hacia el otro, hasta que la sombra de su
respiración desplazó la memoria de otras caricias. De sus cuerpos abrazados brotó
moho y pasto, y en el milagro había propósito. Con elegante obediencia ambos aceptaron
convertirse en una escultura de hojarasca. Con el paso de los años aun los
perros y las moscas se olvidaron de ellos. El peso de hojas secas que caían, la
hiedra que los anudaba y el reptar de insectos invertebrados terminaron por aproximar
sus labios. La gravedad se encargó del resto. Invisiblemente, él se deslizaba
sobre ella; imperceptiblemente, ella decía sí. Sin haber perdido del todo la
consciencia, sintieron aquel beso perpetuarse más allá del tiempo que tanto
habían temido. Ahora sólo quedaba comprender que detrás de cada acción, de cada
olvido, de cada ¿por qué?, <i>había designio</i>.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "calibri"; font-size: large;">Juntos alimentaron la tierra.</span><a href="http://www.blogger.com/null" name="_GoBack"></a></div>
<span style="font-family: "times new roman";">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
</div>
</span><span style="font-family: "times new roman";">
</span><span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">------------------------------------------------------------</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Sígueme en @maxblume @tostadoradepan</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Deja un comentario haciendo click en el título del cuento.</span></div>
Max Blumehttp://www.blogger.com/profile/15695636338745714020noreply@blogger.com11tag:blogger.com,1999:blog-5174901583357365355.post-15581679936841151772013-06-07T13:05:00.003-07:002013-06-13T13:43:54.776-07:00El Tiempo y Natalia<span style="font-family: Arial;"><o:p></o:p></span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvdUhLp_6AfFaEJYN45EqJ-lqZ1B0PXf6mPmfpBVYIUKp7WCAgyp-4LpKapHM3z3jX_mZPc36n9_ZSz_asIodQBp7k6ZVeFFfRjECl3iNfGZlmuUGlZt7ajj3op1JIOnidg1kyUrABmbFo/s1600/elegant.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvdUhLp_6AfFaEJYN45EqJ-lqZ1B0PXf6mPmfpBVYIUKp7WCAgyp-4LpKapHM3z3jX_mZPc36n9_ZSz_asIodQBp7k6ZVeFFfRjECl3iNfGZlmuUGlZt7ajj3op1JIOnidg1kyUrABmbFo/s1600/elegant.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="117" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvdUhLp_6AfFaEJYN45EqJ-lqZ1B0PXf6mPmfpBVYIUKp7WCAgyp-4LpKapHM3z3jX_mZPc36n9_ZSz_asIodQBp7k6ZVeFFfRjECl3iNfGZlmuUGlZt7ajj3op1JIOnidg1kyUrABmbFo/s320/elegant.jpg" width="320" /></a></span></div>
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: x-small; mso-ansi-language: ES;"><br /></span></span>
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: x-small; mso-ansi-language: ES;"><br /></span></span>
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">Fue su teoría sobre el tiempo lo que lo destruyó. Alguna
vez había sido joven y muchos habían augurado para él horizontes sin límite. El
científico más brillante de su generación, respetado por sus colegas,
distinguido por los dirigentes de la ciudad, alabado por los comunes. Sus ideas
habían cambiado la manera en la que se percibía el universo, y sus leyes cuánticas
ayudaron al hombre a comprender las mecánicas que gobernaban a los mundos
dentro de los mundos. Tenía reconocimiento, fama y fortuna. Pero el tiempo se
lo había arrebatado.</span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">Una mañana, después de un encierro de más de seis años
que tuvo a la ciudad entera en vilo, apareció en la Sala de Gobierno meneando
histéricamente un fajo de hojas repletas de números, y preso de una misterioso
terror proclamó que nada de lo que se conocía o llegara a conocerse podría
jamás ser posible. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- ¡Absolutamente todo es una mentira! – gritaba. – Nuestras leyes,
paradigmas, teorías, hipótesis. Nos hemos engañado durante siglos.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">En su angustiosa explicación, a los azorados presentes
dijo que ni siquiera podían catalogarse como mentiras las conclusiones a las
que los sabios habían llegado, pues una mentira sólo puede probarse con una
verdad y la verdad había dejado de existir. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- Lo que perciben nuestros sentidos no es real – dijo. – Incluso dudo de
la presencia de cada uno de ustedes, dudo de los efectos de mi propia voz. Después de haber abordado el problema científicamente, puedo asegurar
que la única verdad irrefutable es que vivimos en un sueño. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span style="color: black;"><span style="font-size: large;"><span lang="ES" style="color: #262626; font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Poco a poco, primero con
disimulada discreción y luego con vulgar desparpajo, las risas de sus pares y
de los príncipes de la ciudad </span><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: ES;">inundaron la galería. Desesperado, el joven científico
intentó explicar que el tiempo era un concepto que debía descartarse por
engañoso y que, contrario al saber humano que aseguraba que podía medirse e
incluso manipularse, actuaba a capricho. </span></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- ¿No fuiste
tú quien aseguró que pronto tendrías el conocimiento para viajar en el tiempo?
– preguntaron sus colegas sin dejar de reír.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- Me
equivoqué. El tiempo es una substancia inteligente y debe tratársele como tal.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- ¿Y qué
propones que hagamos? – le preguntaron.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- Entrar
en contacto con él – respondió tajantemente el científico. – Después de todo,
somos sus propias creaciones.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="color: black;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>La reputación del científico se
desintegró casi al instante. Tildándolo de loco, por decreto real fue expulsado
de la Academia de Ciencias y en las calles de la ciudad las personas lo
miraban, señalándolo. Los teatros y restaurantes en los que antes era
bienvenido ahora le cerraban las puertas y en los congresos de matemática y
física se contaban chistes a costa suya. Sin embargo, no era haber perdido la
fama y el dinero lo que le arrugaba el corazón, sino el saber que había
dedicado su vida y su genio a una falacia.<o:p></o:p></span></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span style="color: black; font-family: Times New Roman; font-size: large;">
</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="color: black;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Así, del calendario se desprendieron
las hojas de muchos meses. El escarnio del que había sido víctima se evaporó
con el tiempo y poco a poco los habitantes de la ciudad lo fueron olvidando. Ya
siendo un viejo, apenas pudo encontrar un pequeño establecimiento cerca de la
muralla norte donde el sol del mediodía calentara sus huesos y los transeúntes pasaran
de largo sin dedicarle un guiño.</span></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">Sentado en una mesa al final de la posada, el científico era
irreconocible. Su piel ajada mostraba ahora el óxido que se impregnaba en el
acero de los navíos una vez que la sal del mar ha producido su efecto
corrosivo. Una capa gris cubría su cabellera y de vez en cuando retiraba los
bifocales que descansaban sobre su alargada nariz para sobar sus párpados. Aunque
tiempo y edad carecían de significado para él, era evidente que la juventud se
había escurrido como arena en un reloj. Invisible a los demás, escribía
lentamente, como si con la muerte hubiese pactado una tregua secreta y el
último de sus días no tuviera prisa en llegar. Con mano temblorosa garabateaba
en un cuaderno fórmulas matemáticas, ecuaciones, exponentes, factoriales y algoritmos
con el único objeto de probar la hipótesis que seguía mortificándolo. En su
mente rondaba la sospecha de que habiendo sido él quien descubriera las trampas
del tiempo, ahora, vengativo, el tiempo lo mantendría vivo indefinidamente,
vivo y lejos de la redención. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">Esa tarde, harto de garabatos y sinrazones, decidió darse
por vencido. Cerró el cuaderno consciente de que la vida era un sofisma, un
vicioso silogismo que pretendía hacer pasar por día lo que en realidad eran
tinieblas, y como ciencia lo que era sólo un malabar. Justo en ese instante (sincronías
que jamás podrían probarse en un laboratorio), por la puerta apareció una mujer
a la que no tardó en reconocer. Ya antes había estado ella en el mesón, pero
por alguna razón que escapaba a su raciocinio, aquella tarde en sus ojos la
mujer cobró relevancia. Era joven, de pequeña estatura, cabello rizado y ondulado,
y labios color rosado prestos a reír a la primera provocación. Se movía con
gracia, como electrones que zigzaguean seducidos por la gravedad indetectable
del mercurio. Resultaba embarazosa la forma en que el científico buscaba pretextos
para ojearla, pues para su mente lógica y pragmática subjetividades como atracción,
belleza y perfección pertenecían al mundo de lo efímero e inservible. La única belleza
del mundo estaba en lo cuantificable, en las ecuaciones que la naturaleza redactaba
sobre sí misma en partículas infinitesimales o en macroscópicas galaxias. La
miraba de soslayo, la palidez de su piel, las finas facciones de su rostro, el
azul de sus ojos atrayéndolo igual que un agujero de gusano atrae la luz de las
más distantes estrellas. Defendiéndose de aquella sensación desconocida,
inmediatamente la descompuso en elementos que pudiera comprender y catalogar. Aquellos
enormes ojos azules no fueron entonces más que el producto de una rara mutación
genética en la que el estroma se interponía en el camino de la luz cuando ésta
era reflejada por el epitelio del iris hacia el exterior. Un error de la naturaleza.
La nívea pigmentación de su piel era otro discurso genético involuntario,
posiblemente producido por falta de proteínas de la madre. Al dividirla en módulos,
el profesor tranquilizaba el absurdo redoble que sentía en el pecho.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">Aquella tarde, la joven entró acompañada de un grupo de
jóvenes ruidosos y altaneros. Al verlo solo en el rincón, uno de ellos lo
reconoció y comenzó a susurrar su nombre, señalándolo. En un segundo, el grupo
miraba al científico como un chacal atisba a una cebra. La sensación de
sentirse objeto de mofa recorrió su viejo cuerpo como un torrente de
electricidad fría y fatal. Un joven alto y de complexión atlética, se acercó a
la mujer y, abrazándola cariñosamente, le murmuró al oído frases que la
hicieron sonrojarse. Ella miró al científico negando con la cabeza. El atleta
insistió, besándola en el cuello. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- ¿Por qué no vas tú? – reía ella.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- Hazlo por mí. Te premiaré – dijo él.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">Aceptando el reto, ella se acercó al científico con
renuencia. Su ejercicio de descomposición dejó de surtir efecto. El nerviosismo
en su interior lo hizo palidecer. Pretendiendo ignorarla, el científico
mantenía la cabeza sobre la taza de café. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- Disculpe, ¿no impartía usted la clase de mecánica aplicada en la
universidad?</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- Sí -- respondió el científico con una mueca de enfado – Pero eso fue
hace mucho tiempo.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;"> La
muchacha miró de reojo hacia la mesa donde se encontraban sus amigos.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- Mis amigos quieren saber si es cierto lo que se dice de usted.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- ¿Y qué se dice de mí? – preguntó él con un gruñido.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- Que viajó en el tiempo.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- Si son ellos los que quieren saber hubieras dejado que ellos hicieran el
ridículo.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;"> La
sonrisa en la mujer desapareció. El científico esperó que eso fuera suficiente
para que ella diera media vuelta y se marchara.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- Yo quiero saber – dijo ella abandonando el tono infantil. -- ¿Es verdad
que se puede viajar en el tiempo?</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;"> El
científico la miró por algunos segundos.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- Sólo un estúpido podría pensar que yo dije eso.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- ¿Se puede?</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- No. Lo que dije fue que el tiempo puede viajar por nosotros.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;"> Presa de
la curiosidad, la joven inclinó la cabeza. Acariciándose los ojos, el
científico explicó:</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- Nos gusta imaginar al tiempo como una constante lineal, elíptica o, en
el mejor de los casos, relativa. En todos los casos el hombre es el viajero. Y en
todos los casos viaja hacia adelante. Yo propuse que, en el entramado del
universo, es el tiempo quien decide viajar a través del hombre.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- Eso es imposible -- rebatió ella con genuino interés. -- El tiempo
siempre sigue su cauce. Nadie puede detenerlo. Usted no sería…</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- ¿Viejo?</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- Disculpe. No quise…</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;"> Desde la
otra mesa llegó el sonido de un silbido. El joven deportista se estaba
impacientando. Tal parecía que la broma que buscaban perpetrarle no estaba
saliendo como lo habían planeado.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- ¿Qué ves aquí? -- El científico señaló la montaña de cenizas que colmaba
el cenicero en el centro de su mesa.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- Cenizas -- dijo ella.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;"> El viejo
tomó la servilleta de tela que descansaba en sus piernas y, cubriendo el
cenicero, preguntó: ¿estás segura?</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- Apostaría el tiempo que me queda esta tarde.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;"> Haciendo
un gran esfuerzo que se notó en su rostro, el científico cerró el puño con
todas sus fuerzas. Abrió entonces el puño y, retirando la servilleta, dejó caer
el contenido sobre el recipiente. La mujer no podía dar crédito a lo que
apareció frente a ella. Las cenizas que antes rebosaran en el cenicero de
cristal se habían convertido en polvo de diamante, fino y refulgente bajo la
luz del atardecer.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- ¿Cómo hizo eso? -- exclamó ella.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- Tiempo y presión -- respondió el científico. -- Yo ejercí la presión,
pero dejé que el tiempo viajara a través de las cenizas.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;"> La mujer
tomó una silla y se sentó. A unos metros, el atlético joven golpeó frustrado la
mesa con la palma de la mano, haciendo que dos vasos cayeran sobre el suelo,
rompiéndose.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- ¿Puede entonces detenerse el tiempo? -- preguntó ella sin prestar
atención al berrinche de su novio.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- No, pero podemos detenernos nosotros.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- Hágalo.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;"> Entonces
ocurrió el milagro. Sin apartar la mirada del rostro de la hermosa joven, el
científico sintió una descarga de energía que atravesó su cuerpo; le pareció
que desde su nacimiento hasta aquel preciso instante, el transcurso de su vida entera
podría medirse en un nanosegundo volátil y olvidable, pero que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">al mismo tiempo</i> esa breve charla podía
extenderse más allá de las manecillas del reloj. La atracción que sintió era
innegable. Los ojos azules dejaron de ser elementos dispersos que se
reagruparon instantáneamente en un solo significante, y cuyo resultado fue algo
inesperado: <i>la más absoluta elegancia</i>. Brillaban incandescentes, como
fuegos beduinos que incendiaban una esfera de antimateria. Sintió una peculiar y
desconocida opresión en algún lugar de su espalda, o su pecho, o su nuca, dolor
que se transformó en compasión por él mismo. Tanta vida dedicada a encontrar la
verdad en los números, cuando la suma de todos ellos jamás podría descifrar la
belleza que ahora se encontraba sentada en su mesa. Impregnado por la necesidad
de sublimarse en ese dogma recién descubierto, comprendió que su existencia carecería
de significado si le permitía marcharse sin decirle, sin tocarla. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Aquí está mi redención</i>, pensó, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">en ella está lo que el tiempo me debe</i>. De
todas las rutas críticas posibles para conseguir que ella comprendiera su
dilema, el científico escogió la más simple: optó por besarla.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- Por favor, haga que el tiempo se detenga – pidió ella.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: #262626; font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="color: black;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>El científico la ignoró,
como ignoró también la reacción que el atleta tendría ante su atrevimiento. Sin
embargo, su aplomo quedó reducido a polvo cuando descubrió la nueva trampa en
que había caído. Calculando los metros que lo separaban de su objetivo, se
percató que aquella distancia podía naturalmente dividirse por la mitad. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La mitad de dos es uno</i>.</span></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- ¿Qué harías si pudieras contemplar la eternidad? -- preguntó él.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- Me asustaría -- respondió ella.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- Cierra los ojos.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: #262626; font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="color: black;"><span style="font-size: large;">Ella obedeció. Cuando los ojos azules quedaron cubiertos
por los delicados párpados de la mujer, él partió la nueva distancia por la
mitad. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Un metro partido por la mitad es
medio metro.</i></span></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- ¿Qué ves?</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- Sólo lo que recuerdan mis ojos -- respondió ella.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- Ábrelos.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;"> A su
alrededor, las personas en el mesón conversaban, se movían, reían, comían como
lo habían estado haciendo segundos antes; todo seguía igual, pero distinto.
Cada uno de ellos se veía diferente, como si pertenecieran a otro tiempo, o
mejor dicho, a un instante en medio del tiempo. La mesera limpiaba los
fragmentos de cristal roto en el suelo como si una niña de seis años se
encontrara atrapada en el cuerpo de una mujer de veintiséis. El gordo de la
caja cobraba las notas con la ligereza de un gimnasta; y el novio atlético
semejaba a un viejo de noventa, decrépito y falto de energía vital. Le costaba
mover el cubierto, le dolía masticar. Pero no era lo único. La trasgresión del
tiempo natural ocasionaba que las cuerdas cuánticas produjeran un sonido
parecido al de un flautín. De pronto, la atmósfera se llenó de una hermosísima
música invisible. La joven miraba hacia todas partes, fascinada, con los vellos
erizándosele en los brazos. Frente a ella, el científico temblaba mientras
descubría lo inevitable. La distancia que resultaba de dividir cualquier número
entre dos podía dividirse a su vez por la mitad, así sucesivamente. ¿Cuántas
veces podía dividirse la distancia que los separaba? La respuesta sonó en su
mente onírica y terrible: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">interminablemente</i>.
¿Cuánto tiempo le tomaría entonces alcanzar los labios de aquella joven? </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">El científico sintió desmayarse, pues mientras ella
danzaba con la música de la eternidad, él caía víctima de los caprichos del
infinito.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- ¡No se dan cuenta! -- exclamó ella maravillada mientras atestiguaba la
extraña coreografía a su alrededor. -- ¿Hace esto siempre el tiempo?</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- Siempre es una palabra inasible. Prefiero decir constantemente.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- A mí me gusta más <i style="mso-bidi-font-style: normal;">siempre</i> –
dijo ella sin dejar de observar.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- ¿Quieres hacer trampa? – preguntó él.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- Sí.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- Cierra otra vez los ojos. Dime, ¿qué ves ahora?</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- Veo jóvenes convertidos en viejos, y viejos que ahora son niños.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- ¿Qué más?</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;"> Temiendo
que aquella nueva burla del tiempo lo dejara miserable y exánime por el resto
de sus días, aprovechó la distracción de la joven para encontrar una solución a
su dilema. Probablemente, para vencer la distancia en el universo real, esa
sábana de espacio-tiempo que sujetaba las fibras más ínfimas y delicadas y que
sostenía al resto de los universos posibles, tendría que moverse más rápido que
la luz. Fue así que el hombre viejo apostó el resto de su vida en un viaje que
físicamente lo despedazaría. Depositó todas sus fuerzas en las piernas, y con
toda la determinación de que era capaz, dio <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ese</i>
salto cuántico. En menos de un segundo, claramente vio las vertientes del
universo reduciéndose hasta el punto de origen. Sin embargo, para su propio
horror, cada centímetro que sobrevolaba en dirección a los labios de la joven
volvía a partirse en dos, y luego en dos, y más tarde en dos, de igual forma
cada vez. Constantemente una mitad que recorrer.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- Veo criaturas que estuvieron en este mismo lugar muchos siglos atrás, y
bestias humanoides que estarán en años por venir. ¿Usted puede verlos?</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- No -- respondió él acercándose más y más, dividiendo tiempo y distancia,
su mente un laberinto en el que complejos diferenciales e integrales se rendían
ante la inclemente sencillez de lo inexorable. -- Mi tiempo está invirtiéndose
en otro asunto.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;"> A un lado
suyo vio pasar la historia no contada de la humanidad, versiones de sí mismo
que irremediablemente desembocaban en ese mismo escenario. Envejeció y volvió a
nacer. Avanzó aún más rápido, la piel incinerándole los huesos. Finalmente, la
distancia cedió. Convertida en polvo, permitió al científico aproximarse a la
joven más y más y más. Inclinando levemente la cabeza, el viejo sintió la
proximidad de sus labios, la sombra de la sombra, hasta que…</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;"> El joven
atleta golpeó su mesa. Intempestivamente, la muchacha abrió los ojos. Su mirada
mostraba la sorpresa que la invadía.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: medium; mso-ansi-language: ES;">-- ¿Qué diablos te pasa? – preguntó el muchacho. -- Queremos irnos desde
hace horas y tú aquí perdiendo el tiempo.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: #262626; font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="color: black;"><span style="font-size: large;"> De pie,
justo a la <span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">mitad entre su silla y la de la joven, el científico se sintió
ridículo. Adentro, en su pecho, el corazón se contraía bajo el peso del tiempo
y la presión, el diamante volviendo a ser ceniza.</span></span></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: #262626; font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="color: black; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">-- Hasta luego, profesor -- dijo ella levantándose para seguir al joven.</span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span lang="ES" style="color: #262626; font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="color: black; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">-- Espera -- dijo el científico -- Aún no me has dicho cómo te llamas.</span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="color: black;"><span style="font-size: large;"><span lang="ES" style="color: #262626; font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: ES;"> Ella se
detuvo.</span><span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: ES-MX;"> El científico esbozó entonces una leve sonrisa de triunfo. Reclinándose en su
silla, aguardó agradecido la eternidad que le tomaría mencionar su nombre</span><span lang="ES" style="color: #262626; font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: ES;">.</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><o:p></o:p></span></span></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><span style="color: black; font-family: Times New Roman; font-size: large;">
</span></span></div>
<span style="font-family: Arial;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<span style="font-family: Arial;">
</span><span lang="ES" style="color: #262626; font-family: Arial; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Trebuchet MS";"><i><span class="Apple-style-span" style="color: black;">Para la mamá de Begoña</span></i></span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
</div>
<span lang="ES" style="color: #262626; font-family: Arial; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Trebuchet MS";"><i><span class="Apple-style-span">-------------------------------------------------------------------------------------------------------------</span></i></span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<span lang="ES" style="color: #262626; font-family: Arial; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Trebuchet MS";"><i><span class="Apple-style-span">
<span style="color: black;"></span></span></i></span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="color: #262626; font-family: Arial; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Trebuchet MS";"><span class="Apple-style-span" style="color: black;">Con un sincero agradecimiento a @octum @naufig @juanhellou y @ryu75</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="color: black;">Sígueme en @maxblume</span><br />
Escríbeme a <a href="mailto:max.blume.blog@gmail.com">max.blume.blog@gmail.com</a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="color: black;">Para dejar un comentario haz click en el título del cuento.</span></div>
<!--EndFragment--><br />Max Blumehttp://www.blogger.com/profile/15695636338745714020noreply@blogger.com11tag:blogger.com,1999:blog-5174901583357365355.post-78008371942841667432012-11-22T03:38:00.001-08:002012-11-22T19:56:57.095-08:00Liloo, revisitada<span lang="EN"><em>Como apareció en Twitter. Se lee mejor escuchando 'The Scientist'</em><br />
<br />
<br />
<span style="font-size: large;">Liloo cae del asteroide B-612. Mientras ve pasar las estrellas se va preguntando ¿por qué?</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">Cuando Liloo ve una gota evaporarse, llora; piensa que es todo su mar el que se ha ido.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">Frecuentemente Liloo se pregunta ¿cuándo? ¿quién? ¿cómo?</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">Liloo, cuando sonríe, hace vibrar las cuerdas del laúd. Y por el aire saltan seis delfines. No sé, me parece que siempre han sido seis.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">Cuando llora su lágrima solitaria cambia el universo. Pero Liloo no cree en mariposas, por eso no sabe del huracán al otro lado del mundo.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">Liloo no es muy buena sintiendo como los humanos. Todavía confunde anhelo con envidia, amor con estropajo, y almohada con alfombra mágica.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">Todavía no se inventa la estación en la que puedan marchitarse los pétalos que brillan en la piel de Liloo.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">Pero para Liloo las palabras carecen de peso o consecuencia. No así las ausencias, reales o ficticias.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">Para Liloo el romance es una anécdota, una frase en su diario de viaje, una línea de gis en el pavimento.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">Tengo miedo de besarla. Sería desafortunado que en la selva de mis labios Liloo sintiera nostalgia por su pequeño asteroide y muriera por regresar.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">Encuentra más sentido en la perfecta redondez de una burbuja que en todo lo que pueda yo decirle. Liloo ama las preguntas que no llevan a ningún lado.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">Su mayor temor es mirar hacia adentro. Liloo cree que silencio es vacío.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">Como un cuanto bajo un microscopio, Liloo se incomoda si te percatas de ella. Muta. Se desvanece.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">Hace unos días abracé a Liloo. Al mismo tiempo zumbaba sobre la luna un colibrí.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">A veces, mientras la observo, me pregunto si Liloo refulge por la magia de mi tinta, o si son mis palabras las que tiemblan debido a Liloo.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;"><strong>LILOO #002</strong></span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">Hoy Liloo se sentó sobre la barda que construí para aislarme del mundo. Me miró con ojos pardos y dijo: a veces quisiera saber qué pasa por tu cabeza.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">Liloo pregunta cómo es que al tocarnos los humanos no nos desintegramos. Mientras le hablo del bosón de Higgs ella dibuja en la arena un caracol.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">“¿Qué haces?”, me pregunta Liloo con picardía mientras me mira labrando con mi cincel sobre una lámina de oro. “Es para ti” “Sí, ¿pero qué es?” Y le respondo: “Una posibilidad.”</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">A Liloo le parece curioso que algunas serpientes se coman a sí mismas. “Debe ser que no confían en el alimento que viene de otra parte.”</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">A Liloo le gusta el amargo sabor de la mostaza, pero le incomoda cuando le hablan de amor; no de amoríos, de amor.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">Aunque durante días me pierdo en la superficie de un lago, en la facción perdida de la Esfinge o en el círculo que deja la taza de café, siempre regreso a Liloo. Es tan hermosa.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">Liloo ató un cordón a la posibilidad. Aguardó el tiempo preciso y jugando con ella dejó que la elevara el viento. Con las alas pegadas al suelo, mi corazón.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">A veces nos quedamos quietos sin decirnos nada. Pienso que si la abrazo jamás la dejaría ir. Liloo piensa en lo que soñarán los perros cuando duermen.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">“¿Te gustó tu posibilidad?”, le pregunto. “Tal vez“. Entonces tomo mi cincel y me aboco a labrarle una más grande. Liloo se sienta en la barda y mira hacia el cielo.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">Liloo cree que los continentes surgieron de la nada, cuando en realidad se levantaron sólo para verla.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;"><strong>LILOO 3d3</strong></span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">Con el canto de adoración de los nibelungos, Liloo flota hasta el Estigia, donde le prometen la inmortalidad.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">Cuando Liloo descubre que puede vivir hasta siempre y un día más, se pregunta si hay amores que puedan perdurar lo mismo. Y se entristece.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">Para siempre y un día más es mucho tiempo, piensa Liloo, especialmente cuando esperanza y promesa se escriben con plumas diferentes.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">Sólo puede pensar así quien no pertenece a la Tierra. Es por ello que la muerte de Liloo no fue motivo de sorpresa.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">Quiso besar, deseó ser tocada, comprendida, en fin, colmar su corazón, así que dejó de ser quien era e imitó lo que envidiaba. Liloo fue humano.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">Dejó de ver colores nuevos y le dio peso a las palabras. Los hombres la besaron y por un instante Liloo sintió dicha.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">En el paladar de mis párpados Liloo dejó de estar.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">Ayer Liloo se sentó sobre la barda que no quiero demoler. Me vio empacando y un enojo muy grande se apoderó de su voz.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">Ya no miraba al cielo, y sus ojos pesaban como dos ladrillos de sal. Liloo cambió las preguntas por respuestas.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
"<span style="font-size: large;">Voy a buscarte en el día de ayer", le dije. "El pasado es infinito y ahí siempre te tendré". Liloo dejó de entender esa forma de hablar.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">Quiso Liloo volver a su asteroide, pero los humanos no pueden volar.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">Como último acto de preservación, Liloo comenzó a comerse a sí misma. Quedó de ella el significado de su nombre: bastó para colmar el mar.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">Y de ese mar los poetas escriben versos, y por esos versos los humanos aprendieron a amar. Liloo les regaló lo que pensó que nunca tuvo.</span><br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<span style="font-size: large;">Por la noche aguardo sentado bajo las estrellas, pronunciando <em>Liloo, Liloo, Liloo</em>; no sea que el viento me traiga de regreso mi posibilidad.</span><br />
</span>Max Blumehttp://www.blogger.com/profile/15695636338745714020noreply@blogger.com0